miércoles, 15 de agosto de 2012

01-08-2012 De Tagong a Danba

Hoy es día de traslado, vamos a ver si bajando alturas se nos recupera la suegra. A las 8 estamos dentro de la furgoneta que nos tiene que llevar a Danba. Hemos negociado el precio (para variar) y hemos conseguido un precio mejor que el que nos habían dicho en la GH. Julio se nos ha rajado, llueve a cantaros y solo somos 4 en la furgoneta, hemos de esperarnos a ser 7 personas para que el transporte salga. Sobre las 9 aparece un francés para preguntar precio. Ellos son 5 (2 adultos y 3 niños). Nos preguntan si nos importa ir mas apretaditos, a lo que nosotros respondemos que no, pero entonces hay que renegociar precio. El conductor no lo ve claro, Así que nosotros recogemos las mochilas y le decimos que por el mismo precio, nos buscamos otros transporte en el que ir mas anchos. Al final el hombre entra en razón y por fin salimos. En Bamei nos cambian de furgoneta, a una mas ancha. Así que al final viajamos igual de anchos pero mas económico. El conductor es un monje que esta mas ocupado hablando por el móvil que conduciendo. Por fin llegamos a Danba y como hay hambre, lo primero que hacemos es ir a nuestro restaurante favorito, donde el buen hombre se alegra de vernos de vuelta y con compañía. Después de la comida, mientras todos descansan yo me pego la pateada hasta la otra punta del pueblo (aprox 2 km), para ver si hay habitación en nuestra antigua GH y por fortuna, la hay! Y al mismo precio (negociado) de la ultima vez, la única pega es que esta vez no me ponen taxi para ir a recoger al resto, por lo que tengo que hacer los aprox.2km a pie, eso si, para volver a la GH si que nos entra el taxi. En total, me he pegado 4 km con la panza llena bajo el sol, pero mis suegros han viajado como marqueses y han llegado al hotel en taxi! La habitación de 4 les gusta mucho, es estilo tibetana, con AC y una gran ventana y mesa para nuestras “partidas” al Rumikub. Tras dejar las mochilas y refrescarnos un poco, salimos a dar una primera ojeada al pueblo, paseamos por las calles y a la hora de la cena, volvemos a lo de siempre: que no quieren cenar! El suegro no se encuentra bien. Nosotros, como no nos perdemos ninguna, volvemos a nuestro restaurante y cenamos como marqueses aunque la BM y el suegro cogen fiebre y diarrea, por que lo que las carreras al baño comunitario se convierten en una constante a lo largo de la noche....

Los 4 en la furgoneta, esperando a que llegue mas gente para irnos.

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