Estos
días están siendo unas vacaciones, porque el pueblo es muy
pintoresco, no le falta de nada y es perfecto para un decorado de
película, pero es muy pequeño y no da para más, por lo que nos
dedicamos a la contemplación todo el día, desde un banco panorámico
a otro o sino desde una roca a otra, y si estamos cansados de
descansar, caminamos por el paseo de una playa de punta a punta y si
esto no es suficiente caminamos por el puerto, donde la pesca y el
pasear de la mano es el deporte nacional del país.
Como
nuestro apartamento-ático tiene cocina, a las horas señaladas por
nuestros estómagos hacemos las paradas pertinentes para callarlas.
El
20/10 decidimos comprarnos los billetes hasta Ankara para el día
22/10, hubiésemos preferido comprarlos hasta Goreme pero en la
capital hemos de cambiar de bus y también de compañía, y desde
aquí no podemos hacer reservas, esperemos que todo vaya bien si no,
nos tocará hacer noche en la capital.
Como
sólo tenemos pagado una noche y los billetes son para dentro de dos
días, vamos a hablar con la señora, esperando no haya alquilado el
apartamento, por fortuna acepta de buen grado el dinero por una noche
extra.
Mientras
estamos hablando con la familia, la buena señora nos sube un bol de
palomitas recién hechas, que en menos que canta un gallo van a parar
a nuestros estómagos.
Los
días nos acompañan porque a pesar de estar nublado, hace una
temperatura buenísimas y no nos achicharramos bajo el fuego del Dios
sol y aunque de tanto en tanto chispea, este no dura ni un minuto.
El
día 21 nos dedicamos a holgazanear un poco más y recorrer los
caminos que ya hemos recorrido infinidad de veces... Si no nos damos
un bañito en el mar negro es por dos razones: nadie lo hace y está
lleno de enormes medusas, pequeñas medusas y bancos de medusas que
hacen una mancha blanca en el mar... A mediodía decidimos comer un
bocadillo de pescado en el puerto y por la tarde nos cae un buen
chubasco que nos deja empapados y puesto que hemos de volver a casa a
protegernos, nos abandonamos a leer contemplando el mar des de
nuestra sala de estar. Cuando ya oscurece, nos damos una última
vuelta para ver la bahía iluminada y después dejamos todo recogido
para mañana, que toca traslado....
Practicando el deporte nacional |
Vistas de una de las dos bahías |
Bahía desde otro angulo |
Subir hasta la cima tiene sus recompensas... |
Nuestro primer y único baño en el mar Negro |
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