miércoles, 21 de noviembre de 2018

20/11/2018 de Estambul a Barcelona


A las 05h suena el despertador, y antes de pararlo ya estamos levantados, esta noche mi amigo el mosquito ha vuelto a visitarme, supongo que para despedirse de mi.
A las 05:20h estamos camino de la parada de bus que nos llevara al aeropuerto, y a las 06h estamos montados y camino del aeropuerto.
Una vez en el aeropuerto, pesamos las mochilas, nos ponemos encima la ropa necesaria para no sobrepasar el peso y las ponemos dentro de un saco cada una bien cerradas e identificadas.
El problema viene cuando queremos facturarlas porque la mujer nos dice que tenemos que quitarles los sacos y tras una pequeña charla la mujer se sale con la suya, y para postre tampoco puede ponerla en la cinta porque sino las cintas de la mochilas se engancharían a saber donde, por lo que hemos de dejarlas en un carro, tenemos serias dudas que lleguen a destino...
Sorteamos los controles sin problema y nos perfumamos como Dios manda en las tiendas Dutty free... El avión sale con retraso y por supuesto también llega con retraso, y tras volver a pasar los controles vemos aparecer nuestras mochilas, se han hecho de rogar porque creo que han salido las últimas pero ya están aquí con nosotros....
Ya se termino esta aventura, ahora a por la próxima, que esperemos sea bien pronto.

19/11/2018 Estambul


Hemos dormido como bebés, y según las previsiones la lluvia no llega hasta el mediodía, así que vamos a aprovechar el día.
Primero vamos a la parada del bus que mañana nos llevara al aeropuerto para confirmar horarios y precios, después la BM decide llenarse el buche con una sopa local, yo estoy lleno y no me entra nada más. Y siguiendo con el plan del día previsto caminamos hasta el gran bazar, donde nos acercamos hasta los cambistas para saber la ratio lira-euro, no cambiamos aún porque no sabemos cuanto necesitamos para el día de hoy, o dicho de otra manera, aún no sabemos cuanto pensamos gastarnos.
No pasa ni media hora que encontramos una tienda al por mayor donde hacemos las compras, ahora sólo nos queda relajarnos, incluso cambiamos el dinero que nos sobra y nos dejamos un remanente para el día. Todo nos esta saliendo a pedir de boca, ya es mediodía y mi estomago reclama comida, obligándonos a dejar el bazar e ir al local donde hacen unos bocadillos de pescado buenísimos, yo me zampo dos, la BM sólo uno.
Empieza la lluvia, no muy fuerte pero lo suficiente para que nos pongamos los chubasqueros, esta tarde tenemos pensado ir a la zona real. El tiempo no mejora y la lluvia va ganando intensidad, nos da el tiempo justo para ver por fuera la mezquita azul y el museo Sofia. Incluso nos tenemos que cobijar debajo de un toldo para no quedar empapados, los chubasqueros hacen agua por todos sitios. Como la lluvia no afloja decidimos tomarnos un té y hacer tiempo, pero la cosa no pinta bien, al final afloja un poco y volvemos a nuestra zona como podemos, llegamos empapados, pero no es suficiente para que volvamos a nuestra guarida, primero es lo primero, o mejor dicho, la cena que nos vamos a dar por ser el último día.
La cena está a la altura de las circunstancias, nuestros estómagos nos lo agradecen.. pero la lluvia no sólo no afloja sino que a ido a más, y cuando ya estamos a punto de volvernos a la habitación-discoteca para de llover, ni nos lo creemos, tenemos fuerzas y ganas para continuar mirando e incluso nos compramos un souvenir para nosotros.
Cuando la lluvia vuelve hacer su aparición y viendo la hora que es, no nos queda otro remedio que volver a la guarida, para hacer las mochilas y dejarlas listas para mañana, tomarnos un café e irnos a dormir con una sonrisa en la cara.


