Hoy
nos proponemos unos objetivos modestos: visitar una basílica, la
ciudad de Ptuj y luego darnos una vuelta con el coche por la zona de
los viñedos de Eslovenia.
La
BM y yo nos levantamos y salimos a pasear los perros y comprar el
desayuno. Hemos descubierto una pastelería donde preparan los
postres típicos del país a porciones enormes y precios de risa y
estamos dispuestos a probar algo nuevo nuevo cada día. Ayer
compramos unas porciones gigantescas de tarta de queso con nueces,
que suena mejor que lo que sabe y hoy compramos tarta de manzana para
el suegro y para mí y unos palitos de queso y sésamo para la BM y
la suegra. Y nuevamente descubrimos que eran mucho mejor por los
ojos que por la boca.
Ya
en el coche, nos dirigimos a la Basílica de Putska Gora, centro de
peregrinaje, famosa por su retablo gótico de la Virgen María con un
manto protector. Cuando llegamos, están haciendo misa y nuestro
propósito de hacer muchas cosas por las mañanas, se ve reducido a
visitar la basílica, ya que hemos de esperar a que la misa termine
para visitarla. Eso sí, coincidimos todos en que vale la pena.
Después de la visita y las fotos pertinentes, nos dirigimos a Ptuj,
una de las ciudades más antigua de Eslovenia, parando por el camino
a visitar alguna otra iglesia y tomar fotos de los parajes.
Una
vez en Ptuj aparcamos el coche en zona gratuita y empezamos nuestra
andadura, pero esta dura poco por culpa de nuestra gula, son las
12:30h y tenemos hambre y de la buena. Nos tomamos nuestro aperitivo
que nos traemos de casa en una terraza de un bar que está cerrado.
Una vez hemos dado porquerías a nuestros estómagos, empezamos la
visita, suerte para todos que el pueblo se reduce a dos calles y un
castillo, pero como hacerlo todo del tirón nos es imposible,
volvemos a pararnos esta vez para comer, a este paso no vamos a caber
en el coche. Pero centrándonos en el pueblo, la curiosidad es la
siguiente: hay una torre campanario con cuatro esquinas y tres
relojes, según cuentan es porque el señor feudal no quiso
construbuir económicamente a la construcción del campanar. Entonces
el pueblo lo pagé de su bolsillo, pero decidieron no poner reloj en
la cara que daba al castillo. Las casas son muy pintorescas y casi
todas con geranios en los balcones, las vistas desde el castillo
valen la pena y por supuesto antes de subirnos al coche nos sentamos
en una terraza a tomarnos un helado, no sea cosa que en los 200m de
visita hallamos perdido algún gramo.
Nos
volvemos a montar al coche para ir a visitar la zona de viñedos que
hay aquí cerca, nos cuesta un poco encontrarlo más que nada porque
todo son campos de maiz, pero al final lo conseguimos. Llegamos al
pueblo de Jeruzalem y las vistas son increíbles, y más teniendo en
cuenta que los viñedos están cargados de racimos. La lluvia nos
anima a regresar a casa y nos obsequia con un precioso arcoiris, para
hacer todavía más bonito lo que ya era espectacular. A la vuelta,
más campos de maiz, plagados de pequeños santuarios, cristos y
vírgenes. Una vez en casa, preparamos la cena, nos echamos unas
risas jugando al Rumikub hasta que nos entra el sueño y nos
retiramos a nuestros aposentos.
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Basília de Putjska Gora |
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En los alrededores de la Basílica |
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Vistas a la Basílica |
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Iglesia de Putj, con solo 3 relojes en 3 de las caras de la torre |
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Otra preciosa iglesia, en otra verde montaña |
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La cara de la torre sin reloj, vista des de el castillo |
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Castillo de Putj |
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Entre racimos de uvas |
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Viñedos de Eslovenia |
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