miércoles, 24 de febrero de 2010

28-01-2010 De Yangon a Mandalay











Hoy he dormido como un bendito, a diferencia de la BM, que se ha pasado la noche matando chinches. Segun ella, la habitacion estaba llena de ellos, incluso me ensenya las picadas. Yo, ni las he visto, ni las he sentido... Tras lavarnos la cara bajamos a desayunar. Nos ponemos las botas! Una vez bien redondos, hacemos las mochilas y las dejamos en las taquillas de la guest house. Tenemos toda la manyana para pasear por la ciudad antes de coger el bus a la terminal de autobuses. Lo bueno que tiene Yangon es que no necesitas ir a ver cosas interesantes: la ciudad por si sola ya lo es! Nos perdemos entre sus calles, visitamos mercados, intercambiamos algunas palabras y sonrisas con sus gentes, sufrimos su calor y siempre miramos donde pisamos, ya que el suelo esta lleno de desniveles y agujeros. Se nos pasa la manyana volando.

Sobre las 14 horas volvemos a la guest house, nos duchamos, cogemos las mochilas y nos subimos a dos autobuses distintos para trasladarnos a la estacion de autobuses de larga distancia. A primera vista, es un caos, pero con el billete en la mano, la gente nos va indicando el camino sin necesidad de preguntar. Antes de llegar a nuestra companyia, paramos a comer. Nos sirven comida para parar un tren. En Myanmar creo que nos vamos a engordar! Llegamos a la sala de espera del bus, que no sale hasta las 19 horas. Paseamos por la terminal, nos aburrimos en ella y media hora mas tarde de lo previsto, emprendemos la marcha. La BM que lleva casi dos noches sin dormir, se queda K.O en 5 minutos, mientras yo miro una pelicula nacional por la tele. Sobre las 22 horas, paramos a cenar y 30 minutos mas tarde reanudamos la marcha. Sobre las 24 horas para el bus en medio de la oscuridad: se ha roto la correa del ventilador del motor. Les lleva arreglarlo 1 hora, no deja de asombrarme: aqui el conductor tambien hace de mecanico!

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