Torre Galata

Disfrutando de la terraza de un bar del Gran Bazar

La BM en el Old Bazar

Refugiandonos de la lluvia mientras tomamos un té

18/11/2018 Estambul


Llegamos a Estambul pasadas las 9, más de una hora más tarde de lo previsto. Preguntamos por el “servis” (servicio de traslado al centro) y nos dicen que tardará una hora. Llueve. Esperamos junto con otros pasajeros el “servis”. Finalmente llega, nos subimos en él, nos lleva a otra estación y nos dicen que hemos de cambiar de “servis”. La BM está con los ojos fuera de las órbitas. Casi ni nos creemos cuando por fin llegamos a nuestra zona, sobre las 11:30h de la mañana. Volvemos a nuestra habitación-discoteca, ya que por dos días que vamos a estar aquí, no nos apetecía buscar alojamiento y además está cerca de la parada del bus al aeropuerto. El dueño de la casa nos abre y nos dice que tenemos la habitación preparada. Nos duchamos, hacemos la colada y salimos a pasear. Queremos ver si encontramos entradas para ver la ceremonia de los Derviches, algo muy típico de aquí. Y la suerte nos acompaña, ya que aunque suelen agotarse al salir a la venta, conseguimos hacernos con un par de entradas en un centro cultural. Quedan un par de hora para el espectáculo y decidimos ir a comer a un lugar que vimos la otra vez, que estaba lleno de gente turca. La decisión es un acierto y por un precio “normal” conseguimos comer un menú que no sea bocadillo de kebab. Y hasta nos entra el postre!! Después de la comida, vamos a hacer cola al centro cultural, ya que las entradas no son numeradas.
Mientras esperamos la BM descubre que hay dos precios, y a nosotros nos han cobrado el suplemento por ser turistas, y como tenemos tiempo, la BM se queja, primero al hombre que vende las entradas, luego a su superior y finalmente al jefe, que aunque sus explicaciones son pobres no tiene intención de devolvernos la diferencia, al menos la BM le a sacado los colores delante de todo el mundo.
Cuando nos dan paso entramos y cogemos dos asientos a primera fila.
El espectáculo dura una hora, y lo disfrutamos mucho, nos parece interesantísimo, ver como van dando vueltas y parándose sin marearse ni perder el equilibrio, en si es muy armonioso... a más a más el lugar es precioso, realmente salimos encantados.
Salimos y el tiempo aguanta, de momento no llueve o solo caen unas gotas, paseamos arriba y abajo por la calle principal, buscando algún souvenir que nos guste, pero sin éxito, incluso nos acercamos al mercado de las especies pero ya es tarde está casi todo cerrado. El tiempo nos indica que hemos de volver a la guarida, llueve y hace viento,mañana sera otro día.
Una vez en la guarida volvemos a nuestra rutina y nos vamos al mundo de los sueños pronto que hoy estamos rendidos.



Tienda de dulces

Llego la Navidad o al menos el árbol...

La BM inmortalizando el momento

Derviches bailando

Girando muy rápido

17/11/2018 Pamukkale – Traslado a Estambul


Nos levantamos con lluvia y con niebla... Aunque tenemos la montaña blanca justo delante del hotel, casi ni se distingue... Nuestros planes para hoy era pasarnos el día contemplando esta belleza natural leyendo un libro junto al lago, así que la situación exige un cambio de planes. Holgazaneamos en el hotel todo lo que nos permiten (a las 12 hay que dejar la habitación) y una vez la dejamos, vamos a comer alguna cosa antes de coger el bus a Denizli, ya que aquí no pintamos nada... Sigue lloviendo.... Cogemos el dolmus y antes de las 13 estamos en Denizli. Nuestro bus no sale hasta las 22 horas y no sabemos qué hacer. Preguntamos en la compañía con la que viajamos si nos pueden guardar las mochilas, pero nos envían a la consigna. Como sigue lloviendo y tampoco vamos a estar mucho rato paseando, decidimos ponernos los chubasqueros y llevarnos las mochilas con nosotros. Paseamos cerca de una hora y al lado de la estación encontramos todo lo que necesitamos: tiendas de recuerdos y supermercados. Regresamos a cobijo porque la lluvia no para. Las horas se hacen eternas.... La BM sobre las 18 sale otra vez a pasear y comprar provisiones, mientras yo me quedo con las mochilas. Vuelve con algunas cajas de dulces, unas patatas, unas bebidas y unos kebabs. Merendamos-cenamos y seguimos esperando... Cuando por fin son las 22 horas, salimos al andén, pero el bus no aparece. Preguntamos en la compañía y nos dicen que viene con retraso de media hora. A la media hora volvemos a preguntar y nos dicen que en 10 minutos... Finalmente, a las 23:10 llega el bus. Estamos cansados y aburridísimos... Nos sirven un café y una pastita. Nos ponemos a dormir, rezando por llegar pronto a destino....




