Precisamente hoy no ha sido una noche calurosa. El autobús nos deja en las puertas de la población a la hora prevista, dígase las 07h de la mañana, los demás turistas occidentales son los primeros en bajarse y caminan ligeritos en busca de alojamiento, “rarezas” de este mundo todos van al recomendado por la guía, nosotros automáticamente lo descartamos por razones obvias y tras un corto peregrinaje nos alojamos enfrente del recomendado por la guía que “casualmente” no sale en esta.
Estamos de suerte, hoy es día de mercado, tras el desayuno y el cambio de muda paseamos por el pueblo y el mercado, la primera impresión que tenemos es creer que hay mas guías turísticos por metro cuadrado que en cualquier sitio del mundo, todo el mundo nos quiere acompañar por un módico precio. El mercado en si no nos parece interesante, mas que nada porque en total debe tener 30 paradas y menos de 30 metros de longitud, así que en 5 minutos lo hemos recorrido al menos 4 veces. Para cambiar optamos por ir solos caminando hasta el Punto Panorámico estrella donde ver las famosas cascadas de arroz, solo se encuentran a 5 km siguiendo la carretera, imposible perderse. Por el camino vamos disfrutando de las vistas, aunque las esperábamos mas espectaculares, pero también reconozco que nos el la temporada buena. Los arrozales están marrones y no lucen igual que si estuviesen verdes.
La curiosidad de la zona son las bicicletas construidas de madera, los niños se lanzan cuesta abajo con ellas, no tienen pedales y solo un freno de pie. Uno de ellos me deja probar una de ellas, no es tan fácil como parece porque no están equilibradas y tienden a irse hacia un lado.
Mientras caminamos hasta el Punto Panorámico Principal vamos parando en otros puntos panorámicos, en cada uno de ellos hay varios ancianos con las vestimentas tradicionales con los cuales te puedes fotografiar. Finalmente llegamos al punto estrella, lo malo de viajar tanto es que ya tienes unas referencias y cada vez el listón es mas alto, las vistas no nos resultan nada espectaculares. La vuelta nos resulta mas fácil que la ida por la simple razón que todo es cuesta abajo.
Una cosa importante que me he olvidado escribir es la siguiente: todo el mundo cree que somos israelitas y cuando le decimos que somos españoles quedan sorprendidos por la simple razón que hablamos ingles.
Después de una deliciosa cena, aquí en Filipinas la comida es muy sabrosa, nos vamos a descansar y no nos importa que solo sean las 20h.
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