07h
suena el despertador y todos arriba. La BM, como siempre, es la
primera en levantarse porque le toca encargarse de los perros. Lo
extraño es que aparece por el río puesto que ha perdido las llaves
del apartamento y como no hay timbre para llamar, ha tenido que bajar
al río y entrar por la parte de atrás. Pero lo raro no es esto, si
no que viene con un cartón de tabaco que dice haberse encontrado en
la orilla. El suegro y yo nos la miramos como hay que hacerlo: no
entendemos porque se inventa historias estúpidas, a su edad, si
quiere comprar tabaco que lo compre.... quien va a creerse que
alguien ha tirado un cartón a la orilla del río y no ha bajado a
buscarlo.... Ella sigue insistiendo en que se lo ha encontrado y al
final dejamos el tema. Total, ella es la administradora del dinero y
por tanto tampoco sabemos lo que había en el “bolsillo” antes de
“encontrarse” el cartón. Nos turnamos la entrada al baño,
desayunamos y con todo lo necesario para pasar el día nos subimos al
coche. Nuestra primera parada es la garganta de Vintgar, que está al
lado de Bled. El coche ya se conoce el camino de memoria. La buena
noticia es que el parking es gratuito (esto por esta zona es
sorprendente). Como hemos ido ligeros esta mañana nos plantamos
delante de la taquilla a las 09:30h, todo un récord para nosotros.
Pagamos la entrada y empezamos nuestro recorrido por el cañón. La
primera impresión es que está lleno de españoles y catalanes, me
da la sensación que no he cruzado aún la frontera, el recorrido es
espectacular y como fotógrafo me pasaría todo un día haciendo
fotos, aguas transparentes, el cañón estrecho, pasarelas de madera
y por supuesto lleno de turistas, hay tramos que hemos de hacer cola
para pasar de la gente que hay. El recorrido ida y vuelta por el
mismo sitio son 3km y desde luego que son chulos. Entre las paradas
para hacer fotos, las paradas de la gente y el disfrutar el lugar no
salimos del cañón hasta las 12h.
El
resto del día vamos a pasarlos al lago bled, tomando el sol,
bañándonos y haciendo de turistas domingueros (aunque no sea
domingo). Como el aparcamiento esta difícil dejo a mis suegros y a
la BM en una de las playas mientras yo voy aparcar el coche. Cumplida
mi misión llego a tiempo para el pica-pica y la comida. Con el
gobierno de la barriga tranquila, me instalo el bañador y a
disfrutar de las aguas y las vistas, la BM y la suegra me acompañan,
el suegro prefiere observarlo desde la orilla.
Pero
no todo nos iba a salir bien, las nubes negras aparecen con su
orquesta y su juego de luces nos anuncian su llegada. Antes que esto
suceda la BM y yo decidimos subir al mirador, que nos dejamos
pendientes el otro día, nos llevamos al Rufo y así de paso estira
las piernas y se tranquiliza un poco. El ascenso resulta ser empinado
y no está bien indicado, suerte que una pareja ya había estado y se
conocía el camino. Las vistas son chulísimas y quitando el pequeño
susto que un poco más y perdemos al perro de mis suegros porque por
voluntad propia se va precipicio abajo, todo es perfecto. El descenso
lo hacemos ligeritos aunque no podemos evitar llegar empapados. Como
damos por finalizada la excursión del día voy a buscar el coche, ya
no me viene de unas cuantas gotas más. Recojo a todo el mundo y
pongo rumbo a nuestro alojamiento, donde nos ponemos otra vez en modo
rutina hasta la hora de dormir.
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Paseando por la Garganta |
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Que pena que no nos podamos bañar! |
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Las aguas son cristalinas |
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El otro mirador de Bled y el campeón de Rufo, con nosotros |
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Hoy sí que me he bañado en el lago |
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Y la BM también! |
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Y la suegra, que no se pierde una.... |
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El suegro no, que es de secano.... |
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No estamos bañados en sudor, si no mojados por la lluvia |
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Aquí estoy yo!!!!! |
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