miércoles, 20 de noviembre de 2019

18/10 y 19/10/2019 de Santiago de Chile a Barcelona


Hoy por ser el último día nos toca madrugar, hemos de ir a Decatlhon y queremos ser los primeros, pero al llegar 10 minutos después de que abriesen las puertas no lo conseguimos. Devolvemos las botas que nos hemos comprado y el raincover y aunque la dependienta no lo ve claro, al sabernos las respuestas correctas, no se puede negar. Por si las moscas salimos rápidamente no sea cosa que se lo piense y no nos lo quiera cambiar. Próximo reto es cambiar la moneda y comprar comida para el avión.
La comida la encontramos rápidamente, antes de coger el metro hasta el centro y el cambio de divisas la hacemos después de cortarme el pelo ( no podía irme de Chile sin pasar por la barbería). Por fortuna encontramos un buen cambio. Ya con el dinero justo para la comida y siendo ya hora nos acercamos hasta el mercado y buscamos nuestro local para comernos el último Poroto con tallarines.
Como van siendo casi las 15h decidimos volver a casa y gastarnos los últimos pesos en chucherias.
Una vez en casa cerramos las mochilas, nos ponemos guapos para el avión, charlamos animadamente con Cecilia y sobre las 17h nos despedimos con el corazón pequeño y empezamos nuestro camino hacia casa.
Ya sólo nos queda el billete de bus hasta el aeropuerto, y nuestra sorpresa es cuando llegamos al centro donde hemos de coger el bus y nos encontramos con una manifestación, con policía, furgones, y manifestantes tirando objetos. Un hombre de la compañía de buses nos informa que no hay buses porque no pueden llegar hasta aquí, que hemos de caminar 5,5km para coger el bus. No tenemos alternativa y nos ponemos en modo trekking, por el camino, vemos a manifestantes lanzando objetos, policías manchados de pintura y los carros policiales que parecen arco iris por las pinturas recibidas gracias a los manifestantes. También recibimos un buen soplo de gas pimienta que nos irrita los ojos y la garganta. La cosa no pinta bien y de momento nos estamos salvando. Finalmente y tras experimentar lo que son los gases lacrimógenos, antes de llegar a la parada veo el bus y lo paro, nos montamos en él y salimos de todo este caos.
Una vez en el aeropuerto salvamos todos los trámites sin problemas y mientras esperamos poder embargar las imágenes por la televisión de la manifestación, se ha vuelto más violenta.
Finalmente subimos al avión, y a partir de aquí disfrutamos de las películas, dormimos un poco, nos comemos nuestras provisiones y llegamos a Barcelona una hora antes de lo previsto.
Y con ganas ya de ver a la familia y sobretodo a nuestras dos peluditas, Orelotes y Dumba, damos por finalizada nuestra aventura en Chile.



Antiguos oficios que todavía persisten....

No podía irme sin cortarme el pelo con un venezolano!

Puesto de Colaciones (menús) en La Vega


El avión con el que vamos a volver a casa.

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