Mochileando por el Mundo: Del 07 al 15-11-2012 Ton Sai

Hemos dormido sin ninguna interrupción, del tirón y tras desayunar volvemos a la peregrinación, no sea caso que encontremos algo mas económico. Y si, después de dos horas encontramos una cabaña a nuestra medida justo en la guesthouse del lado. Tras una rápida mudanza volamos hasta la playa a bajar temperatura, donde nos estamos todo el día,. Las comidas las conseguimos capear con el único recurso que nos dejan: subir presupuesto pero el lugar nos parece que merece la pena y decidimos hacer un esfuerzo . Nos hacemos cruces que estando en tierra firme sea mas caro que en las islas. Las puestas de sol aquí son muy bonitas aunque los nubarrones de mosquitos consiguen quitarle buena parte del encanto, el único sitio donde uno esta a salvo es debajo del agua.
Teniendo claro los estándares del lugar y los precios de la comida, la BM y yo nos abandonamos unos cuantos días. Al segundo día la BM descubre en un rincón una buena mujer que prepara raciones de comida mas que razonables y a un precio comedido y eso nos alegra los estómagos: ya podemos disfrutar de las playas sin renunciar a las exigencias de nuestras barrigas. Y como la BM es mucho de tomar el sol, leer y bañarse yo, con mi ojo fotográfico, decido desenfundar mi cámara, ponerle el teleobjetivo y fotografiar a todos los “colgados” que me encuentro escalando la montaña, y por lo que parece les hace gracia, alguno cree que soy un profesional....
La BM y yo somos de explorar zonas, así que nos acercamos hasta la playa de Railay que esta a 25 minutos andando (subiendo por la jungla) y 15 si la marea esta baja, (rodeando el peñón que bordea ambas playas). Railay es una playa totalmente diferente: resorts de lujo con todas las facilidades que uno pueda necesitar y con una bahia chulisima, que hace que la BM y yo vayamos combinemos nuestros días de playa entre Railay y la playa después de Railay, que tiene la peculiaridad de tener a una virgen, la cual custodia a los marineros y guarda de ellos, pero esto no es lo peculiar,sino que las ofrendas que se le hace a la Virgen: son penes de todos tamaños y dimensiones y en vez de parecer un santuario parece un sex-shop.
Con el paso de los días, la BM y yo hemos llegado a la certeza de que en Espanya, el gobierno, por sacarse a la gente de encima, por la compra de un bote de mayonesa regala billetes de avión a Thailandia ( mas que nada porque lo único que se oye es castellano incluso debajo del agua) conozco a unos españoles escaladores que me ofrecen la oportunidad de colgarme a unos 20m de altura para que así pueda hacerles unas buenas fotos, y a pesar de mi vértigo y mis miedos acepto el reto. Por supuesto han elegido el lugar mas espectacular y el que mas me impresiona y aunque precisamente no tengo el pulso para tocar panderetas, tras esperar que mi corazón recupere su ritmo normal, consigo sacar algunas instantáneas impresionantes.
Por la noche, la BM y yo nos echamos unas partiditas a las cartas e incluso al Rumikub, que desde que se fueron los suegros, no lo habíamos sacado de la mochila. También leemos juntos un libro en ingles, así aprovecho para mejorar mi pronunciación y mi vocabulario. Y tras muchos días de playa, sol, lectura y abandono, llega el día en que decidimos que ya toca cambiar de aires, que estos los tenemos muy vistos. La ultima noche hacemos las mochilas y lo dejamos todo preparado: mañana cogeremos el barco para ir a Ao Nang (que esta a 5 minutos, detrás del peñón) e iremos a visitar a nuestros queridos amigos Antonio y Margaret (que justo viven detrás del peñón), puesto que la ultima “cita” en Phuket nos dejo con mal sabor de boca. Listos para pasar nuestra ultima noche, nos retiramos a descansar con todo preparado. Mañana, día de traslado!