martes, 27 de abril de 2010

24-03-2010 Dragon's Backbone Rice Terraces

Nos levantamos un poco mas tarde de lo habitual, y al mirar por la ventana vemos que la niebla continua acompañandonos, nos abrigamos hasta las cejas y salimos a explorar los alrededores, no se ve a mas de dos metros y hace un frío y una humedad horrorosa. Descubrimos que el pueblo es mas grande de lo que creíamos ayer, todo son escaleras subiendo, bajando y bordeando los campos de arroz o al menos esto creemos. Ventajas de las escaleras: No hay ni un solo vehículo motorizado. Desventaja: Al cabo de media hora tenemos las piernas muertas. Pese al mal tiempo no queremos rendirnos y caminamos como locos del mirador 1 al 2 con la esperanza que en algún momento se disipe la niebla y podamos ver los paisajes prometidos. Por fin, el milagro ocurre en el mirador de las 7 estrellas y la Luna, donde somos premiados con 5 minutos de visibilidad, lo suficiente para sacar fotos y quedarnos con la boca abierta con lo que vemos, transcurridos los 5 minutos de gracia, el cielo vuelve a taparse y el paisaje se desvanece. No podemos creernos la suerte que hemos tenido y por si acaso esta se repite nos vamos al mirador de los 7 Dragones y los 5 Tigres pero aquí no sucede el milagro y lo máximo que vemos son nuestros pies que a estas horas están insensibles por la humedad y el frío. El resto del día seguimos subiendo y bajando escaleras y yendo de un mirador a otro. En el mirador de las 7 Estrellas y la Luna nos divertimos viendo como algunos turistas pagan por hacerse una foto ante un póster de las vistas que se verían si no hubiese niebla, estos chinos se las inventan todas. Aprovechamos para sacar algunas fotos de algunas mujeres pertenecientes a la minoría Zhuang y de la minoría Yao. A media tarde y camino del hotel los dioses se vuelven apiadar de nosotros y nos regalan 10 minutos mas de visibilidad, corremos escaleras arriba y abajo por las calles del pueblo, buscando el rincón perfecto y rezando para tener tiempo para sacar alguna foto. Tras estos diez minutos de gracia y de nuevo envuelto de nubes regresamos al hotel para ducharnos con agua hirviendo, entrar en calor y volver a tener sensibilidad en los dedos de los pies. Cenamos temprano y tras la cena el milagro se repite, 3 en un día, esto es suerte... Todas las nubes desaparecen, cogemos las chaquetas y las cámaras, por descontado tambien los guantes y a toda prisa nos dirigimos al mirador de los 7 Dragones y los 5 Tigres, por el camino vamos con los dedos cruzados( son unos 15 minutos de escalones cuesta arriba) y no salimos de nuestro asombro de lo que vemos, el paisaje es sublime, no nos extranya que cobren para acceder a la zona, por desgracia tenemos poca luz y no podemos sacar casi fotos, pero somos afortunados de simplemente poderlo contemplar. Cuando llegamos al mirador vuelve a estar todo nublado y no vemos nada, pero las vistas del camino han merecido la pena por si solas. Regresamos al hotel ya de noche, nos encerramos en la habitación y ya no salimos de ella hasta el día siguiente.

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