Nos
despertamos antes que suene el despertador, es decir a las 06h, y
como hoy es día de playa en un periquete estamos en la calle, lo
primero es lo primero, una baguette de algo parecido a la nutella y
un buen café con leche, y como no queremos engancharnos los dedos,
nos compramos los sandwichs y los plátanos para pasar el día.
La
parada del taxi brousse esta perfectamente señalizada y tenemos
suerte que va casi lleno.
El
tardamos unos 40 minutos en llegar Andilana, pero sólo llegar a la
playa nos sale un OOOHHHH y una sonrisa que refleja muy bien el lugar
donde estamos. La marea está baja, pero esto sólo hace que aumentar
su belleza: arena blanca, aguas cristalinas color turquesa, etc....
No
estamos solos, sino que todos los turistas que están alojados en el
resort de lujo de la playa, están haciendo lo mismo que nosotros:
retratar el lugar palmo a palmo. Cuando hemos terminado de
fotografiarlo absolutamente todo, nos instalamos en un banco de arena
blanca en medio del mar y disfrutamos el momentazo hasta que la marea
nos termina echando, momento que recogemos los bártulos y nos
instalamos debajo un cocotero a pasar el resto del día.
Cuando
la marea ha terminado de subir tenemos toda la bahía llena de agua
para bañarnos y nadar en ella. La única pega es que hay moscas de
playa y hasta yo las noto, por lo que la B.M no lo pasa muy bien y
cada dos por tres tiene que zambullirse para refrescarse y calmarse
las picadas.
Hoy
ha habido eclipse de sol, no ha sido total pero casi, y la bajada de
luz se ha notado, y como nos habíamos comprado las gafas para ver el
eclipse, las hemos amortizado, porque desde la toalla de playa hemos
disfrutado del espectáculo en primera linea.
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