La noche ha sido muy movidita, cada dos por tres nos despertábamos, estamos cansadísimos. El autobús nos deja a las 06h y como no, hemos de caminar un kilómetro y medio hasta el centro. Una vez en este, mientras yo me quedo en una esquina con las mochilas la BM va a buscar alojamiento. Mientras me espero la ciudad ha tenido el pequeño detalle de incendiar la planta superior de un edificio para que así pueda disfrutar de los humos que salen por la ventana, la llegada de los bomberos, la “rápida” actuación de estos y finalmente el triunfo del agua sobre el fuego. Todo un espectáculo. La BM me recoge casi al final de la actuación, me comenta que tenemos habitación y ha conocido a una pareja de Burgos. Tras instalarnos, ducharnos, hacer la colada ( a mano), tenderla y desayunar algo, salimos las dos parejas a pasear. Tras perdernos unas cuantas veces (lo normal en nosotros) llegamos al observatorio del volcán St Mayon, donde el personal muy amablemente nos deja visitar las instalaciones y ver los instrumentos que les sirve para controlar la actividad volcánica. Las vistas al volcán no son buenas por que esta cubierto de nubes.
La vuelta se hace dura, el calor es sofocante, es mediodía y tenemos hambre y en este punto nos separamos de la otra pareja, ellos son vegetarianos y nosotros no aguantamos más.
Tras la comida llegamos a la habitación como podemos y nos quedamos en el hotel un buen rato descansado y resguardándonos del sol.
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