viernes, 30 de septiembre de 2016

11/09/2016 Reserva VOIMMAR. Andasibe

Antes de las 6 de la mañana, la BM sale a buscar un nuevo alojamiento, ya que durante la noche se oía música de fondo. A las 6:30 ya ha reservado una habitación, por lo que recogemos todo y con mucha pena (la habitación me gustaba mucho) nos mudamos, no sin antes desayunar. La nueva habitación que ha encontrado la BM es también muy chula.
A las 8 estamos en la puerta de la reserva, esperando a la japonesa. LA BM entonces se da cuenta que no hemos cogido los prismáticos que llevamos en la mochila todo el viaje y que no han salido ni una sola vez, así que vuelve a la guest house a buscarlos y regresa con la japonesa. Nuestra guía nos hace pasar por taquilla y después entramos en la reserva, donde empieza a llover (claro, por eso le llaman bosque lluvioso). Empezamos a andar y pasamos por donde se supone que hay una familia de indris, pero no vemos ni uno. Seguimos andando y cuando pasamos por el territorio de otra familia de indris, los vemos!!! Escuchamos sus gritos por todas partes, es una familia de 6 miembros. Los tenemos bastante cerca, pero como el bosque es muy espeso y llueve, cuesta poder hacer fotos. Lo intentamos durante un rato, y como vemos que no va a salir ni una buena, decidimos disfrutar de las vistas de estos fantástico animales. Los indris son los lemures más grandes que existen y sus gritos se pueden oír a 3 km de distancia. Tienen 3 tipos de gritos: el de agrupamiento, el de peligro y el de cortejo. Como la BM ha insistido tanto, la guía nos deja con los indris y sale a buscar un camaleón Parson, el más grande de Madagascar, vuelve al cabo de un rato con buenas noticias y sin más demora nos lleva al área donde habita, nos deja más de un minuto para encontrarlo, pero pasado el tiempo reglamentario y el de propina nos damos por vencidos y termina enseñándonoslo, una vez lo vemos no entendemos como no lo hemos visto antes y empezamos la sesión de fotos, lo fotografiamos por todos los angulos y una vez satisfechos nos dedicamos a disfrutarlo. Cuando nos damos por satisfechos seguimos la visita, pero la lluvia se ha intensificado y los indris se ven de lejos y digo ver porque tengo mucha imaginación.
Como todavía nos queda una hora seguimos con nuestro trekking y afortunados nosotros que volvemos a ver a otro camaleón, este tampoco se libra de la sesión fotográfica y del disfrute de la contemplación.
Sin más cosas interesantes que ver, o al menos nosotros apreciar terminamos el trekking a la hora prevista.
Tantas emociones nos a abierto el estomago de par en par, así sin dudarlo caminamos hasta el pueblo a llenar el deposito. Tras la copiosa y insulsa comida regresamos a nuestra guesthouse para darnos una buena ducha, pero antes conocemos a una pareja de holandeses, hablamos un buen rato y tras ducharnos salimos los 4 a hacer un paseo nocturno por la carretera que bordea el parque nacional y las reservas, porque muchos guías nos han dicho que es ahí donde se encuentran los animales por la noche.
Y la verdad que tenemos suerte, vemos lemures, ranas verdes con las patas rojas y un par de camaleones que encuentran los guías acompañantes de la gente que esta haciendo el trekking nocturno.
Hace mucha humedad y regresamos a la habitación muertos de frío, suerte que dentro de la cama se esta a la gloria.
Tomando un café y desayunando, antes de visitar la reserva
Entrada a la reserva


Y aunque no podemos sacar buenas fotos, aquí tenemos a los Indris
Indri
  

El impresionante camaleón Parsons


A ver si me veis! Estoy camaleoneado!!

Orquídeas
Niños jugando en la calle
Parque de las orquideas
Andando carretera arriba y carretera abajo

Camaleón nocturno
Ranita nocturna
Una buena sopa para cenar

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