sábado, 17 de noviembre de 2018

16/11/2018 Pamukkale


Como viene siendo habitual a las 07h estamos arriba, hoy es día de excursión, ponemos los pies en la calle a las 08h, nos aprovisionamos de comida y nos dirigimos a la entrada para comprar nuestros tickets de entrada a las famosas montañas de algodón. Hace un frío increíble, pero no nos detendrá. Caminamos calzados unos 100m hasta llegar a una especie de alfombra verde y a partir de aquí el resto de la subida la hacemos descalzos (oblogatoriamente). El agua está helada, y al principio se hace soportable pero a medida que pasa el tiempo es doloroso, incluso hemos de pararnos y poner los pies al aire para que cese el dolor. La BM no lo está pasando nada bien , pero una vez pasado el repechón de subida llegamos a las aguas calientes, y qué alivio más bueno.
Nos decepcionamos al ver la mayoría de las “piscinas” (travertinos) vacías, y para postre las más famosas también lo están...Nosotros que nos habíamos traído los bañadores y con el frio y las piscinas vacías pues lo tenemos difícil por no decir imposible. Sólo hay un par de travertinos que tienen agua pero son artificiales.
Cuando finalmente llegamos arriba podemos volvernos a calzar... A la BM el frío no le a ido nada bien para el resfriado que lleva, la pobre tiene una nariz de patata enorme, ya se le parece a la mía.
Una vez calzados caminamos por la parte de arriba viendo los travertinos (piscinas naturales) vacíos, hasta que llegamos a las ruinas de Hierapolis, también Patrimonio de la Unesco. Con el paseo hemos llegado a la entrada norte donde está la necropolis, bastante interesante, le dedicamos un buen rato, pero como el tiempo pasa dejamos la recreación y volvemos a los travertinos, está vez algunos estan llenos de agua y lo más importante: gente remojándose en ellos. La BM y yo no perdemos esta oportunidad, nos ponemos los bañadores y probamos las calientes aguas termales, hemos de hacerlo por separado porque llevamos las mochilas y no podemos guardarlas en ningún sitio....Tras los baños nos entra la hambre, decidiendo terminar con todas las provisiones que llevamos encima para todo el día.
Con la panza llena seguimos visitando las ruinas de Hierapolis, que no nos parecen muy interesantes hasta que llegamos hasta el anfiteatro romano, que nos parece espectacular. También visitamos una iglesia y con las ruinas hechas lo que resta del día lo pasamos en los travertinos, volviéndolos a recorrer todos. Vemos la puesta de sol desde arriba y ya sólo nos queda la larga bajada y las aguas glaciales del final de ésta.
Una vez a bajo y calzados nos sentimos muy contentos por el día de hoy y decidimos ir a un restaurante especial a cenar, donde nos sirven unas ridículas raciones a un precio especial....Tras la cena volvemos a nuestra guarida y a nuestra rutina diaria, mañana es día de traslado, volvemos a Estambul.... aunque el bus no sale hasta las 22 horas, por lo que tendremos todo un día de relax por delante.....

Paseando por las ruinas de Hierapolis


Inmersión en los travertinos

La BM tampoco se quiere perder el bañito....

Aunque la mayoría de travertinos están vacíos, conseguimos "salvar" la foto....

Aquí estamos nosotros!!

El lugar regala imágenes espectaculares

Atentos al vaho que sale por detrás de la BM...

