jueves, 18 de octubre de 2018

16/10/2018 de Estambul a Safranbolu


Por primera vez desde que llegamos hemos dormido sin música ni ningún tipo de ruidos y sin mosquitos, estamos con las energias a tope. Desayunamos en nuestra terraza con vistas y como no tenemos prisa nos deleitamos con ellas. Después terminamos de cerrar las mochilas y caminamos hasta la agencia donde nos la guardan. El pick-up nos recogerá a las 12:20, así que aún tenemos unas 3 horas para hacer de turistas. Nos dedicamos a investigar nuestro barrio, ya que los días anteriores nos los hemos pasado en el barrio asiático. Y la verdad es que nos sorprendemos, ya que encontramos un Carrefour y grandes supermercados que nos permiten empezar a familiarizarnos con los precios locales.... y dándonos un respiro de tranquilidad, ahora que vemos que no vamos a volver arruinados a casa....Aprovechamos para investigar también hoteles y albergues, por si encontramos alternativas para la vuelta. No nos gustaría tener que volver a nuestra disco-habitación, pero todos los hoteles y pensiones que encontramos están junto-frente-sobre bares-karaokes-discotecas.... Ya veremos que hacemos a la vuelta... Como el viaje dura 7 horas, nos compramos un par de barras de pan y queso de untar, no sea caso que perdamos algún gramo durante el trayecto. Finalmente, a les 12.20 nos plantamos en la agencia y a las 12.30 en punto aparece nuestro minibus que nos lleva junto con otra pasajera a la estación central. Nuestra sorpresa es enorme al encontrarnos una estación limpia, grande y tranquila... y descubrir que sí era verdad que los precios eran los que eran y que no había otra alternativa más económica.... El bus sale a la hora prevista, las 13.30. Nos subimos a un autobús de primera, con pantallas de entretenimiento individuales para cara pasajero, con películas, juegos interactivos. Hay dos conductores y un “azafato” que sólo salir nos sirve un vaso de agua a cada uno. Nos sorprendemos de la comodidad y el espacio, ahora entendemos porque la mayoría de la gente hace el viaje de noche (al menos no hay música). Al cabo de un par de horas, todavía no hemos ni siquiera pasado el aeropuerto por el que llegamos. El azafato nos sirve bebidas (café, te, zumo, coca-cola, naranjada...) y pastitas. Aunque sólo nos toca una por pasajero, alargamos la mano cuando no mira y nos llevamos una segunda ración, jejeje. En un momento dado, hacemos una parada larguísima, hasta que llega otro minibus con pasajeros que se incorporan al nuestro. Cuando han pasado un par de horas más, nos vuelven a servir bebidas. Y finalmente, media hora más tarde de lo previsto, de noche y con lluvia, llegamos a Safranbolu. Bajamos del bus y un turco nos indica que hay transporte gratuito al centro. Le enseñamos el nombre de nuestro hotel y nos invita a subir, hablando con el conductor para que sepa donde vamos. A estas alturas del viaje, estamos realmente sorprendidos con la amabilidad turca, por como intentan entendernos aunque no hablen ni una palabra de inglés... El minibús nos deja en una esquina y gracias a maps.me llegamos a nuestro hotel en 5 minutos. Desde luego, esta aplicación que descubrimos en Kirguistan, es un tesoro.... Llegamos al hotel y nos quedamos enormemente sorprendidos con lo que encontramos: una casa otomana totalmente reformada y iluminada, en una calle empedrada al lado de la mezquita. No podemos creer que este sea nuestro alojamiento, fue los más barato que encontramos en Booking.es.... El recepcionista-propietario, nos recibe amablemente y después de una negociación sobre el precio de la lira turca (el hotel lo reservamos en euros y el pago hay que hacerlo en moneda local), llegamos a un acuerdo. Nos enseñan nuestra habitación que es increíble, con un techo abovedado, detalles arabescos y cuarto de baño absolutamente modernismo y nos informa que el desayuno es a las 8:30, ya que está incluido en el precio.... Nos comemos la segunda barra de pan que nos queda con el queso (la primera nos la hemos zampado antes de subir al bus), nos pegamos una ducha y mientras la BM hace la colada, me encargo de escribir el blog.... Cuando las persianas de los ojos se me cierran, nos metemos en la mullida cama de sábanas inmaculadas y en menos que canta un gallo, se adueña de nosotros el monstruo del sueño acumulado, que nos lleva al paraíso.


Puestecitos de kebab. Curiosamente, en Turquia, los kebabs son enanísimos y van a peso...

Casetas para gatos en la calle. Los turcos tratan muy bien a los animales callejeros, sean perros o gatos y les hacen casitas y les ponen comida.

Nuestro servicio gratuito a la estación de buses
Parada en estación de buses, camino de Safranbolu



El interior de nuestro bus.

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