sábado, 9 de septiembre de 2017

12/08/2017 Bled

Hoy toca visitar uno de los lugares más conocido de Slovenia: el lago Bled. Salimos cargados de energía y ganas y en cuanto llegamos al lago, nos encontramos con lo que sospechábamos: los lugares más conocidos son a la vez los más turísticos y por tanto, hay que sacar la cartera para todo. La BM va a la oficina de turismo y ante la pregunta “Donde podemos aparcar el coche de manera gratuita” la respuesta “Estamos en Europa y al igual que en tu país, los parkings son de pago”, aunque finalmente le proporcionan una información útil: hay un parking donde podemos dejar el coche por 5 euros todo el día (lo que no está nada mal, ya que el resto de parkings cobran 2 euros la hora). Aparcamos el coche y empezamos el camino que bordea todo el lago. Las vistas son espectaculares y los carteles también: prohibido bañarse, prohibido tomar el sol, prohibido tumbarse en la hierba..... Subimos hasta el impresionante castillo y volvemos por donde hemos venido: no queremos pagar la entrada por ver otro castillo más, sólo nos interesa verlo por fuera, pero incluso eso no es posible porque el castillo está en un alcantilado y por la otra cara hay la taquilla antes de la muralla. Seguimos nuestro trayecto y vemos como todo el mundo va lamiendo un helado. Comentamos en broma que deben regalarlos y nos partimos de risa, porque en un lugar donde todo funciona a golpe de cartera, parece un chiste... Hasta que se nos acaban las risas cuando la BM pregunta a una persona dónde ha comprado el helado y la respuesta es que los estaban regalando, pero ya se han acabado!! Llegamos al club de vela y aunque hay miles de prohibiciones, la gente parece hacer caso omiso de ellas y se están bañando en el lago. La BM, el suegro y yo no tenemos ganas de mojarnos, pero la suegra sí y sin pensárselo dos veces al lago se va. Rufo también decide aventurarse y se pega unas buenas brazadas.... Cuando los bañistas acaban con el baño, seguimos el paseo y llegamos a un desvío por el que se sube a un mirador. Con muchos esfuerzos por parte de los suegros (la cuesta es muy empinada y resbaladiza) llegamos arriba por turnos (alguien tiene que quedarse con la Orellotes, que no está para subir estos escalones. Las vistas son sublimes y el esfuerzo merece la pena, pero deja ya a los suegros sin muchas fuerzas para más y eso que todavía hemos de acabar la vuelta.... Vamos “pasito a pasito”, hasta que encontramos un supermercado donde compramos unos refrescos y unas patatas y nos sentamos a la orilla del lago a gozar de las vistas y cuando acabamos, un poco repuestos, volvemos poco a poco al coche.
La vuelta a Libluana se hace un poco larga: parece que nos hemos puesto todos de acuerdo para volver a la capital a la vez y cuando por fin llegamos a casa, rendidos, cenamos y nos acostamos, ya que mañana volvemos a la carga.

Un día inolvidable, aunque nos ha quedado visitar la garganta de Vingtar y poder disfrutar más del lago, así que acordamos que volveremos otro día para acabar la visita. Puesto que vemos que vamos a necesitar más días por la zona, nos ponemos en contacto con nuestro “anfitrión” y tras unas cuantas gestiones, acordamos 2 noches más, lo que nos da más tiempo para poder visitar todo con tranquilidad.

En el lago Bled.....

Vistas al Gatillo de Bled desde el lago

El mirador del Amor

También para nosotros....

Sí! Hemos dado toda la vuelta.....

Y la suegra no ha perdido ocasión para refrescarse.

La BM y la Orellotes se limitan a disfrutar de las vistas.

Para el recuerdo.

Espectacular lago Bled.

Vistas des de el mirador

Los cuatro mosqueteros




Cuidado!! Cisnes en plena libertad!!!

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