Hoy
nos espera un día muy emocionante, ya que por primera vez vamos a
hacer una incursión en los paisajes de los alrededores. Después de
días viendo las montañas desde lejos, por fin vamos a pisarlas.
Queremos
ir a ver los “Seven bulls”, una formación de rocas rojizas cerca
del poblado de Jeti Oguz. Desde la oficina de turismo, nos dijeron
dónde coger la marshrutka que debe llevarnos al pueblo, desde donde
debemos coger otra marshrutka a Jeti Oguz resort y una vez allí
empezar la caminata. El señor de nuestro alojamiento nos dice que va
ser imposible que lleguemos con transporte público, que es muy
difícil encontrar la parada y que nadie nos va ayudar ya que los
taxistas insisten en llevarte ellos. Nosotros como siempre hacemos
oídos sordos y después de desayunar, vamos al lugar desde el cual
se supone que sale la marshrutka. Sabemos que es la número 357 pero
tras preguntar a varias personas, nadie nos sabe indicar el punto
exacto desde el que sale. Nos esperamos en la esquina que nos
indicaron en la oficina de turismo y tras aguantar al taxista a
nuestro lado que sigue insistiendo (no nos conoce todavía), por fin
aparece, aunque solo con el conductor que nos dice que nos esperemos.
Armados
de paciencia y con el taxista que sigue diciéndonos que no vamos a
conseguirlo, sobre las 10´15 la mashrutka se pone en marcha. Sólo
somos 5: nosotros dos, una pareja holandesa y una local. En menos de
30 minutos llegamos a Jeti Oguz.
Como
aún estamos a medio camino, la pareja de holandeses y nosotros
decidimos compartir un taxi, pero después de averiguar el precio
optamos por hacer autostop, y para nuestra sorpresa nos recoge un
autobús lleno de turistas y eso nos permite hacer paradas de cinco
minutos en un par de puntos fotográficos. El autobús nos deja a
500m de los “Seven bulls”, los fotografiamos como dios manda. La
pareja holandesa nos dice que hay una cascada a unos 8 km y nos
unimos a ellos, el camino es ancho y las vistas son increíbles a
pesar que de tanto en tanto nos llueve (pero es algo puntual),
siempre vamos al lado del rio, cruzándolo varias veces. Por el
camino nos deleitamos la vista con los paisajes, la naturaleza, la
gente local, los animales y los yurts. Gracias al móvil de la chica
holandesa que tiene un mapa offline llegamos a la cascada. El último
tramo es cuesta arriba pero a medida que ganamos altura las vistas
mejoran. La cascada está bien, pero el camino ha estado
espectacular. La vuelta como todo el rato es cuesta abajo se hace más
fácil y por supuesto más rápido. Una vez de vuelta a Jeti Oguz y
sin opción a coger una marshrutka, volvemos a nuestras andadas,
dígase hacemos autostop. Esta vez nos recoge una ambulancia que va
con un grupo de ciclistas que está dando la vuelta al lago en bici y
que casualmente van hacia Karakol, por lo que nos deja en la esquina
de nuestra guesthouse. Desde luego hoy ha sido un día excepcional.
Pero como no hemos comido casi nada, hemos de caminar hasta el centro
para llenar nuestras panzas y luego volver a la guesthouse a ponernos
cómodos y hoy sí: subir el blog a la red y a ello nos ponemos hasta
la 23h, hora en que nos vamos a dormir.
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El autobús privado que nos sube hasta Jeti Oguz Resort |
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Una de las paradas para hacer fotos: un campamento de nòmadas |
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Piedra rojiza, típica de la zona |
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Parada de venta de miel, llena de colmenas. |
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Los "Seven Bulls" |
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Camino de subida a la cascada |
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Yurts por el camino: que no se diga, pero los nómadas también tienen sus Audis. |
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Campamento nómada en el valle de las flores |
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Vistas al valle |
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Cascada |
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Vistas |
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Foto para el recuerdo de un día espectacular. |
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En la ambulancia de vuelta, con la pareja holandesa. |
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Nuestro puesto local para la compra de kebabs. El chico muy majo me envió un whatsapp para que le enviase sus fotos. |
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Nuestro dormitorio en Nice Guesthouse |
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