jueves, 13 de julio de 2017

13/07/2017 Jeti Oguz

Hoy nos espera un día muy emocionante, ya que por primera vez vamos a hacer una incursión en los paisajes de los alrededores. Después de días viendo las montañas desde lejos, por fin vamos a pisarlas.
Queremos ir a ver los “Seven bulls”, una formación de rocas rojizas cerca del poblado de Jeti Oguz. Desde la oficina de turismo, nos dijeron dónde coger la marshrutka que debe llevarnos al pueblo, desde donde debemos coger otra marshrutka a Jeti Oguz resort y una vez allí empezar la caminata. El señor de nuestro alojamiento nos dice que va ser imposible que lleguemos con transporte público, que es muy difícil encontrar la parada y que nadie nos va ayudar ya que los taxistas insisten en llevarte ellos. Nosotros como siempre hacemos oídos sordos y después de desayunar, vamos al lugar desde el cual se supone que sale la marshrutka. Sabemos que es la número 357 pero tras preguntar a varias personas, nadie nos sabe indicar el punto exacto desde el que sale. Nos esperamos en la esquina que nos indicaron en la oficina de turismo y tras aguantar al taxista a nuestro lado que sigue insistiendo (no nos conoce todavía), por fin aparece, aunque solo con el conductor que nos dice que nos esperemos.
Armados de paciencia y con el taxista que sigue diciéndonos que no vamos a conseguirlo, sobre las 10´15 la mashrutka se pone en marcha. Sólo somos 5: nosotros dos, una pareja holandesa y una local. En menos de 30 minutos llegamos a Jeti Oguz.
Como aún estamos a medio camino, la pareja de holandeses y nosotros decidimos compartir un taxi, pero después de averiguar el precio optamos por hacer autostop, y para nuestra sorpresa nos recoge un autobús lleno de turistas y eso nos permite hacer paradas de cinco minutos en un par de puntos fotográficos. El autobús nos deja a 500m de los “Seven bulls”, los fotografiamos como dios manda. La pareja holandesa nos dice que hay una cascada a unos 8 km y nos unimos a ellos, el camino es ancho y las vistas son increíbles a pesar que de tanto en tanto nos llueve (pero es algo puntual), siempre vamos al lado del rio, cruzándolo varias veces. Por el camino nos deleitamos la vista con los paisajes, la naturaleza, la gente local, los animales y los yurts. Gracias al móvil de la chica holandesa que tiene un mapa offline llegamos a la cascada. El último tramo es cuesta arriba pero a medida que ganamos altura las vistas mejoran. La cascada está bien, pero el camino ha estado espectacular. La vuelta como todo el rato es cuesta abajo se hace más fácil y por supuesto más rápido. Una vez de vuelta a Jeti Oguz y sin opción a coger una marshrutka, volvemos a nuestras andadas, dígase hacemos autostop. Esta vez nos recoge una ambulancia que va con un grupo de ciclistas que está dando la vuelta al lago en bici y que casualmente van hacia Karakol, por lo que nos deja en la esquina de nuestra guesthouse. Desde luego hoy ha sido un día excepcional. Pero como no hemos comido casi nada, hemos de caminar hasta el centro para llenar nuestras panzas y luego volver a la guesthouse a ponernos cómodos y hoy sí: subir el blog a la red y a ello nos ponemos hasta la 23h, hora en que nos vamos a dormir.





El autobús privado que nos sube hasta Jeti Oguz Resort


Una de las paradas para hacer fotos: un campamento de nòmadas



Piedra rojiza, típica de la zona

Parada de venta de miel, llena de colmenas.

Los "Seven Bulls"

Camino de subida a la cascada

Yurts por el camino: que no se diga, pero los nómadas también tienen sus Audis.

Campamento nómada en el valle de las flores

Vistas al valle

Cascada

Vistas

Foto para el recuerdo de un día espectacular.

En la ambulancia de vuelta, con la pareja holandesa.

Nuestro puesto local para la compra de kebabs. El chico muy majo me envió un whatsapp para que le enviase sus fotos.

Nuestro dormitorio en Nice Guesthouse

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