miércoles, 2 de enero de 2013

07-12-2012 De Ubon Ratchatani a Pakse (Laos)

Hemos pasado mejor noche de la que preveíamos, por lo que estamos contentos.... El tren llega a Ubon Ratchatani sobre las 7 de la mañana. Seguimos a la gente local hasta una furgoneta, que casualmente va a la estación de buses. Que fortuna la nuestra... Subimos con todos los trastos (vamos mas cargados que los Tais, que ya es decir) y el trayecto hasta la estación de buses es...... inacabable..... La furgoneta va lentísima: para cada pocos metros para que suba o baje gente... tardamos mas de media hora en llegar a la estación de buses. Una vez en ella, se nos plantean diferentes opciones: bus internacional directamente a Pakse, minifurgoneta con aire acondicionado directa a la frontera y desde allí buscarnos la vida a Pakse o nuestra opción: bus local hasta no se que pueblo donde podemos cambiar a otro bus local hasta la frontera desde donde buscarnos la vida hasta Pakse, de esta manera podemos ahorrarnos unos centimos.... Subimos al bus que ya esta en marcha e ingenuamente pensamos que tenemos mucha suerte de que salga ya. Lo que no contamos es que el bus retrocede todo el camino que hemos hecho desde la estación de trenes para luego parar en un mercado durante unos 45 minutos.... Tras una hora y media, llegamos a la población donde nos corresponde hacer el cambio de bus. Afortunadamente, la vendedora de billetes nos indica amablemente donde esperar.... y vamos que si esperamos...... casi 1 hora hasta el que el “bus” se llena medianamente. Como estamos en un mercado, la BM sale a comprar comida para el resto del camino. Graciosamente, a la que ella desaparece entre las paradas, el conductor pone el vehículo en marcha para irnos, y casi le tengo que rogar para que se espere unos minutos hasta que la BM reaparece. Una vez en la frontera, la cruzamos sin mas percance que tener que pagar un dólar extra cada uno por que si, no te ponen el sello. Al menos aquí somos mas listos que ellos, ya que en realidad ellos querían que pagásemos 50 baths (1,25 euros). El problema empieza en el lado laosiano. De entrada, no vemos ningún lugar donde cambiar dinero (hay un par de bancos que parecen abandonados). Me quedo con las mochilas mientras la BM va a “investigar”. Curiosamente, los bancos abandonados no son lo que parecen: nos habíamos olvidado de como es Laos y del ritmo de la gente aquí... aunque las persianas metálicas estén bajadas, si las levantas encuentras un par de personas al otro lado “trabajando”. Cambiamos algo de dinero, lo suficiente por si no llegamos a tiempo a Pakse y nos tenemos que quedar todo el fin de semana. No vemos transporte por ninguna parte. Según la guía, hay “furgonetas” hasta la Pakse, pero los motoristas insisten en que tenemos que coger un taxi-moto que por supuesto, vale lo mismo que casi volver a Bangkok. Bajo un sol de justicia, seguimos andando por la carretera polvorienta hasta que dejamos atrás las casetas-tiendas y vemos unas preciosas furgonetas con AC que nos quieren cobrar 3 veces el precio que marca la guía. Seguimos adelante, y finalmente avistamos el transporte local, que curiosamente vale solo 50 céntimos menos que las furgonetas y el doble de lo que marca la guía. Intentamos regatear con unos y con otros, hasta que amablemente nos indican que si no queremos pagar lo que nos piden, podemos hacer los 40 km hasta Pakse andando. Sin pensarlo dos veces, recurrimos al truco de la China: autoestop. En menos de dos minutos, pasa una ranchera que se ofrece a llevarnos hasta Pakse. Saludamos a “nuestros amigos” mientras nos instalamos cómodamente en el interior de la ranchera y nuestro conductor nos lleva directamente hasta la puerta del banco de Pakse. Realmente, un chollazo, ya que las furgonetas de la frontera te dejan en una estación que esta a 8 km del centro!!!!! Damos miles de gracias y cambiamos dinero (al mismo cambio que en la frontera, podríamos haberlo hecho allí.....). Aprovisionados de moneda local, vamos a buscar alojamiento. La primera GH que vemos nos alegra el día: bonitas habitaciones en un tranquilo jardín con vistas al río y dentro de nuestro presupuesto! Por si acaso, mientras la BM se espera con las mochilas voy a echar un vistazo a las otras GH, pero esta es la mejor y mas barata. Dejamos las mochilas y salimos a pasear un rato. Pakse parece una ciudad desierta, no hay nadie por las calles. Llegamos al mercado local, donde hay una especie de “gran superficie” al estilo lao (cutre), incluso en el hall tiene un cutre árbol de navidad, aunque no nos importa nada, no hemos venido a Laos buscando refinamientos y modernidades. La sorpresa nos la llevamos con la comida, cara y escasa, los franceses dejaron escuela, y de la buena.... pero conseguimos capearlo, gracias a la diosa de la fortuna, encontrando una vendedora que vende la comida a precio local y a ración local, sino como se explica que todas las “mamacitas” estén redonditas con las raciones que dan a los turistas?.
Y como estamos cansados del viaje, holgazaneamos un poco por el centro, aun mas en la guesthouse, donde cenamos lo que hemos comprado en el mercado y una gran papaya dulce y jugosa en nuestro jardín-terraza con vistas al Sekong y antes de las 21 horas, nos adentramos en el dulce mundo de los sueños.

Con mi companyero de viaje

Este es el tren que nos lleva hasta Ubon

Despues cambiamos a este bus a Hibunmangsahan
Y de alli cogemos esta furgoneta hasta la frontera.
Por fin estamos en la frontera

A punto de entrar en Laos!!!!!!!

Budas en Pakse.



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