Empezamos
un nuevo día sudando como pollos nada más abrir los ojos. Nuestra
habitación es agobiante por la calor que hace y no hay ni un solo
ventilador. La Serbia, que parece que no tiene intención de
marcharse, se ha comprado uno para ella, ya que a causa de su lesión
se tiene que quedar más días.
Nosotros
salimos a explorar nuevas áreas de la ciudad o dicho de otra manera,
vamos a callejear y perdernos hasta la saciedad, aunque primero nos
acercamos a la oficina CBT (se encarga de promover las estancias en
casas particulares para que las familias de los pueblos puedan
también beneficiarse del turismo). También ofrecen información
sobre transportes y organizan excursiones, traslados....
El
hombre es muy amable, nos regala un mapa, nos da información y
salimos de allí más tranquilos. Parece que la zona que vamos a
visitar primero (el lago Issi Kul, el segundo más grande del mundo
después del Titicaca) es la más turística del país y abundan los
transportes, los alojamientos... con lo que no tenemos que
preocuparnos por nada.
Con
los ánimos más subidos, decidimos perdernos por la ciudad y
descubrimos la zona “moderna”, de bonitos centros comerciales con
AACC, restaurantes xics, plazas y grandes arboledas... Vemos a lo
lejos los minaretes de una mezquita y decidimos acercarnos. El lugar
está muuuuuuucho más lejos de lo que parecía inicialmente, el sol
esta en su máximo rendimiento, las sombras han desaparecido y para
colmo la mezquita está casi acabada pero no se puede entrar. Como no
aguantamos mas decidimos volver a nuestra madriguera, pero por
desgracia nos perdemos, teniendo que deshacer el camino hecho y
llegar hasta los grandes almacenes con AACC, nos tomamos un vaso de
refresco que venden por la calle sabor a mojito, no se si realmente
es un mojito o es que hemos cogido una insolación.
Un
poco mas recuperados y viendo que no llegamos a la madriguera
decidimos comer un kebab cada uno, el restaurante bueno esta justo al
lado de los grandes centros y la plaza con fuentes.
Una
vez comidos y refrescados caminamos por la arboleda que va desde la
estación hasta un parque donde los pintores exponen sus obras( o
viceversa), y todo hay que decirlo, son de un realismo increíble.
Como
mañana es día de traslado y no nos sabemos muy bien el camino de la
estación de trenes hasta nuestra guesthouse decidimos hacerlo bien
pasada la tarde, no sea cosa que mañana a las 05:30h nos perdamos o
hagamos inventos que no tocan. Tardamos unos 25 minutos, todo bien.
En
la sala de estar de la guesthouse nos encontramos con la Serbia que
hoy parece estar de muy buen humor. Volvemos a salir para comprar
nuestra cena y nuestro refresco, por supuesto el refresco no llega a
nuestra madriguera, pero sí la cena. La mujer serbia la ha vuelto a
liar: para evitar problemas posteriores ha ido a pedir la cuenta y
aclarar a cuánto le cobrarán la noche a partir de este momento y
parece que los dueños no entran en razones, le dicen que ahora hay
un precio nuevo y que si no le gusta le “aconsejan” que mañana
se vaya. La pobre esta sorprendida y asustada, se encuentra muy mal
de la espalda y no puede hacer el traslado de una guesthouse a otra,
teóricamente venía para recorrerse el país en bicicleta pero su
espalda no se lo permite, ha tenido que ir al medico, hacerse
resonancia, pincharse, y hacer rehabilitación. Les intenta hacer
entender a los dueños que no pueden subir el precio a un huésped
que ya está alojado allí sin ni siquiera comunicarlo, èro no hay
manera.... La conversación va subiendo de tono y llega un momento en
que la dueña desaparece y le dice que no quiere vela más. Nos
pregunta a que hora nos iremos mañana, para ayudarla a hacer el
traslado, pero sintiéndolo en el alma nos será imposible porque
marchamos con las primeras luces del día.
Tras
este mal trago y la cena, terminamos de hacer las mochilas e
intentamos dormir un poco.
Por todo Bishkek hay grandes estatuas de la época soviética |
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