martes, 25 de julio de 2017

23/07/2017 de Kochkor a Kol Ukok

A las 07h estamos en pie, desayunamos nos arreglamos, dejamos los 2 bultos que no necesitamos a la “mama” y caminamos hasta el centro aprovisionarnos para los 3 días restantes. Mientras la BM hace las compras yo chequeo en la aplicación la distancia que hay hasta el inicio del trekking, para mi grata sorpresa son 5km en llano, no hará falta coger ningún taxi ni caer en ninguna encerrona, en contra de lo que dicen todas las agencias. En cuanto se lo digo a la BM se pone la mar de contenta, así que un trecking de unos 18km se convertirá en unos 23km, pero como son las 08:30h, vamos bien de tiempo y de fuerzas.
Todo va bien mientras llaneamos, pero en cuanto aprieta el sol, la calor y empieza la subida a la BM le faltan las fuerzas, tengo que ir animándola constantemente y vamos avanzando pero no al ritmo esperado. Tenemos que cruzar un río y para ello hemos de descalzarnos, el agua baja helada y los pies rápidamente se ponen morados, y aunque duela hemos de cruzarlo rápidamente, pero lo peor es cuando salimos del agua, es cuando la sensación de dolor aumenta a niveles insospechados.
Según la aplicación vamos por la mitad de camino y la mitad de desnivel ( en total 1100m de subida).
A estas alturas yo tampoco voy sobrado de fuerzas, me falta el aire y la alergia que va a más ( nariz taponada, cosquilleo y moqueo ) pero la BM va peor que yo y no dejo de animarla. Cuando creo que hemos llegado resulta que aún no y lo peor nos toca el tramo final, es decir una subida de aúpa. Aquí nos vamos animando uno al otro porque yo voy muy justo de fuerzas.
Al final llegamos a la cima, pero las vistas no son las esperadas y las yurtas no se ven por ningún lado. Esto hace que saquemos fuerzas de no se donde y nos pongamos modo “aquí estamos”. Nuestro andar se convierte casi en un trote y un grupo de mochileros que teníamos delante se ve obligado a poner pies en pólvora, ya que les comemos terreno a marchas forzadas. Como era de esperar las yurtas están al otro extremo del lago y la BM y yo estamos al 200%.
Los cuatro mochileros llegan a las primeras yurtas justo antes que nosotros, pero están llena y a pesar de que nos ofrecen dormir con ellos el precio no me parece el correcto y decidimos ir a por las segundas yurtas. Durante el camino avanzamos a las dos parejas, que como mínimo han de ser soviéticos o nórdicos, pero nuestro paso no lo pueden seguir. Justo antes de llegar a la segunda yurta hemos de salvar un río, por fortuna para nosotros un jinete se ha ofrecido a ayudarnos. Mientras, yo lo cruzo como puedo pero una vez en la otra orilla me doy cuenta que la BM sigue allí, la pobre se ha resbalado del caballo y afortunadamente no se ha hecho nada. Se descalza pero el agua baja helada, yo voy a ayudarla, pero tras cogerle las botas decide volver a la orilla y que yo vaya a negociar un lugar donde dormir. A todo esto, han aparecido las dos parejas y el “macho alfa” cruza el río sin quitarse las botas (deben estar tan desesperados como nosotros) y a mi pesar llega antes que yo, pero al ser cuatro la señora no tiene alojamiento para todos así que me toca a mi, y a pesar que es casi de noche, estamos exhaustos y no tenemos alternativa, negocio el precio como Dios manda y no solo eso sino que hago que el jinete vaya a buscar a la BM y me la traiga sana y salva.

Dormiremos en la misma yurta que la familia, pero antes hemos de esperarnos que los huéspedes franceses coman, y luego las dos parejas, la verdad es que no tenemos ni fuerzas para nada, sólo disfrutamos de las vistas y de todas las sensaciones que nos produce el cuerpo, que por cierto no son muy agradables.

Subiendo al lago, un desnivel de 1500 metros en total

Por el camino nos toca sortear obstáculos y cruzar un río



Poco a poco vamos subiendo

Las vistas mejoran con las alturas

No estamos solos en el camino

Por fin!! LLegamos al lago!!!

Al fondo, nuestra "casa" para las próximas dos noches

La BM, saliendo de "casa"

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