jueves, 15 de noviembre de 2018

14 y 15/11/2018 de Diyarbakir a Pamukkale

A las 07h estamos arriba, voy a comprar el desayuno y después cerramos las mochilas, que no entendemos porqué, pero cada vez parece que llevemos más cosas. Como sólo tenemos un par de horas, visitamos los dos lugares más bonitos, nos metemos entre pecho y espalda dos zumos de limón naturales y a las 10h estamos saliendo por la puerta del hotel. Una vez en la parada del bus, nos indican que cojamos un bus que no es el mismo que nos habían dicho cogiésemos anteriormente...Tras 45 minutos de ruta turística llegamos a la estación de buses, donde confirmamos billetes y esperamos hasta las 13h para subirnos en el nuestro.
El viaje se hace largo, suerte que cada dos por tres pasa el carrito con bebidas y café... Pero el conductor cada hora y pico le da por hacer una parada, y no nos extraña que el viaje dure tantas horas, porque con las autovías que tienen y los buses de primera, no es lógico que tardemos tanto.
Cuando se hace de noche la BM se queda KO enseguida, pero yo no puedo decir lo mismo, al final por cansancio o aburrimiento o por las dos cosas, eso nunca lo sabré, consigo dormir unas horas.
A su hora el bus nos deja Denizli, donde hemos de coger un Dolmus destino Pamukkale, antes la BM decide comprar los billetes de bus hasta Estambul, la fecha de regreso está cerca y no queremos sorpresas.
El trayecto hasta Pamukkale dura lo previsto (increíble) y una vez en el centro dejo a la BM con las mochilas y busco alojamiento para las próximas noches, me lleva poco tiempo y encuentro una ganga en el mismo centro.
Una vez instalados, limpios y aseados salimos a verle la cara a la zona... El lugar es súper turístico y la comida súper cara: el doble o más del doble que en cualquier otro lugar de los que hayamos estado hasta ahora, incluso los supermercados y la fruta... Finalmente entramos en un sitio que parece local, donde nos hacen una comida tamaño enano, por lo que decidimos que vamos a pasar a la economía de post-guerra e ir a lo básico.... Lo básico incluye una bolsa de patatas enfrente de las montañas de algodón, que pese a haberlas visto en fotografías 1000 veces, nos sorprenden por lo bonito de la vista. Hay un lago al pie de las mismas con decenas de ocas que graznan descaradamente pidiendo comida y turistas que vienen con barras de pan para alimentarlas. Nos sumamos al juego con el pan que nos sobró de ayer. Damos la vuelta al lago, nos comemos las patatas, damos otra vuelta.... Hace mucho frío y la BM cada vez está peor de su resfriado....Queremos ver las montañas iluminadas de noche, pero decidimos irnos a la habitación y regresar cuando ya sea oscuro. Por fin hemos sacado la ropa de abrigo de la mochila y no nos sobra nada... Mañana, que es cuando tenemos pensado entrar en el recinto, tendremos que ir bien abrigados... Por suerte, la habitación tiene una buena calefacción por lo que nos ponemos calentitos esperando que se haga de noche, para volver a salir.
Mientras nos ponemos cómodos, cenamos y actualizamos el blog. Sobre las 20h salimos a ver las montañas de algodón iluminadas, pero la verdad que lo encontramos soso, iluminación blanquinosas sobre blanco, no duramos ni un minuto y eso que casi no hace frío.

Ya con todo hecho, nos relajamos más si puede, cogemos nuestros ebooks y con ellos hasta las puertas del sueño.



Estación de buses de Diyarbakir

Nuestro bus...

Dentro del bus, empezamos el viaje...

Yo posando e inmortalizando el momento....

Lago enfrente de las montañas de algodón

Lo habrán preparado para la BM????

Ocas esperando a los turistas....

Montaña de algodón

La BM también se quiere inmortalizar

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