Ruinas de Hierapolis

Vistas al anfiteatro desde los Baños Antiguos

Sexy man

El espectacular anfiteatro de Hierapolis


jueves, 15 de noviembre de 2018

14 y 15/11/2018 de Diyarbakir a Pamukkale

A las 07h estamos arriba, voy a comprar el desayuno y después cerramos las mochilas, que no entendemos porqué, pero cada vez parece que llevemos más cosas. Como sólo tenemos un par de horas, visitamos los dos lugares más bonitos, nos metemos entre pecho y espalda dos zumos de limón naturales y a las 10h estamos saliendo por la puerta del hotel. Una vez en la parada del bus, nos indican que cojamos un bus que no es el mismo que nos habían dicho cogiésemos anteriormente...Tras 45 minutos de ruta turística llegamos a la estación de buses, donde confirmamos billetes y esperamos hasta las 13h para subirnos en el nuestro.
El viaje se hace largo, suerte que cada dos por tres pasa el carrito con bebidas y café... Pero el conductor cada hora y pico le da por hacer una parada, y no nos extraña que el viaje dure tantas horas, porque con las autovías que tienen y los buses de primera, no es lógico que tardemos tanto.
Cuando se hace de noche la BM se queda KO enseguida, pero yo no puedo decir lo mismo, al final por cansancio o aburrimiento o por las dos cosas, eso nunca lo sabré, consigo dormir unas horas.
A su hora el bus nos deja Denizli, donde hemos de coger un Dolmus destino Pamukkale, antes la BM decide comprar los billetes de bus hasta Estambul, la fecha de regreso está cerca y no queremos sorpresas.
El trayecto hasta Pamukkale dura lo previsto (increíble) y una vez en el centro dejo a la BM con las mochilas y busco alojamiento para las próximas noches, me lleva poco tiempo y encuentro una ganga en el mismo centro.
Una vez instalados, limpios y aseados salimos a verle la cara a la zona... El lugar es súper turístico y la comida súper cara: el doble o más del doble que en cualquier otro lugar de los que hayamos estado hasta ahora, incluso los supermercados y la fruta... Finalmente entramos en un sitio que parece local, donde nos hacen una comida tamaño enano, por lo que decidimos que vamos a pasar a la economía de post-guerra e ir a lo básico.... Lo básico incluye una bolsa de patatas enfrente de las montañas de algodón, que pese a haberlas visto en fotografías 1000 veces, nos sorprenden por lo bonito de la vista. Hay un lago al pie de las mismas con decenas de ocas que graznan descaradamente pidiendo comida y turistas que vienen con barras de pan para alimentarlas. Nos sumamos al juego con el pan que nos sobró de ayer. Damos la vuelta al lago, nos comemos las patatas, damos otra vuelta.... Hace mucho frío y la BM cada vez está peor de su resfriado....Queremos ver las montañas iluminadas de noche, pero decidimos irnos a la habitación y regresar cuando ya sea oscuro. Por fin hemos sacado la ropa de abrigo de la mochila y no nos sobra nada... Mañana, que es cuando tenemos pensado entrar en el recinto, tendremos que ir bien abrigados... Por suerte, la habitación tiene una buena calefacción por lo que nos ponemos calentitos esperando que se haga de noche, para volver a salir.
Mientras nos ponemos cómodos, cenamos y actualizamos el blog. Sobre las 20h salimos a ver las montañas de algodón iluminadas, pero la verdad que lo encontramos soso, iluminación blanquinosas sobre blanco, no duramos ni un minuto y eso que casi no hace frío.

Ya con todo hecho, nos relajamos más si puede, cogemos nuestros ebooks y con ellos hasta las puertas del sueño.



Estación de buses de Diyarbakir

Nuestro bus...

Dentro del bus, empezamos el viaje...

Yo posando e inmortalizando el momento....

Lago enfrente de las montañas de algodón

Lo habrán preparado para la BM????

Ocas esperando a los turistas....

Montaña de algodón

La BM también se quiere inmortalizar

12 y 13/11/2018 Diyarbakir

Estos dos días han sido unas mini-vacaciones dentro de las vacaciones, nos hemos dedicado a visitar alguna mezquita que nos faltaba y una iglesia ortodoxa, también nos hemos acercado hasta la estación de tren para ver como es, resultando ser moderna, limpia y espaciosa.
Como el móvil nos daba lluvia para el día 14 donde estamos y en la zona central y este del país, decidimos comprarnos un par de billetes de bus para el día 14/11 hasta Denizli y de aquí otro bus hasta Pamukkale, en resumen unos 900 y pico kilómetros, para escaparnos del mal tiempo y salirnos de la zona kurda del país. Toda una pena porque nos encanta sus gentes, sus vestidos y su comida, por no hablar de los zumos de fruta que nos tomamos cada día.
Pero como iba escribiendo estos dos días nos hemos dedicado a descansar, disfrutar de sus gentes, de sus tés, cafés y zumos, también de su deliciosa y creativa repostería. Nos hemos pasado horas caminando por el casco viejo de la ciudad y unas pocas por la zona nueva, pero donde hemos estado más tiempo y más a gusto ha sido en la plaza principal, donde estábamos con la gente local...

