07h
todo el mundo arriba, sacamos a los perros, la BM va a comprar el
desayuno, desayunamos en abundancia, nos subimos al coche y ponemos
rumbo a Velika Planina una estación de esquí cerca de la capital,
pero que decidimos dejarlo hasta ahora para poder ir por carreteras
secundarias y ver un poco de paisaje. Hasta destino, todo cumple con
todas las expectativas. Una vez en el parking de la estación la BM
va a comprar los tiquets para el funicular y después los tiquets
para las telesillas para los suegros. Desde donde nos deja el
funicular hasta arriba hay unos 45minutos cuesta arriba, nosotros no
podemos cogerlo porque llevamos a los perros y no sabemos como pueden
reaccionar.
La
subida en el teleférico va según lo previsto y las vistas la mar de
interesantes, después una vez arriba los suegros se suben a las
telesillas y nos dejan con los perros, son las 11:30h hace mucha
calor y el cielo esta azul y sin casi nubes blancas. El ascenso se
hace bien, lo peor se lo llevan los perros, pero llegan arriba sin
dificultad, aunque algo alterados: por el camino nos hemos encontrado
unas cuantas vacas lecheras de anuncio y como se han puesto los dos (
yo creo que veían chuletones y no vacas). Cuando todos nos volvemos
a reencontrar, nos sentamos a comer y beber, al menos yo estoy
hambriento y los demás creo que comen por miedo a quedarse sin
comida. Ahora sí, con las panzas llenas empezamos hacer un trekking
por la zona alta de las montañas y visitar un poblado tradicional de
pastores. El calor y el sol no nos dejan en ningún momento y mis
suegros lo sufren en todo su esplendor. Suerte que las vistas son
fantásticas: una gran llanura con casas tradicionales diferentes a
todo lo que hemos visto hasta el momento. Después de tres horas
llegamos a las telesillas, donde quedamos con mis suegros que se
bajarán en la estación del medio, donde tomaremos algo, y cual es
nuestra sorpresa al saber que nos han hecho la pua y no se han
querido bajar, el hombre nos dice que gesticulaban que no bajaban y
que no aminorasen la marcha de las telesillas, y todo esto con
gestos, debía ser todo un espectáculo. Adiós a mi dosis de azúcar
y bienvenido al descenso. Tras tres cuartos de hora de bajada, nos
volvemos a juntar, tienen ganas de volver a casa, están cansados y
con ganas de regresar, pero la BM les convence para hacer una parada
en Kamnic donde nos tomamos un helado y nada más, insisten en volver
a casa.
El
camino de vuelta se les hace largo porque no cogemos la autopista
sino que vamos por carreteras secundarias para ver las vistas. Una
vez en casa todo el mundo se pone cómodo por turnos y nos sentamos
en la terraza a tomarnos algo fresquito y descansar del día. Una vez
recuperados nos ponemos en modo rutina hasta la hora de dormir.
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Vistas des de el teleférico |
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Los suegros siguen el trayecto en telesilla |
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Mientras, nosotros tenemos que seguir a pie.... |
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El esfuerzo merece la pena, por las vistas que vamos conquistando |
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Y una vez arriba, nos reencontramos |
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Las casas son totalmente distintas a lo que hemos visto hasta ahora |
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La caminata empieza a causar mella... |
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Así que llega la hora de ir bajando.... |
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Nosotros a pie, claro! |
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