Nos
levantamos tempranito y después de desayunar, nos despedimos de
Trevor, el chico de la guesthouse en la que nos hemos hospedado estos
días. Vamos a la parada de mashrutkas y aunque ayer nos dijeron un
precio, hoy nos lo suben y no hay manera de bajarlo (dicen que es por
el equipaje....) Así que sin más remedio que pagar lo que nos
piden, subimos al minibus que una vez lleno, se pone en marcha.
Tardamos una hora y media en llegar a destino, y gracias a la
aplicación sin la que hemos vivido hasta ahora sin saber cómo (maps
me) paramos la mashrutska justo enfrente de nuestro alojamiento. Para
nuestra sorpresa, en la misma carretera hay tiendas y restaurantes,
no hacía falta venir aprovisionados, aunque a estas alturas y
cargados como burros como hemos venido, no nos va a tocar más
remedio que tirar de lo que hemos comprado. Entramos en nuestro
“hotel”. De entrada nos parece un lugar muy destartalado, aunque
con potencial, entendemos el nombre “Legenda Health Resort”
especialmente la parte de “Legenda”. No sabemos si está
abandonado o sólo destartalado. Vemos a un hombre, le preguntamos y
nos indica la “recepción” (entiéndase habitación llena de
trastos hasta el último rincón). El señor, muy amable, nos enseña
nuestro destartalado bungalow y la BM consigue sacarle una bebida de
bienvenida gratis (ella es cliente “genius” de booking, a través
de quien hemos hecho la reserva). Nos guardamos la bebida (café)
para más tarde, nos ponemos los bañadores y vamos a explorar el
lago, que según Booking.com está a un minuto. Y para nuestra
sorpresa, realmente está a un minuto de nuestro bungalow y es una
“playa” preciosa!!! Tenemos el lago enfrente, las montañas de
piedra rojiza a nuestra espalda y por detrás de estas, las montañas
nevadas. Nos lanzamos al agua para celebrar el lugar en el que
estamos, que es transparente y limpia, aunque helada y nos pasamos el
resto del día plantados en la playa, disfrutando de las aguas y del
paisaje. A la hora de la comida y gracias a que tenemos provisiones
suficientes, comemos en la misma playa, donde pasamos también la
tarde, hasta que unos nubarrones negros hacen su aparición y nos
obligan a volver a nuestro bungalow, momento en que reclamamos
nuestro café de bienvenida, que nos sirven con unas pastitas.
Salimos a la carretera a explorar los alrededores y nos compramos una
coca-cola fresquita y unas patatas de churrero caseras. Volvemos al
bungalo, sacamos la mesa y las sillas a la terraza y aprovechamos
para cenar (aunque sólo son las 6 de la tarde, pero con la tormenta
que cae, parece que ya podemos dar el día por terminado): pan ruso
con queso y salami. Media hora después, sale de nuevo el sol y
vuelve la calor, así que decidimos acercarnos a las montañas
rojizas que divisamos desde nuestro “resort”. Sacamos fotos
mientras se pone el sol y de regreso al alojamiento, nos tomamos unos
cafelitos en la terraza. Mañana tenemos pensado ir a visitar el
cañón “Fairy tale”, por recomendación del propietario de
nuestro resort. Así sin más, nos retiramos a nuestro aposento y
suerte que llevamos nuestros sacos de dormir, porque aunque en
Booking.com decía que nos iban a dar sábanas, toallas, jabón y
papel higiénico, todo ha sido falsas promesas..... Menos mal que el
paisaje lo vale!.
La mashrutka que nos llevará a Kaji-Say |
Las aguas del lago Issi Kul, limpias y transparentes |
Por supuesto, no vamos a ser los únicos disfrutando del agua. |
El coche de nuestros vecinos del "resort" |
Nuestro bungalow |
Cuando la lluvia llega, nos preparamos la cena en la terraza |
Y luego el tiempo nos regala un precioso arcoiris |
Después de la lluvia, vuelve a salir el sol y nos acercamos a las montañas rojizas |
Vistas a las montañas |
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