miércoles, 13 de abril de 2011

31-03-2011 de Domaguete a Sipalay ( Isla de Negros)

Esta noche hemos decidido que hoy será día de traslado. A las 06h estamos en pie, haciendo las mochilas y desayunando. A las 6:40h estamos en la recepción del hotel liquidando cuentas y a las 6:55h en la estación de buses. Solo releyendo estas 3 primeras líneas me estreso. Nuestro autobús sale a las 7:15h dirección Bayawan, solo tarda 3 horas y una vez en Bayawan no hemos de cambiar de autobús ni de conductor ni tampoco de revisor. Seguimos hasta Hinova-an, este trayecto dura hora y media, pero aquí empiezan a aparecer las nubes negras. En Hinova-an cambiamos de bus dirección a Montilla, tarda unos 40 minutos, y una vez aquí, empezamos a andar, nuestro destino es Sugar Beach, pero los triciclos quieren cobrarnos lo no escrito, por lo que salvamos los 4,5km a pie, pasando por campos de arrozales y finalmente cogiendo un bote para cruzar el río.
El peregrinaje aquí dura poquísimo, es un playa únicamente para turistas, los resorts los regentan occidentales y los precios están a la altura de Europa y a pesar de conseguir alojamiento económico las comidas son mas económicas en Barcelona que no aquí.
Damos media vuelta y nos encaminamos hacia la población más cercana, llamada Sipalay, son unos 8km pero tenemos suerte y conseguimos un triciclo a precio local. Solo llegar aparece la lluvia, que nos obliga a repartir tareas, la BM busca alojamiento y yo me quedo con las mochilas. Vuelve al cabo de 1 hora con habitación y nos hemos de sentir muy afortunados porque en esta población en un hotel no nos han querido acomodar porque le sale más rentable alquilar la habitación por horas y no por días. Nuestro alojamiento también es muy concurrido pero el personal es simpático.
Una vez instalados cesa la lluvia, circunstancia que aprovechamos para salir a conocer la localidad. Las calles están muy animadas y nos enteramos que hoy es el ultimo día de un festival. Paseamos entremedio de las paradas ambulantes de ropa, comida, verduras, etc... y hoy para cenar nos comemos unas cuantas hamburguesas con Coca-Cola por menos de nada. Satisfechos con la cena paseamos por las paradas de juego del mercado. De lo más ingenioso los juegos que tienen aquí, eso si todos son de apuestas. Pero para curiosidad son los chiriguitos que hay enfrente de la playa, que siendo una localidad costera todos los locales ofrecen pollo a la barbacoa en todas sus modalidades (a ver si para comer pescado tengo que ir a la montaña).
Cansados del día nos retiramos a nuestro hotel concurrido.

Juegos de azar en el paseo de Sipalay

La "pelota" de la fortuna

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