martes, 25 de julio de 2017

20/07/2017 De Karakol a Kaji-Say.

Nos levantamos tempranito y después de desayunar, nos despedimos de Trevor, el chico de la guesthouse en la que nos hemos hospedado estos días. Vamos a la parada de mashrutkas y aunque ayer nos dijeron un precio, hoy nos lo suben y no hay manera de bajarlo (dicen que es por el equipaje....) Así que sin más remedio que pagar lo que nos piden, subimos al minibus que una vez lleno, se pone en marcha. Tardamos una hora y media en llegar a destino, y gracias a la aplicación sin la que hemos vivido hasta ahora sin saber cómo (maps me) paramos la mashrutska justo enfrente de nuestro alojamiento. Para nuestra sorpresa, en la misma carretera hay tiendas y restaurantes, no hacía falta venir aprovisionados, aunque a estas alturas y cargados como burros como hemos venido, no nos va a tocar más remedio que tirar de lo que hemos comprado. Entramos en nuestro “hotel”. De entrada nos parece un lugar muy destartalado, aunque con potencial, entendemos el nombre “Legenda Health Resort” especialmente la parte de “Legenda”. No sabemos si está abandonado o sólo destartalado. Vemos a un hombre, le preguntamos y nos indica la “recepción” (entiéndase habitación llena de trastos hasta el último rincón). El señor, muy amable, nos enseña nuestro destartalado bungalow y la BM consigue sacarle una bebida de bienvenida gratis (ella es cliente “genius” de booking, a través de quien hemos hecho la reserva). Nos guardamos la bebida (café) para más tarde, nos ponemos los bañadores y vamos a explorar el lago, que según Booking.com está a un minuto. Y para nuestra sorpresa, realmente está a un minuto de nuestro bungalow y es una “playa” preciosa!!! Tenemos el lago enfrente, las montañas de piedra rojiza a nuestra espalda y por detrás de estas, las montañas nevadas. Nos lanzamos al agua para celebrar el lugar en el que estamos, que es transparente y limpia, aunque helada y nos pasamos el resto del día plantados en la playa, disfrutando de las aguas y del paisaje. A la hora de la comida y gracias a que tenemos provisiones suficientes, comemos en la misma playa, donde pasamos también la tarde, hasta que unos nubarrones negros hacen su aparición y nos obligan a volver a nuestro bungalow, momento en que reclamamos nuestro café de bienvenida, que nos sirven con unas pastitas. Salimos a la carretera a explorar los alrededores y nos compramos una coca-cola fresquita y unas patatas de churrero caseras. Volvemos al bungalo, sacamos la mesa y las sillas a la terraza y aprovechamos para cenar (aunque sólo son las 6 de la tarde, pero con la tormenta que cae, parece que ya podemos dar el día por terminado): pan ruso con queso y salami. Media hora después, sale de nuevo el sol y vuelve la calor, así que decidimos acercarnos a las montañas rojizas que divisamos desde nuestro “resort”. Sacamos fotos mientras se pone el sol y de regreso al alojamiento, nos tomamos unos cafelitos en la terraza. Mañana tenemos pensado ir a visitar el cañón “Fairy tale”, por recomendación del propietario de nuestro resort. Así sin más, nos retiramos a nuestro aposento y suerte que llevamos nuestros sacos de dormir, porque aunque en Booking.com decía que nos iban a dar sábanas, toallas, jabón y papel higiénico, todo ha sido falsas promesas..... Menos mal que el paisaje lo vale!.


La mashrutka que nos llevará a Kaji-Say

Las aguas del lago Issi Kul, limpias y transparentes
Por supuesto, no vamos a ser los únicos disfrutando del agua.


El coche de nuestros vecinos del "resort"

Nuestro bungalow

Cuando la lluvia llega, nos preparamos la cena en la terraza

Y luego el tiempo nos regala un precioso arcoiris

Después de la lluvia, vuelve a salir el sol y nos acercamos a las montañas rojizas

Vistas a las montañas


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