sábado, 9 de septiembre de 2017

10/08/2017 Liubliana

A las 07h la BM se levanta para pagar el ticket de la zona azul del coche ( sólo se puede pagar cuando funcionan las máquinas y no se puede pagar por avanzado). Después saca a pasear a los perros, compra el desayuno, nos lo prepara y nos despierta (vamos todo un chollo de mujer).
Tras el tute que nos dimos ayer, decidimos pasar el día en la ciudad y así conocerla un poco, pero como no tenemos comida ni agua ni nada con lo que llenar nuestra nevera y despensa nos pasamos por el Lidl aprovisionarnos para los próximos días. La compra nos lleva más de una hora, pero salimos satisfechos, llevamos todo lo necesario y “algo” de innecesario. Una vez todo colocado en su sitio, salimos a inspeccionar la ciudad y la verdad sea dicha, por lo poco que hemos visto y estamos viendo nos esta gustando bastante, tiene muchas zonas verdes, rio y todo es muy agradable, excepto los nubarrones negros que se van aproximando.
Antes de llegar a la zona más turística, nos pilla la tormenta en todo su esplendor, incluso con algún trueno incluido. Por fortuna, la tormenta sólo dura 20 minutos. Tras la tormenta seguimos nuestro recorrido hasta llegar a la zona turística e integrarnos con los demás turistas, incluso vamos a la oficina de turismo a pedir mapas y información varia.
Empezamos a hacer de turistas, es decir, mapa en mano y buscando los puntos de interés que recomienda el mapa. Como no, tenemos visita obligada con el castillo, pero para llegar hasta él hemos de subir toda la montañita, suerte que no hace calor perola fortuna tampoco nos acompaña, mi suegra decide tropezar y tirarse por los suelos, su pena es que no se ha hecho ni un rasguño( perdón uno pequeño en el hombro) y tiene que seguir con el ascenso al castillo. Entre risas y suspiros ( de cansancio) llegamos al castillo y para nuestra fortuna sólo unas secciones son de pago, permitiéndonos entrar y hacernos una idea de como es. La lluvia nos amenaza todo el rato pero nos respeta el descenso ( no me imagino a mis suegros bajando la ladera de la montaña todo embarrancado).
Una vez abajo, nos sentamos en un banco a mirar como una pareja canta mientras nos tomamos unos refresco, pero el viento, el frio y la Sra tormenta nos aguan la fiesta, obligándonos a plegar velas y retirarnos a nuestros aposentos. Pero no resulta tan fácil, la lluvia sube de intensidad y se hace acompañar por rayos y truenos, obligándonos a cobijarnos en un porche y esperar a que pase. En la siguiente tirada llegamos a casa bien secos, y como siempre nos suele pasar, una vez instalados y cómodos, salen las nubes blancas y el cielo azul, pero ya son las 19:30h y ya no hacemos el amago de salir.

Tras la cena hacemos un par de partidas al Rumicub, planificamos el siguiente día y nos vamos a dormir.

Liubliana, casco antiguo

Castillo de Liubliana


Aprivisionándonos

Unidos por Rufo

Paseando por el casco antiguo

Mercado de frutas

Puerta de la catedral








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