miércoles, 27 de febrero de 2013

22-02-2013 Visita al Rio Subterraneo y traslado a Puerto Princesa

Nos levantamos esperanzados, parece que hace sol, nuestra cabaña sigue en su sitio y el tifon parece haber pasado de largo. Nos dirigimos a la oficina del río Subterraneo, donde tras pagar diferentes “cargos” en diferentes ventanillas a toque de pito, nos suben rápidamente en una barca para llevarnos hasta una playa desde la que se acede a la cueva. Una vez allí, debemos otra barca para acceder al río. Solo se puede visitar un kilometro y medio y nuestro barquero es tan “simpático” como los vendedores de tiquets. La BM es la encargada de iluminar el camino y los puntos de interes en la interior de la cueva, siguiendo las instrucciones del barquero. Aunque hay cosas interesantes, el sentimiento en general es un poco flojo..... nos sentimos como cajeros automáticos ambulantes: paga-paga-paga-corre-corre-mira-adios. De vuelta a la playa, cogemos de nuevo nuestra barca para regresar a Sabang y entremedio de gigantes olas, ver como se nos escapa el jeepney de las 10, condenándonos a esperar al de las 12. Vamos a la GH, recogemos las mochilas, nos tomamos un café y comentamos la visita y sobre las 11 nos dirigimos al punto de salida del jeepney, donde un amable señor nos ofrece llevarnos a Puerto Princesa en furgoneta privada con AA. Tras una dura negociación a la que se suma una pareja francesa, conseguimos que nos lleven por el mismo precio que el jeepney y sin pensárnoslo salimos de Sabang. Ir en esta furgoneta es como viajar en Ryanair: como no tiene suficiente margen de beneficio, nos ofrece todo tipo de productos, lugares visitables, hotelse y otros donde nos podemos ahorrar un montón de dinero por ir con el. Pero como los franceses también son debotos de la Virgen del Puño Cerrado, ignoramos los “reclamos” del conductor y guardamos silencio. Cuando por fin nos deja en Puerto Princesa frustrado por su fracaso a la hora de engatusarnos, cogemos un mini-bus hasta el centro, y de allí nos dirigimos a nuestra GH, pero de camino, paramos a comer un arroz caldo, ya que estamos muertos de hambre. Con los estómagos llenos y sin mochilas, salimos a hacer las compras. La Suegra no se encuentra muy bien y tras comprar unos souvenirs tengo que llevarla de vuelta al hotel. Tantas que tenia de ir de compras con la BM y todo queda en agua de borraja... El suegro, la BM y yo, seguimos con lo nuestro y cuando ya tenemos todo lo que queremos, compramos un pollo alast estilo filipino con una Coca-Cola y cenamos en la terraza de la guest house, tras lo cual nos aseamos, hacemos las mochilas y nos retiramos a dormir que la suegra no se aguanta en pie y mañana vuelve a ser día de traslado.

Primera playa donde nos deja la barca y desde la cual hemos de andar hasta la cueva.
Por fin parece que vamos a poder ver el rio subterraneo de Sabang, una de las 7 maravillas naturales del mundo.
Pero primero nos obligan a ponernos el uniforme, que nos podemos quitar durante todo el trayecto.

Entrada a la cueva del rio subterraneo.

Alguna de las delicias visuales de las que disfrutamos dentro de la cueva.
 
A la puerta de nuestra guest house, Dallas, donde nos han tratado como si fueramos uno mas de la familia.

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