miércoles, 21 de noviembre de 2018

18/11/2018 Estambul


Llegamos a Estambul pasadas las 9, más de una hora más tarde de lo previsto. Preguntamos por el “servis” (servicio de traslado al centro) y nos dicen que tardará una hora. Llueve. Esperamos junto con otros pasajeros el “servis”. Finalmente llega, nos subimos en él, nos lleva a otra estación y nos dicen que hemos de cambiar de “servis”. La BM está con los ojos fuera de las órbitas. Casi ni nos creemos cuando por fin llegamos a nuestra zona, sobre las 11:30h de la mañana. Volvemos a nuestra habitación-discoteca, ya que por dos días que vamos a estar aquí, no nos apetecía buscar alojamiento y además está cerca de la parada del bus al aeropuerto. El dueño de la casa nos abre y nos dice que tenemos la habitación preparada. Nos duchamos, hacemos la colada y salimos a pasear. Queremos ver si encontramos entradas para ver la ceremonia de los Derviches, algo muy típico de aquí. Y la suerte nos acompaña, ya que aunque suelen agotarse al salir a la venta, conseguimos hacernos con un par de entradas en un centro cultural. Quedan un par de hora para el espectáculo y decidimos ir a comer a un lugar que vimos la otra vez, que estaba lleno de gente turca. La decisión es un acierto y por un precio “normal” conseguimos comer un menú que no sea bocadillo de kebab. Y hasta nos entra el postre!! Después de la comida, vamos a hacer cola al centro cultural, ya que las entradas no son numeradas.
Mientras esperamos la BM descubre que hay dos precios, y a nosotros nos han cobrado el suplemento por ser turistas, y como tenemos tiempo, la BM se queja, primero al hombre que vende las entradas, luego a su superior y finalmente al jefe, que aunque sus explicaciones son pobres no tiene intención de devolvernos la diferencia, al menos la BM le a sacado los colores delante de todo el mundo.
Cuando nos dan paso entramos y cogemos dos asientos a primera fila.
El espectáculo dura una hora, y lo disfrutamos mucho, nos parece interesantísimo, ver como van dando vueltas y parándose sin marearse ni perder el equilibrio, en si es muy armonioso... a más a más el lugar es precioso, realmente salimos encantados.
Salimos y el tiempo aguanta, de momento no llueve o solo caen unas gotas, paseamos arriba y abajo por la calle principal, buscando algún souvenir que nos guste, pero sin éxito, incluso nos acercamos al mercado de las especies pero ya es tarde está casi todo cerrado. El tiempo nos indica que hemos de volver a la guarida, llueve y hace viento,mañana sera otro día.
Una vez en la guarida volvemos a nuestra rutina y nos vamos al mundo de los sueños pronto que hoy estamos rendidos.



Tienda de dulces

Llego la Navidad o al menos el árbol...

La BM inmortalizando el momento

Derviches bailando

Girando muy rápido

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