Nada
más abrir los ojos, nos asomamos por la ventana para ver que el
tiempo está nublado, así que optamos por hacer las mochilas y
cambiar de destino, con mucha pena, porque Sanliurfa ha sido un
destino muy exótico, sobretodo por sus gentes.
Tardamos
una hora en salir del hotel, y unos tres cuartos de hora en llegar a
la estación de buses, y aquí volvemos a derrapar, compramos el
billete de bus en el primer sitio que encontramos y eso que sabíamos
que habían cuatro compañías que van al mismo destino, para postre
hemos de esperarnos hasta las 11h, mientras las otras compañías
salen antes. A lo hecho pecho, sólo nos queda esperar y tranquilizar
a la BM que esta que trina por culpa de la derrapada.
A
las 11:15h sale el bus, y un trayecto de dos horas se convierte en
cuatro, de verdad que no lo entendemos, buenos buses, buenas
carreteras, pero ni así consiguen llegar a la hora. Cuando por fin
llegamos, la lluvia también, aunque sólo un poco pero lo suficiente
para incordiar. Como por la acera que estamos no pasa ningún bus
urbano, decidimos cambiar de acera, subirnos al primero que creemos
que nos llevará al centro y dar la vuelta larga por la ciudad,al
menos nos sirve para verle la cara.
Una
vez en el centro esta vez la BM se queda con las mochilas mientras yo
busco alojamiento, nos lleva un buen rato pero al final encontramos
un alojamiento en el centro.
Como
no hemos comido nada salimos a comer-cenar, paseamos por la calle
principal ya de noche y nos tomamos un té en un bar local. No
podemos ver la ciudad muy bien, porque hay niebla y llovizna, pero lo
poco que vemos son edificios espectaculares y escaleras que suben y
bajan por todas partes.
No
hay nadie por la calle decidimos volver al hotel hasta que se nos
bajen las persianas y entremos en el mundo de los sueños....
llegando a la estación de buses |
La estación de buses por dentro |
Minarete iluminado de noche en Mardin |
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