Nos apena no poder adentrarnos más en esta área del país, pero el tiempo en este viaje es limitado. Así que mañana día de traslado y no llegaremos a destino hasta pasado mañana, sólo espero que el bus sea ancho y confortable...

Edificio típico de la zona, con tiendas y casas de te, por donde pasaba la ruta de la seda y con capacidad para 600 camellos

Hombres curdos, pasando la tarde en la plaza del pueblo

Antigua locomotora turca


Zumo de limón y de granada. A tope con la vitamina C

Hombre curdo

Sólo nos duro 5 minutos...Delicioso


Vida local



La BM en la estación de trenes


domingo, 11 de noviembre de 2018

11/11/2018 Diyarbakir


Nos levantamos ilusionados por el desayuno, seguro que es mejor que en los demás sitios que hemos estado, pero cuando llegamos al comedor, nuestro gozo en un pozo negro y hondo. El desayuno, consta de pan, aceitunas negras, queso y tarrinas individuales de mantequilla, nocilla y miel:ni huevos ni verdura ni café con leche sólo té.
Pero como la hambre nos puede, no le hacemos feo a nada. Además el señor del hotel nos trae una pasta de hojaldre rellena de queso, que da un poco de vidilla al triste desayuno. Cuando ponemos los pies en la calle, estamos casi solos, la ciudad sigue durmiendo, desde luego aquí la palabra madrugar la desconocen. Hoy vamos a explorar la muralla, y nos recorremos la mitad de ella, o dicho de otra manera caminamos unos 3 km por su base exterior, llevándonos por paseos y parques bonitos y también por la zona más pobre, donde tenemos suerte que aún están durmiendo, sino dudo mucho que salgamos con todo lo que entramos. Llegamos a un mercado de frutas, donde unos chicos me “raptan” un rato y me utilizan como fotógrafo personal, quedamos en que enviaré las fotos por la noche por whatsapps. Caminamos un rato por encima de la muralla, pero esta parte no la disfruto nada y suerte tengo que la BM se cansa y prefiere ir por la base.
Tras más de dos horas de trekking por la muralla, decidimos que por hoy ya hemos tenido bastante y volvemos al monte, o dicho de otra manera volvemos a callejear, donde visitamos 2 mezquitas más y acordamos que mañana visitaremos la iglesia ortodoxa de pago, porque todo lo que vemos nos parece espectacular.
Para refrescarnos nos tomamos 2 vasos de zumo de limón natural., y a partir de aquí ya bajamos el ritmo y nos dedicamos a disfrutar del ambiente de la ciudad, aunque no nos olvidamos de visitar el centro cultural donde los ancianos cantan canciones locales, para nuestros oídos es demasiado, y no duramos más de cinco minutos..
Como la BM tiene hambre salimos a la caza de comida, pero terminamos volviendo al mismo local de ayer, es la apuesta más segura. Mientras paseamos la BM no para de recoger cafés de muestra que regalan.
Ayer le prometimos a un tendero de alfombras que regresaríamos a su tienda para que pudiera practicar su ingles, cumplimos con nuestra promesa y nos sentamos con el hombre una media hora mientras tomamos el té. Con él hablamos un poco de la situación de los kurdos en Turquía y cómo la palabra Kurdistan está prohibida en la zona. Eso explica tantos coches-tanque policía por todas partes....
El resto del día sólo paseamos sin más y cuando llega la hora regresamos al hotel para cumplir con nuestras obligaciones. 

Coche policía turco

Paseando por la muralla

Detalles de mezquita

Hombres kurdos

Ambiente en la calle, que siempre está muy animada

Traje típico kurdo

La BM, andando por la parte superior de la muralla

Mezquita

Dulces turcos.

