Para no romper la costumbre, nos levantamos a una hora impetuosa, tomamos nuestro desayuno mochilero y nos dirigimos a la estacion de autobuses, para coger uno que nos lleve a Kuala Tembelin donde se coge una barca que sube hasta la jungla nacional: el Taman Negara.
Cogemos el metro hasta la estacion de buses y alli nos esperamos casi una hora a que salga el nuestro. El viaje lo pasamos tapados hasta las cejas: no hay quien aguante el aire acondicionado!! Llegamos a Kuala Tembelin y nos plantamos en el embarcadero: queda mas de una hora para que salga la barca, asi que aprovechamos para aprovisionarnos y comer. A las 14 horas nos dirigimos a nuestra embarcacion. La BM reserva los mejores asientes para sus padres: los de primera fila. Lastima que les colocan todas las mochilas delante y les tapan toda la vista delantera. Por suerte, les queda la lateral. La suegra se pilla el asiento refrigerado: nada mas salir le entra agua por su costado y se le inunda la parte trasera. Con el trasero en el agua, pasa las 3 horas que dura el viaje, hasta que llegamos al Taman Negara. La BM como siempre sale en busca de alojamiento y lo consigue en la misma guest house que el anyo pasado, una habitacion para cuatro con vistas al rio. Para la cena seguimos tirando de los embutidos ibericos y como estamos en zona musulmano, tenemos que comernoslos a escondidas...
A la manyana siguiente, cruzamos el rio y entramos en el parque nacional. Los suegros se quedan maravillados mientras paseamos por la jungla y nos extasiamos en un observatorio... aunque afortunadamente para mi, no conseguimos ver ningun animal... La suegra aprovecha para romper una nueva barrera mental, ya que sin quejarse demasiado, accede a subir al circuito de puentes que pasan por las copas de los arboles: es mas de medio quilometro a 50 metros de altura del suelo!!! El suegra esta vez tambien se apunta a la experiencia. Me paso todo el recorrido hablando a mi suegra y distrayendola, por que como le de un ataque de panico alli enmedio no sabemos como la sacaremos!! Finalmente, la aventura tiene un final feliz y mi suegra tiene una sonrisilla tonta en la cara... Pasamos la tarde disfrutando de la flora y “fauna” (algun gusanito, hormigas, mosquitos, aves...) y pasando mucha calor. A mediodia regresamos a la guest house a comer, ya que hemos reservado una barca a las 16 horas para visitar un poblado Orang Asli. Conocemos a una pareja de argentinos que se aloja en el mismo sitio que nosotros y tambien se apunta a la visita del poblado. Un poco mas tarde de lo previsto, subimos a la embarcacion y remontamos durante 10 minutos el rio. La sorpresa es que alguna persona del poblado nos reconoce, ya que son los mismos que estaban hace un anyo cerca de la cueva de los murcielagos. Visitamos el poblado y para nuestro disfrute, los ninyos del poblado nos ensenyan a usar los “cazamonos” y los adultos a hacer fuego. Pasamos un par de horas entretenidos jugando a tirar dardos con los ninyos e intentado hacer fuego sin ningun éxito. Cuando nos cansamos de la experiencia, regresamos a la guest house y seguimos en companyia de los argentinos. A la cena, nos encontramos con un madrilenyo y le ofrecemos el poco chorizo que nos queda. Casi le salen lagrimas de alegria y eso que solo hace algo mas de un mes que se fue de Espanya...
Decidimos quedarnos un ultimo dia de relax, para disfrutar de las vistas y de la companyia de los argentinos. No nos movemos de la guest house hasta la hora en que sale el ultimo hacia Jerantut, en el que nuevamente coincidimos con el madrilenyo.
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