viernes, 22 de junio de 2012

14-06-2012 De Serxu a Manigango

Hoy no nos queda mas remedio que irnos de la ciudad, nos sentimos proscritos....Así que queramos o no, hemos de apañarnoslas con los conductores de furgonetas (que esperamos que desconozcan nuestra situación, ya que si no, a ver con que poder negociamos....) La negociación dura poco y consigo el precio que nos indica nuestra guía del 2010. El trayecto vuelve a ser impresionante, pero no solo por las vistas, sino por la inmensa nevada que nos cae por el camino y que nos hace rezar que lleguemos a salvo, ya que pasamos dos puertos de montaña de alturas superiores a los 4000 metros, por caminos embarrancados, niebla muy espesa (creemos que proviene de Lerida o Vic) y un trayecto que en principio tendría que durar 4 horas, acaba convirtiéndose en un trayecto de 7. Durante el camino, recogemos a un tibetano que sube a la furgoneta con su cría de perro tibetano y no se porque extraña razón, cada vez que puede, me pasa a mi la cuerda con la que lo tiene atado. El perro y yo nos miramos y suerte tengo que el tiene tanto miedo de mi como yo de el, por lo que decidimos no realizar ni movimientos bruscos ni sonidos prominentes.
Finalmente llegamos a destino, la localidad parece tan destartalada como las anteriores, gente tibetana por todos sitios, calles llenas de barro, etc... Eso si las vistas quitan el hipo. Antes de empezar la peregrinación llenamos los estómagos, no habíamos previsto pasar tantas horas en el coche y estamos bajo mínimos. Podemos comprobar que aquí el negocio de los gusanos no es tan rentable como en otras zonas, porque la comida, aunque cara, no tiene un precio exorbitante. Saciados empezamos la peregrinación, el primer alojamiento que encontramos esta cerrado, el segundo no tiene WC, hay que hacerlo en la calle principal, según la Sra claro esta. El tercero a pesar que tiene cuarto de baño no nos invita a quedarnos, pero vistas las opciones anteriores, sucumbimos y dejamos las mochilas allí, para justo al salir, encontrar en un calle lateral otro alojamiento mejor. Volvemos al anterior, hablamos con la propietaria que no pone ninguna traba a devolvernos el dinero y contentos, nos trasladamos a nuestro nuevo hogar, que tiene (a diferencia de los anteriores) WC, electricidad y manta eléctrica.
El resto del día (que es bien poco), paseamos por las dos calles del pueblo. Aunque la guía dice que este es el pueblo con mas perros de todo el sureste de China, la realidad es totalmente opuesta. Si que se divisa algún perro por la calle, pero son bastante mansos, tranquilos y de tamaño muy inferior a los salvajes perros tibetanos. Como siempre, nuestra Biblia acierta con todo.... Por la tarde vemos dos coches patrulla en el único cruce del pueblo, y por si acaso, preguntamos si es necesario inscribirnos. Sorprendentemente uno de los policías habla bastante bien el inglés y nos acompaña a la comisaria que esta a 20 metros para registrarnos y ofrecernos el uso de internet gratuitamente en la misma comisaria. Le agradecemos la amabilidad y quedamos en que volveremos mañana para ello. Cenamos en el mismo lugar donde hemos comido, palanganada y retirada entre mantas eléctricas a disfrutar de la lectura un rato antes de sumergirnos en el mundo de los sueños.

Esta esquina de la ciudad "moderna" es donde todas las furgonetas paran para recoger y dejar pasajeros y aqui es donde nos dirigimos a primera hora de la manyana para abandonar la ciudad de la que nos han echado....


A medio camino recogemos a este buen hombre y su perro, con el que acabo trabando amistad.



Primeros copos de nieve....

que poco a poco se van intensificando.

Peinado tibetano tradicional, con sus adornos.

Primeras impresiones de Manigango, que en principio pinta muy bien.
La BM y su pandilla.

Rio de dos colores, Manigando.


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