Llegamos
a Estambul pasadas las 9, más de una hora más tarde de lo previsto.
Preguntamos por el “servis” (servicio de traslado al centro) y
nos dicen que tardará una hora. Llueve. Esperamos junto con otros
pasajeros el “servis”. Finalmente llega, nos subimos en él, nos
lleva a otra estación y nos dicen que hemos de cambiar de “servis”.
La BM está con los ojos fuera de las órbitas. Casi ni nos creemos
cuando por fin llegamos a nuestra zona, sobre las 11:30h de la
mañana. Volvemos a nuestra habitación-discoteca, ya que por dos
días que vamos a estar aquí, no nos apetecía buscar alojamiento y
además está cerca de la parada del bus al aeropuerto. El dueño de
la casa nos abre y nos dice que tenemos la habitación preparada. Nos
duchamos, hacemos la colada y salimos a pasear. Queremos ver si
encontramos entradas para ver la ceremonia de los Derviches, algo muy
típico de aquí. Y la suerte nos acompaña, ya que aunque suelen
agotarse al salir a la venta, conseguimos hacernos con un par de
entradas en un centro cultural. Quedan un par de hora para el
espectáculo y decidimos ir a comer a un lugar que vimos la otra vez,
que estaba lleno de gente turca. La decisión es un acierto y por un
precio “normal” conseguimos comer un menú que no sea bocadillo
de kebab. Y hasta nos entra el postre!! Después de la comida, vamos
a hacer cola al centro cultural, ya que las entradas no son
numeradas.
Mientras
esperamos la BM descubre que hay dos precios, y a nosotros nos han
cobrado el suplemento por ser turistas, y como tenemos tiempo, la BM
se queja, primero al hombre que vende las entradas, luego a su
superior y finalmente al jefe, que aunque sus explicaciones son
pobres no tiene intención de devolvernos la diferencia, al menos la
BM le a sacado los colores delante de todo el mundo.
Cuando
nos dan paso entramos y cogemos dos asientos a primera fila.
El
espectáculo dura una hora, y lo disfrutamos mucho, nos parece
interesantísimo, ver como van dando vueltas y parándose sin
marearse ni perder el equilibrio, en si es muy armonioso... a más a
más el lugar es precioso, realmente salimos encantados.
Salimos
y el tiempo aguanta, de momento no llueve o solo caen unas gotas,
paseamos arriba y abajo por la calle principal, buscando algún
souvenir que nos guste, pero sin éxito, incluso nos acercamos al
mercado de las especies pero ya es tarde está casi todo cerrado. El
tiempo nos indica que hemos de volver a la guarida, llueve y hace
viento,mañana sera otro día.
Una
vez en la guarida volvemos a nuestra rutina y nos vamos al mundo de
los sueños pronto que hoy estamos rendidos.
Tienda de dulces |
Llego la Navidad o al menos el árbol... |
La BM inmortalizando el momento |
Derviches bailando |
Girando muy rápido |
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