A la puesta de sol, en nuestro rincón favorito.

sábado, 10 de noviembre de 2018

10/11/2018 de Mardin a Diyarbakir


A las 07h volvemos al mundo, cerramos las mochilas y bajamos a tomarnos nuestro café con leche, al chico de recepción lo tengo que despertar y claro está tarda lo que no está escrito, tanto madrugar no sirve de nada en este país, y cuando ya pensaba que nos íbamos la BM me dice que quiere ir a desayunar una sopa de lentejas (el desayuno típico del país, del cual disfrutamos los últimos días), así que vamos a terminar de desayunar. Una vez terminado el desayuno y sin más desayunos a la vista, al menos esta mañana, cargamos con la mochila y justo salir pasa nuestro bus, esto sí que es tener suerte, aunque después de un buen rato confirmo que no era suerte... El bus es lentísimo, para cada dos por tres, a la mínima pone punto muerto para aprovechar la mínima pendiente y tardamos más de media hora en llegar a la parada del Dolmus (furgonetas que hacen función de minibus) para ir a nuestro próximo destino.
Sólo llegar salimos y esta vez si va rápido, los 80km los hace en algo más de una hora, todo un récord, proporcionalmente hemos tardado más con el bus urbano que con el interurbano. El Dolmus no sabemos bien donde nos deja en Diyarbakir, pero gracias al maps.me estábamos un poco ubicados... Cogemos un bus urbano que nos lleva a la zona que nos queremos alojar y a partir de aquí empieza la peregrinación, primero yo y después la BM, que consigue una pedazo habitación con desayuno incluido a muy buen precio.
Una vez instalados salimos a visitar la ciudad. Sólo salir del hotel vamos a parar a uno de los trozos de la muralla ( la segunda más grande del mundo, después de la de China) donde hay una preciosa zona verde, una mezquita impresionante y desde lo alto de la muralla vistas al rio Tigris. No sabemos si es por ser sábado pero está lleno de gente, sus facciones y vestimentas son diferentes a los turcos (en Diyarkabir la mayoría de la población es kurda) estamos exitadisimos por todo lo que vemos. Seguimos la ría de gente, llegando a la zona turística y decidimos parar a llenar los estómagos. Como no, la especialidad de la zona sigue siendo el kebab, pero aquí los locales son más refinados. Nos pedimos un kebab cada uno y nos quedamos sorprendidos cuando el camarero nos trae también un Ayran (bebida nacional hecha de yogurt, agua y sal) y nos dice que es por gentileza de un chico que esta comiendo detrás nuestro, le hacemos un gesto de agradecimiento y él prácticamente ni levanta la vista. Una vez tenemos los depósitos llenos nos dejamos llevar por la riada y llegamos a otra mezquita deslumbrante. No habíamos visto una como esta, con sus columnas, tallados florales y su arquitectura diferente a lo que conocíamos. Seguimos paseando, vemos un puesto de zumos naturales y decidimos tomarnos una limonada, nuevamente somos invitados por un cliente que se estaba tomando una limonada también. Estamos sorprendidos por la gentileza de la gente. Al lado del puesto hay un minarete de estilo armenio que se sustenta sobre cuatro columnas. Estamos flipando por todo lo que vemos....
Entramos en una plaza de tés que nada tiene que envidiar a la de Sanliurfa, paseamos por el mercado, callejeamos alrededor de la muralla cercana al hotel, charlamos con los vendedores... ­y cuando oscurece regresamos a nuestra calle, donde nos compramos una enorme magdalena rellena de frutos secos y nos sentamos a tomar un té. Estiramos un poco las piernas acercándonos al parque que hemos estado antes y de regreso al hotel cenamos un par de bocadillos tostados rellenos de huevo, salami y queso.
Ya sin más regresamos a la habitación para descansar, actualizamos el blog, nos tomamos un café, leemos un poco y cerramos el día por hoy.

Paseando por la segunda muralla más grande del mundo, sólo la supera la de China

Seguimos con los kebabs.....

Interior de mezquita

Puesto callejero y gente local



Zona verde, a 100 metros de nuestro hotel. Al fondo, el río Tigris

La BM, tratando de conseguir el ángulo perfecto

Minarete sostenido por columnas

Plaza para tomar el te

Paseando por el exterior de la muralla

Muralla iluminada por la noche