jueves, 18 de octubre de 2018

14/10/2018 Estambul


La noche ha sido muy larga y aún durmiendo con tapones me he ido despertando canción si canción también y cuando al fin me dormía, llegaba algún mosquito para traerme de vuelta al mundo terrenal... El día pinta largo y excitante: por fin podremos verle la cara a Estambul!! La primera sorpresa son las vistas que tenemos desde la terraza de nuestro apartamento y por ellas se salva: vemos toda la silueta de Estambul: desde Sta. Sofia a la Mezquita Azul, el Mercado Viejo y miles de minaretes y cúpulas por todas partes. Los pies se ponen en marcha, queremos pisarlo TODO. Así que cargamos las bolsas, sacamos la cámara y a pasear.
Ponemos rumbo hacia el Gran Bazar, lo tenemos a 30 minutos a pie. Cruzamos el puente que nos deja a los pies del bazar de las especias, un puente repleto de de gente pescando, no hay un palmo libre sin caña en la barandilla de orilla a orilla, debe ser el deporte nacional o un medio de supervivencia, aún no lo tengo claro. Por todos lados hay puestos vendiendo bocadillos de pescado. Todos iguales, todos al mismo precio. También está repleto de carritos ambulantes de mazorcas de maiz y la gente se sienta en los escalones frente al puente a comer y tomar refrescos.
Llegamos al Gran Bazar y nos enteramos que por ser domingo el 95% del bazar está cerrado y los mejores cambistas también.
Deambulamos un rato por las calles vacías, hasta que encontramos a una pareja que nos lleva hasta el centro turístico de la ciudad, dígase en otras palabras donde se halla la mezquita azul y Sta Sofia. Los cambistas aquí deben hacer el agosto con los turistas, porque los cambios son demoledores, pero mis ojos no miran lo mismo que los de la BM, yo sólo veo los escaparates de comida, tan bien presentados, con esas texturas y colores, no dejo de salivar y mi estomago se ha convertido en un agujero negro. La BM consigue sacarme de los escaparates y me propone ir a visitar la mezquita azul, pero como resulta que hay una vuelta ciclista importante está lleno de policías que nos paran cada dos por tres y nos miran las mochilas. Al fin llegamos a la mezquita, después de un pequeño rodeo y de unos cuantos cacheos. Como suele ser costumbre nos resulta más interesante por fuera que no por dentro y esta vez con razón de peso, el interior de la mezquita esta de reformas y han puesto un falso techo pintado a tres metros del suelo que quita las ganas de sentarse a disfrutar de la mezquita, para postre esta repleta de turistas haciéndose selfies a cada centímetro, aún no se qué fotografían, pero la cuestión es darle al botón para inmortalizarse a cada segundo que pasa.
Salimos un poco bastante decepcionados por la visita, pero enseguida se nos pasa....
Tantas horas de pie y con todos los sentidos a toda marcha nos van pasando factura, por lo que decidimos pararnos a tomar un té local, en un local tan pequeño que las mesas están en la acera porque dentro no caben. Decidimos comernos unas mazorcas de maiz asadas después de un intento fallido de comprar un kebab: el tamaño es tan ridículo que lo hemos devuelto en el momento que nos lo han servido. Y es que en Turquia los kebabs van a peso y a medida que van cortando la carne la ponen en una balanza miligrámica para no pasarse ni una pizca... Como las horas van avanzando y la noche con ella, decidimos volver a “nuestro barrio” para sentirnos más seguros. El viaje de retorno es largo y el ascenso final memorable... Pasamos por la torre Galata, donde centenares de turistas hacen cola y volvemos despacito hasta casa. Como tenemos hambre y no nos apetece hacer más intentos fallidos, decidimos comprar una barra de pan y una bolsa de patatas Lay's por cabeza y hacernos un “bocata de patatas” a la irlandesa.
Con las energías parpadeando en rojo, caminamos un poco por nuestra zona y regresamos a nuestra disco-habitación particular, tomarnos un café calentito en nuestra terraza con vistas donde después de asearnos y ponernos cómodos, sólo nos queda disfrutar de la música hasta Dios sabe que hora.

Día de pesca, sobre el puente de Estambul

Vistas des del puente

Dulces turcos

Interior de la Mezquita Azul

Santa Sofía

Hora de tomar el te.


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