domingo, 10 de septiembre de 2017

20/09/2017 Ptju y alrededores.

Hoy nos proponemos unos objetivos modestos: visitar una basílica, la ciudad de Ptuj y luego darnos una vuelta con el coche por la zona de los viñedos de Eslovenia.
La BM y yo nos levantamos y salimos a pasear los perros y comprar el desayuno. Hemos descubierto una pastelería donde preparan los postres típicos del país a porciones enormes y precios de risa y estamos dispuestos a probar algo nuevo nuevo cada día. Ayer compramos unas porciones gigantescas de tarta de queso con nueces, que suena mejor que lo que sabe y hoy compramos tarta de manzana para el suegro y para mí y unos palitos de queso y sésamo para la BM y la suegra. Y nuevamente descubrimos que eran mucho mejor por los ojos que por la boca.
Ya en el coche, nos dirigimos a la Basílica de Putska Gora, centro de peregrinaje, famosa por su retablo gótico de la Virgen María con un manto protector. Cuando llegamos, están haciendo misa y nuestro propósito de hacer muchas cosas por las mañanas, se ve reducido a visitar la basílica, ya que hemos de esperar a que la misa termine para visitarla. Eso sí, coincidimos todos en que vale la pena. Después de la visita y las fotos pertinentes, nos dirigimos a Ptuj, una de las ciudades más antigua de Eslovenia, parando por el camino a visitar alguna otra iglesia y tomar fotos de los parajes.
Una vez en Ptuj aparcamos el coche en zona gratuita y empezamos nuestra andadura, pero esta dura poco por culpa de nuestra gula, son las 12:30h y tenemos hambre y de la buena. Nos tomamos nuestro aperitivo que nos traemos de casa en una terraza de un bar que está cerrado. Una vez hemos dado porquerías a nuestros estómagos, empezamos la visita, suerte para todos que el pueblo se reduce a dos calles y un castillo, pero como hacerlo todo del tirón nos es imposible, volvemos a pararnos esta vez para comer, a este paso no vamos a caber en el coche. Pero centrándonos en el pueblo, la curiosidad es la siguiente: hay una torre campanario con cuatro esquinas y tres relojes, según cuentan es porque el señor feudal no quiso construbuir económicamente a la construcción del campanar. Entonces el pueblo lo pagé de su bolsillo, pero decidieron no poner reloj en la cara que daba al castillo. Las casas son muy pintorescas y casi todas con geranios en los balcones, las vistas desde el castillo valen la pena y por supuesto antes de subirnos al coche nos sentamos en una terraza a tomarnos un helado, no sea cosa que en los 200m de visita hallamos perdido algún gramo.

Nos volvemos a montar al coche para ir a visitar la zona de viñedos que hay aquí cerca, nos cuesta un poco encontrarlo más que nada porque todo son campos de maiz, pero al final lo conseguimos. Llegamos al pueblo de Jeruzalem y las vistas son increíbles, y más teniendo en cuenta que los viñedos están cargados de racimos. La lluvia nos anima a regresar a casa y nos obsequia con un precioso arcoiris, para hacer todavía más bonito lo que ya era espectacular. A la vuelta, más campos de maiz, plagados de pequeños santuarios, cristos y vírgenes. Una vez en casa, preparamos la cena, nos echamos unas risas jugando al Rumikub hasta que nos entra el sueño y nos retiramos a nuestros aposentos.
Basília de Putjska Gora

En los alrededores de la Basílica

Vistas a la Basílica 

Iglesia de Putj, con solo 3 relojes en 3 de las caras de la torre

Otra preciosa iglesia, en otra verde montaña

La cara de la torre sin reloj, vista des de el castillo

Castillo de Putj

Entre racimos de uvas

Viñedos de Eslovenia



 

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