jueves, 18 de septiembre de 2014

18/09/2014 De Rissani a Merzouga

Nos levantamos a la misma hora que el sol, y una hora después ya estamos en la calle con las mochilas a cuestas caminando hasta la parada del taxi compartido. Hemos de esperarnos un poco, porque solo somos 4 personas y faltan 2. Cuando por fin somos 6, emprendemos camino hasta Merzouga, solo tardamos unos 20 minutos. Y una vez con los 2 pies en tierra, la BM me deja con las mochilas en una esquina mientras ella va a buscar alojamiento. A mi laso se instalan 2 bereberes que parecen radio macuto y me van informando de las azañas de la BM (“Ha entrado en tal pension”, “Ha preguntado en una de las mas caras” etc... Al cabo de media hora, esta de nuevo conmigo. Tiene 2 propuestas de alojamiento: una mas economica y otra mas cara pero que le gusta mas. Decidimos irnos a la mas cara y negociar y para nuestra alegría, el dueño accede a rebajarnos el precio a cambio de que le hagamos publicidad. Para cumplir nuestra parte del pacto, recomendamos el lugar: se llama Albergue Africa, tiene amplias habitaciones, baños muy limpios y esta al pie de las dunas, a 10 minutos andando de la parada de taxis. Una vez nos despojamos de las mochilas, salimos a andar por las dunas, pero llega de nuevo el viento que nos acompaña cada tarde y que nos obliga a refugiarnos en nuestra habitación, so pena de quedar enterrados bajo la arena. Por suerte, tenemos internet y pasamos la tarde actualizando el blog. Cuando el sol baja, vamos hasta “el pueblo”, que esta vez si que consiste en una sola calle. Buscamos un lugar para cenar y sin saber como, acabamos tomándonos un te invitados por el dueño de un restaurante, donde no tenían nada que nos interesase pero si una conversación muy interesante. Pasamos mas de media hora compartiendo anécdotas con Said, el dueño, que ha vivido 15 años en Europa y habla un español perfecto. Aprovechamos la llegada de un catalan con el charlamos un rato, para despedirnos e irnos a tomar una sopa harira, que se ha convertido en nuestro plato favorito en este viaje. De vuelta a la habitación, nos parece que va a ser imposible dormir, por la calor espantosa que hace y por que el aire parece solidificarse. Por suerte, el cansancio puede con nosotros y sin darnos cuenta, acabamos durmiendo como troncos.

Amigos del desierto.

La BM, paseando por el Sahara, a los pies de la Gran Duna.

Nuestro hotel: Aubergue Africa.
Mi primera incursion por el Sahara.

Puesto de venta de leche de camello.

Tienda bereber.

Grupo de tiendas bereber.

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