viernes, 31 de agosto de 2012

19-09-2012 Chengdu - Qincheng Shan

A las 5:30 se repite la tortura... parece que estemos en “Atrapado en el tiempo”: despertador a la misma hora, repetición de desayuno, mismo bus hasta la estación y esta vez si, subimos al tren. El tren es un tren super-moderno, que llega a los 200 km/hora. En 45 minutos, estamos en Qincheng Shan y desde allí cogemos un bus local hasta la entrada del parque. En la entrada, nos hacemos con 4 billetes “para estudiantes” (la BM compra dos y después yo compro dos mas con los mismos carnets) Así, sin mas problemas, entramos en el recinto, donde empezamos con uno de los días mas intensos del viaje. Hay que subir hasta la cima de la montaña y ello se hace subiendo escaleras. Mis suegros ya tienen claro que ellos van a subir con el funicular, pero no se esperan que para llegar a este haya que subir ya unas “cuantas”escaleras..... Los templos por el camino y el paisaje es espectacular y digno de cualquier paisaje chino, aunque ellos parecen no darse cuenta, están mas pendientes de los escalones que les quedan que de otra cosa. Al llegar al funicular nos despedimos: ellos con una sonrisa de oreja a oreja por saber que se libran de los siguientes escalones y que tendrán un tiempo para descansar hasta que nosotros lleguemos. Desgraciadamente para ellos, encontramos un atajo y subimos en menos de una hora. A partir de aquí, vamos juntos hasta la cima y aunque la guía dice que son 4 horas desde la entrada, nosotros tardamos las 4 horas solo para hacer el repechon.... Lo curioso del tema es que la suegra siempre dice que “el suegro no puede”, ya que sufre de las rodillas, pero el suegro parece que se ha tomado algún tipo de droga porque se le ve muy en forma, la que no deja de quejarse es la suegra, que esta a punto de desmayarse solo de pensar que luego tiene que bajar toda la montaña. Llegamos juntos a la cima y la bajada... mejor no describirla.... La suegra no llora y no se planta porque sabe que no hay otro remedio que bajar, pero a cada glorieta hemos de parar a descansar un rato. Las miradas que le echa la suegra al suegro, son muy significativas.... pero el suegro esta irreconocible, el primero siempre en decir que ya esta listo para seguir adelante (hay que preguntarle donde consiguió las “pastillitas”). En cambio mi suegra, solo puede mirar al suelo y resoplar... Tras mas de dos horas de bajada, y miles de escalones (el suegro deja de contar cuando lleva mas de 1000 y esto solo en la primera hora) llegamos a la salida y cogemos el bus hasta la estación. Cuando llevamos mas de media hora en el bus, empezamos a sospechar que nos hemos equivocado de bus, ya que no nos suena nada de nada... Preguntamos al revisor, que para el bus de inmediato y nos señala el camino a la estación de trenes. Por suerte, queda mas de dos horas para que salga nuestro tren. Unas turista que hablan chino y que iban en el mismo bus erróneo que nosotros (no sabemos porque no preguntaron antes...) se informan con la gente local de que la estación esta a mas o menos 20 minutos a pie. Tras hacer votaciones y el suegro votando positivamente a ir andando, la suegra, con lagrimas en los ojos, se resigna a seguirnos y por orgullo, no quiere coger el autobús. Al cabo de mas de una hora, llegamos a la estación, la suegra parece un volcán y el suegro un chaval de 15 años..... Por si no hubiésemos tenido poco, cuando subimos al tren nos encontramos nuestros asientos ocupados. Comparamos nuestros billetes con los de los ocupantes del asiento y descubrimos que los billetes de vuelta, eran para ayer!!! (es decir, le vendieron a la BM la ida para hoy y el regreso para ayer, para que os hagáis una idea de la mentalidad china....) Acojonados (en estos trenes no se permite ir de pie), nos sentamos donde podemos, rezando a cada estación para conseguir un nuevo asiento y que no nos descubran los revisores. Al final, el suegro y yo acabamos de pie, simulando que “estiramos las piernas” y la BM y la suegra, sentadas hasta final de trayecto. Una vez en Chengdu y para terminar de rematar a la suegra, el destino hace que no consigamos encontrar la parada del bus que esta enfrente de la estación, teniendo que salvar a pie unos 500 metros extras que para ella son lo equivalente a 500 km. Lo primero que hace la suegra al entrar en la habitación es estirarse a la cama al tiempo que suspira de pura felicidad. Por supuesto hoy no hay paseo ni juego. Y para mañana, se nos prohíbe poner el despertador!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

. Indicador dentro de nuestro vagon. A esta velocidad, llegaremos en un plis-plas!

A la entrada del recinto, antes de empezar la escalada.

Como en todos los lugares chinos, las vistas son preciosas.

Muy zhen!

Letras chinas.
Mas letras chinas.....
Y alguna mas.......

Al fondo, la caseta donde se coge el teleferico.

Foto en familia.

La zona es muy verda y llena de vegetacion.
Contentos de estar en el teleferico, ahora ya no tendran que subir mas escaleras... por el momento.

Y las vistas, espectaculares!

o no?


Por el camino, hay muchos templos que visitar.

Todo esta muy bien cuidado.
Foto en familia.

Eso si,  todo son escaleres arriba!

Pero vale la pena, pues cada templo esta lleno de detalles.

Asi que no paramos de sacar fotos.
Primero uno, y luego los otros.....

Una vez arriba, gozamos de las vistas sobre las montanyas.

Este es el ultimo de los templos!! Ahora toca bajar.
Desde uno de los miradores de la torre.

Escalera a escalera, miles de ellas.....

Suerte que por el camino vamos parando a tomar fotos., descansar....

Y ver algun otro templo.



Aun quedan fuerzas para alguna sonrisa a la camara.


Tomando fotos en las cascadas que encontramos por el camino.


Satisfecha del esfuerzo realizado.

   
Hay muchas figuras miticas por el camino.



Y seguimos bajando!!!!!

Aun nos queda tiempo para divertirnos!

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