miércoles, 2 de enero de 2013

06-12-2012 Bangkok y tren nocturno a Ubon Ratchatani


Esta mañana tenemos que hacer infinidad de cosas: preparar las mochilas, hacer las compras de ultima hora, comprar comida para el viaje, afeitarme, la BM depilarse... vamos, que sin darnos cuenta se nos hacen las 12 y por tanto la hora de dejar la GH. Como la propietaria de la GH no esta (tenemos instrucciones de dejar las llaves en el buzon al salir) aprovechamos la ocasión para dejar las mochilas en un rincón de la casa con la intención de recogerlas a la tarde y pegarnos una ducha antes de ir a la estación (es que la propietaria es muy pesetera y cuando ella esta en casa, hay que pagar por dejas las mochilas allí). Puesto que todavía es demasiado pronto para ir a recoger los pasaportes a la embajada de Filipinas, decidimos irnos a un local con wifi para entretenernos un poco y después de comer en el 7-eleven, decidimos repartirnos las tareas: la BM va a la embajada de Filipinas a recoger los pasaportes y yo me quedo en un local con wifi, para enviar fotos a los escaladores que conocimos en Railay. Tres horas mas tarde, nos encontramos en el punto previsto: la GH, donde nos duchamos casi a escondidas. La BM ya ha comprado la cena para llevar, así que solo tenemos que coger el bus que nos lleva a la estación. Vamos cargados como burros, ya que las zonas que vamos a visitar en Laos son de las mas caras y llevamos un montón de provisiones para que no nos vacíen los bolsillos....Una vez en la estación, esperamos un rato hasta que descubrimos que nuestro tren ya esta en el arcén. Los asientos son tan horribles como nos temíamos (duros como piedras y con un respaldo con inclinación de 90 grados). Al principio parece que no va a ser tan terrible, porque en los asientes de delante nuestro no hay nadie. Nos colocamos “ampliamente”, hasta que un par de horas después, sube una mujer con su nieto de mas o menos dos años y se nos acaba el chollo. Para pasar el rato, la BM y yo jugamos con el niño. La abuela, exhausta, no deja de tirarnos miradas de odio (el niño no deja de reírse a carcajada limpia de lo excitado que esta. Practico con el todos los trucos para niños que he aprendido. A la hora de acostarse, no hay manera de que cierre los ojos, hasta que la abuela decide ponerse de pie y bloquearnos el contacto visual. Sobre las 21 horas y ya cenados, la Bm se va a investigar y vuelve para informarme que se traslada a un vagón que hay reservado para monjes y minusvalidos y que va prácticamente vacío, donde hay espacio de sobras para tumbarse. Yo me quedo un rato mas donde estoy, compartiendo mi asiento con la abuela, ya que el niño esta estirado y la abuela no tiene donde sentarse. Finalmente, me rindo y me voy con la BM: que maravilla!! Los asientos aquí son mas largos y yo también me puedo estirar y coger el sueño......

Estacion central de Bangkok, esperando para coger nuestro tren.

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