Hoy
queremos volver al bosque, ayer todo lo que vimos nos encanto y
aprovechando que tenemos días hoy queremos repetir.
Vamos
a coger el camino que sale de nuestra casa que por casualidades de la
vida es el camino bueno que nos lleva al bosque en línea recta ( las
vueltas que dimos ayer, cuando teníamos el camino delante de la
puerta de casa). Hoy quien sufre con la subida, los calores y con
todo la verdad sea dicha, soy yo. Parezco un alma en pena, tengo a la
BM aburridísima y de tanto en tanto le tengo que recordar que los
otros días era yo quien tiraba de ella. Los paisajes es precioso,
lleno de nogales y sombra para pasear y deleitarse. Lástima que mi
cuerpo no acompaña y pese a que paramos en varias ocasiones a gozar
del lugar, yo sólo tengo ganas de tumbarme y dormir un rato. Aguanto
un poco el paseo porque el lugar se lo merece, pero ya hacia el
mediodia ponemos rumbo a casa ya que necesito tumbarme a descansar.
Cuando pasamos por el “pueblo”, compramos una coca-cola, nos la
tomamos sentados a la sombra y yo me voy hacia casa mientras que la
BM se queda paseando y mirando a ver si encuentra a la pareja con la
que hemos coincidido des del principio de nuestro viaje, ya que los
he visto pasar.
Cuando
la BM viene al cabo de un rato, me comenta que los ha encontrado y
que le han comentado que nos han visto por la TV nacional. Resulta
que el día que cogimos el tren nos estuvieron grabando y nos hemos
hecho famosos !
Como
ya son más de las 17 y he descansado un rato, salgo con la BM a
comer-merendar y vamos a nuestro local favorito, donde nos ponen
unas raciones tan grandes que casi salimos rodando del lugar. La
comida, acompañada de una ensalada, pan, te y nuevamente unas
porciones de sandía (generosidad de la casa) nos cuesta 200 com (2,5
euros entre los dos). Para bajar un poco la comida, volvemos a casa
experimentando un nuevo camino y una vez en ella, ducha de agua
calentita y colada en el río. Una familia que ha venido a pasar el
día a nuestro alojamiento nos intenta regalar un plato enorme de
comida (ahora ya sabemos que el lugar en el que estamos, a parte de
tener habitaciones es un “merendero” donde la gente de Jalal Abad
(una población a poco más de 70 km) suele venir a pasar el día.
Muy a nuestro pesar, hemos de ser desagradecidos y hacerles entender
sin ofenderlos, que ya no nos cabe ni una cuchara más de comida en
nuestras bocas.... Estamos realmente sorprendidos de la generosidad
de la gente de esta zona, que se desvive por poder ofrecerte
cualquier cosa, hasta nos de apuro no tener nada que regalar (ya
hemos repartido la ropa, los caramelos, los juguetes....). Todo el
mundo nos sonríe, intenta comunicarse con nosotros y nos ofrecen
comida, te, pan y pastas a todas horas.
Ahora
entendemos porque la gente está tan encantada con la zona y aunque
los paisajes son muy distintos a lo que hemos visto hasta ahora,
estamos cogiendole mucho cariño a esta población: por lo bien que
nos tratan, por el alojamiento y por la comida y también por las
vistas que nos regalan cada día las montañas de los alrededores.
Bonito paseo entre nogales |
Y vistas espectaculares |
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