11-01-2013 De Nakhon Phanom a Nong Kai

Por ser nuestro ultimo día aquí, bajamos al Mekong a ver la salida de sol antes de dirigirnos a la estación de buses. La salida de sol no vale la pena, ya que esta nublado. Subimos a nuestra habitación, desayunamos, recogemos las mochilas y andamos hasta la estación de buses. El traslado dura entre 4 horas (según la oficina de turismo) y 5 horas (según la Biblia). Así que no estamos para nada preparados para el trayecto de casi 9 horas que acaba siendo.... Paramos cada 10 minutos y las paradas duran lo indecible.... delante del autobús va la vendedora de billetes en moto y va parando por las esquinas a esperar si alguien compra o no billetes. Por supuesto, el bus espera con ella. El trayecto se nos hace eterno y ademas no tenemos comida. Por suerte, en una de las millones de paradas vemos una tienda de chucherías y nos compramos cosas para picar. Cuando por fin llegamos a Nong Kai, estamos sucios, hambrientos, cansados y desubicados, pero muy esperanzados, ya que según la Biblia aquí hay infinidad de GH bonitas y baratas, especialmente una de ellas que parece ser que es la bomba!! Por si no habíamos tenido suficiente sorpresa con la durada del viaje, las GH acaban de darnos el día. No hay ni una que se aproxime a los precios de la guía (todas empiezan a partir del doble) y las distancias mostradas en el mapa de la población, tampoco son correctas. En la única GH que encontramos dentro de nuestro presupuesto (y gracias a Dios, bonita y agradable) yo me quedo con las mochilas mientras la BM, por no perder la esperanza, se acerca hasta la maravillosa GH recomendada por la guía. Tarda casi mas de media hora en volver. Ha triplicado precios ademas esta llena..... Mas por que es la única opción y no por elección, nos quedamos en la que estamos, aunque el buen hombre de recepción se lo piensa antes de admitirnos. Esta muy enfadado porque hemos ido a ver otros alojamientos e insiste en que vayamos a ver mas, si no estamos seguros.... Tras jurarle que estamos super seguros, al final nos admite y nos entrega la llave de nuestra habitación. Hace frío, y el agua de la ducha sale helada. Para cenar, nos acercamos a un mercado nocturno y compramos pinchos que nos comemos en una terraza junto al Mekong, mientras vemos a la otra orilla Vientiane. Sin ya mas batería, nos retiramos a dormir, esperanzados de que mañana sera otro día.....

Antes de empezar el trayecto, con ganas de ver el proximo destino.

8 horas despues, cansados, sucios, hambrientos y desesperados!