25-03-2010 Dragon's Backbone Rice Terraces

Hoy si madrugamos, a ver si con las primeras luces del día, no nos encontramos con la niebla y como al que madruga Dios le ayuda, nos encontramos un día claro y despejado. No nos creemos mucho nuestra suerte y como no sabemos cuanto puede durar, nos ponemos las pilas y nos recorremos el pueblo y los dos miradores sin ninguna pausa para descansar, para nuestra grata sorpresa tras haber disfrutado de todos los rincones y miradores y haber sacado fotos para publicar un libro, el día sigue claro. Decidimos ir a visitar el pueblo de Zhogliu de la minoría Yao que se encuentra a 90 minutos de distancia caminando entre montanyas y arrozales. Por el camino nos acompanyan dos mujeres de la minoría Yao. Que insisten en acompanyarnos aunque no queramos, al final como las senyoras han sido muy amables pagamos por un posado. Una de las características de las mujeres Yao son sus largas cabelleras negras que les llegan hasta el suelo y que llevan enrolladas alrededor de la cabeza como si fuesen un turbante, ver estas melenas tiene un precio, para poderlas ver hay que abrir la cartera y pagar para el posado. Finalmente llegamos a Zhogliu, donde las senyoras insisten que las sigamos, para llevarnos a su casa donde nos ofrecen comer Noodles precocinados a un precio desorbitante, con la ganas que teníamos de probar la cocina tradicional lo único que nos han ofrecido es comida instantánea!!!. Decepcionados decidimos seguir solos visitando el pueblo, sus alrededores y sus cascadas de arroz, que aunque estamos fuera de temporada, las vistas son increíbles. Tras visitarlo todo volvemos a nuestro pueblo por el mismo camino por el que vinimos, el paseo es muy bonito, el día acompanya e incluso hace calor. Sobre las 16:30h finalmente comemos, nosotros si teníamos un tigre en nuestros estómagos. Después de comer damos la ultima vuelta por el pueblo, visitamos los miradores de nuevo, sacamos las ultimas fotos y de regreso al hotel paramos en una tienda a comprar un trozo de embutido, que como hemos comido tarde no tenemos mucha hambre. Volvemos a encerrarnos en nuestra habitación, donde actualizamos el diario, y sobre las 22h apagamos las luces.