jueves, 13 de julio de 2017

08/07/2017 Bishkek

Empezamos un nuevo día sudando como pollos nada más abrir los ojos. Nuestra habitación es agobiante por la calor que hace y no hay ni un solo ventilador. La Serbia, que parece que no tiene intención de marcharse, se ha comprado uno para ella, ya que a causa de su lesión se tiene que quedar más días.
Nosotros salimos a explorar nuevas áreas de la ciudad o dicho de otra manera, vamos a callejear y perdernos hasta la saciedad, aunque primero nos acercamos a la oficina CBT (se encarga de promover las estancias en casas particulares para que las familias de los pueblos puedan también beneficiarse del turismo). También ofrecen información sobre transportes y organizan excursiones, traslados....
El hombre es muy amable, nos regala un mapa, nos da información y salimos de allí más tranquilos. Parece que la zona que vamos a visitar primero (el lago Issi Kul, el segundo más grande del mundo después del Titicaca) es la más turística del país y abundan los transportes, los alojamientos... con lo que no tenemos que preocuparnos por nada.
Con los ánimos más subidos, decidimos perdernos por la ciudad y descubrimos la zona “moderna”, de bonitos centros comerciales con AACC, restaurantes xics, plazas y grandes arboledas... Vemos a lo lejos los minaretes de una mezquita y decidimos acercarnos. El lugar está muuuuuuucho más lejos de lo que parecía inicialmente, el sol esta en su máximo rendimiento, las sombras han desaparecido y para colmo la mezquita está casi acabada pero no se puede entrar. Como no aguantamos mas decidimos volver a nuestra madriguera, pero por desgracia nos perdemos, teniendo que deshacer el camino hecho y llegar hasta los grandes almacenes con AACC, nos tomamos un vaso de refresco que venden por la calle sabor a mojito, no se si realmente es un mojito o es que hemos cogido una insolación.
Un poco mas recuperados y viendo que no llegamos a la madriguera decidimos comer un kebab cada uno, el restaurante bueno esta justo al lado de los grandes centros y la plaza con fuentes.
Una vez comidos y refrescados caminamos por la arboleda que va desde la estación hasta un parque donde los pintores exponen sus obras( o viceversa), y todo hay que decirlo, son de un realismo increíble.
Como mañana es día de traslado y no nos sabemos muy bien el camino de la estación de trenes hasta nuestra guesthouse decidimos hacerlo bien pasada la tarde, no sea cosa que mañana a las 05:30h nos perdamos o hagamos inventos que no tocan. Tardamos unos 25 minutos, todo bien.
En la sala de estar de la guesthouse nos encontramos con la Serbia que hoy parece estar de muy buen humor. Volvemos a salir para comprar nuestra cena y nuestro refresco, por supuesto el refresco no llega a nuestra madriguera, pero sí la cena. La mujer serbia la ha vuelto a liar: para evitar problemas posteriores ha ido a pedir la cuenta y aclarar a cuánto le cobrarán la noche a partir de este momento y parece que los dueños no entran en razones, le dicen que ahora hay un precio nuevo y que si no le gusta le “aconsejan” que mañana se vaya. La pobre esta sorprendida y asustada, se encuentra muy mal de la espalda y no puede hacer el traslado de una guesthouse a otra, teóricamente venía para recorrerse el país en bicicleta pero su espalda no se lo permite, ha tenido que ir al medico, hacerse resonancia, pincharse, y hacer rehabilitación. Les intenta hacer entender a los dueños que no pueden subir el precio a un huésped que ya está alojado allí sin ni siquiera comunicarlo, èro no hay manera.... La conversación va subiendo de tono y llega un momento en que la dueña desaparece y le dice que no quiere vela más. Nos pregunta a que hora nos iremos mañana, para ayudarla a hacer el traslado, pero sintiéndolo en el alma nos será imposible porque marchamos con las primeras luces del día.
Tras este mal trago y la cena, terminamos de hacer las mochilas e intentamos dormir un poco.


Por todo Bishkek hay grandes estatuas de la época soviética

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