miércoles, 31 de marzo de 2010

04-03-2010 Camino de Kunming















Me despierta un oficial de policía y me dice que nos levantemos y que nos vayamos. La estación esta llena de gente yendo arriba y abajo. Son las 8 de la manyana. Nos lleva un poco de tiempo situarnos pero enseguida recordamos que estamos en China!! Recogemos las mochilas y nos vamos en busca de un banco para conseguir moneda nacional. Nos dirigimos al banco de China, donde nos ofrecen un cambio favorable, aunque el proceso nos lleva casi una hora... la chica ha de rellenar un montón de documentos por duplicado y manualmente, nos desesperamos!!! y eso que tienen ordenadores, es incomprensible... Sobre las 10 y con el bolsillo lleno, decidimos irnos ya hacia la estación central en bus. No sin cierta dificultad (y eso que lo llevamos todo escrito en mandarín) conseguimos averiguar el numero de bus y subirnos a el y le pedimos al conductor que nos avise en cuanto lleguemos a la parada. Todo esto sin hablar ni una palabra de mandarín nosotros ni ellos una sola palabra de ingles. La estacion central es un caos: gente por todos sitios, mejor dicho, chinos por todos sitios... Parece las Ramblas de Barcelona en un día festivo. Siguiendo las senyales adecuadas y haciendo uso del “tengo preferencia por ser turista” llegamos a la sala de espera. Cuando faltan unos 20 minutos para que salga el tren, una chica con un megáfono nos indica el anden al cual hemos de dirigirnos o al menos esto creemos, así que seguimos la marabunda de chinos que van hacia el tren y subimos de los primeros porque somos turistas con mucha cara y nos saltamos la enorme cola. El tren esta muy bien y los asientos están acolchados, cosa que no contábamos al comprar los billetes mas económicos. Aquí no hay gente por los pasillos ni bultos ni animales, todo en orden y un revisor por cada vagón. El tren sale a su hora y son unas 25 horas de viaje, unos 1077 km. En todos los vagones hay una maquina de agua caliente que nosotros, a igual que ellos, utilizamos para hacernos sopas instantáneas de noodles. Hasta que oscurece nos dedicamos a ver los paisajes que de rurales tienen bien poco, buenas carreteras, grandes industrias.....esperemos que esto cambie a medida que salgamos de la influencia de la ciudad. Como va siendo costumbre la B.M se duerme enseguida, a pesar que las luces están encendidas, la gente hablando y escuchando música por el móvil sin auriculares e incluso se organiza una timba justo a nuestro lado y ella como si nada, en cambio yo concilio el suenyo por puro cansancio.

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