martes, 25 de julio de 2017

24/07/2016 Kol Ukok

Somos los últimos en levantarnos, toda la familia esta despierta y el fuego de la cocina trabajando a toda máquina. Que bien hemos dormido!!! Tras vestirnos buscamos un lugar con buenas vistas y sin ninguna tifa a la redonda (esto último es casi imposible, pero lo conseguimos) para desayunar. Bien dormidos y comidos vemos el día con muy buenos ojos, así que nos preparamos para ir a ver el lago glacial y emprendemos la marcha. En teoría son sólo dos horas, pero como el lugar es mágico nosotros le echamos más de una hora extra, el tener que encontrar un lugar para cruzar el río sin mojarnos los pies ayuda a aumentar el tiempo. El tramo final es una fuerte pendiente sin un camino marcado que va al lado de la cascada, pero como es un manto de flores de colores se nos hace amena la subida.
El lago no es tan espectacular como el de abajo, pero tiene su encanto,todo estaácerca y es muy acogedor. En las aguas del lago aprovechamos para asearnos ( porque esto de hacer un homestay con los nómadas de la montaña, significa que no hay duchas), el agua no esta tan fría como creía y me apetece bañarme en el lago, la BM no me deja a pesar de que estamos solos, dice que esta nublado y voy a coger una pulmonía, una pena.
Como esta nublado y el viento hace que la temperatura baje, decidimos empezar la bajada, suerte que no nos llueve ni ha llovido hace poco, sino, no sé cómo bajaríamos.
Salvados el primer tramo lo demás es un paseo, nunca mejor dicho. Cerca de nuestra yurta vemos que están montando otra, así que vamos a echarle un vistazo, y volvemos a salvar el río “saltando” entre las rocas. Nos sentamos cerca para ver como la van montando y aprovechamos para comer, que ya va siendo hora. Justo terminamos nosotros de comer empiezan ellos y como el cielo se ha puesto negro y el frío aprieta, volvemos a nuestra yurta a tornarnos un café (dígase agua caliente con un sobre de nescafe 3 en 1) y entrar en calor.
Con la temperatura corporal adecuada volvemos a ver como terminan de montar la yurta, han aparecido más turistas: una familia de franceses y un par de holandeses sacados de una revista de modelos. Después de pasar un buen rato y ver terminar de montar la yurta nos ponemos andar por el lado del lago, ahora ha salido el sol, hace calor y las vistas han mejorado considerablemente, pero enseguida hacemos una parada: la pareja catalana que conocimos en Karakol nos reconoce antes que nosotros a ellos y nos quedamos un buen rato hablando e intercambiando experiencias con ellos. Cuando se termina la conversación ( el frío ayuda) seguimos nuestro paseo por el lado del río, hasta que casi llegamos al otro extremo, donde nos sentamos a contemplar las vistas.

Cuando las sombras se apoderan de las vistas, regresamos a la nuestra yurta (la vuelta nos lleva casi una hora), tras la cena la señora nos pide que la acompañemos a pescar. Aceptamos un poco escépticos y muertos de fríos, pero la pesca sólo consiste en recoger la red y en recoger los peces que han quedado atrapados en la red. Tras cinco minutos, le decimos a la señora que nos volvemos a la yurta, donde nos tomamos un café para entrar en calor y nos vamos a dormir.


Lo que nuestros ojos ven sólo con abrirlos, desde nuestra yurta

La señora de nuestra casa, Ainora, tiene visitas

Las vistas como podéis ver son espectaculares

En la subida al lago glaciar, compartimos camino con las ovejas y cabras

El camino no es nada fácil

Poco a poco nos acercamos a las montañas nevadas

Lo más bonito es el manto de flores que vemos por el camino

Y las vistas

Por fin llegamos al lago glaciar, como el día está nublado el agua se ve muy oscura


En la playita del glaciar

La bajada se hace difícil

Pero poco a poco, entre las flores, vamos descendiendo

Y cuando se acaban las flores, vienen las rocas.....

Y después a cruzar el río.

El interior de nuestra yurta, con Ainora y su familia

Aprendiendo a construir una yurta



Después de la comida, vuelta a las andadas


Simpática gente local, tomando el sol a la puerta de "casa"

Que bonito día!

Vistas del lago al atardecer

Voviendo a casa......

Por fin, en nuestra yurta después de un día espectacular

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