Antes
de las 6 de la mañana, la BM sale a buscar un nuevo alojamiento, ya
que durante la noche se oía música de fondo. A las 6:30 ya ha
reservado una habitación, por lo que recogemos todo y con mucha pena
(la habitación me gustaba mucho) nos mudamos, no sin antes
desayunar. La nueva habitación que ha encontrado la BM es también
muy chula.
A
las 8 estamos en la puerta de la reserva, esperando a la japonesa. LA
BM entonces se da cuenta que no hemos cogido los prismáticos que
llevamos en la mochila todo el viaje y que no han salido ni una sola
vez, así que vuelve a la guest house a buscarlos y regresa con la
japonesa. Nuestra guía nos hace pasar por taquilla y después
entramos en la reserva, donde empieza a llover (claro, por eso le
llaman bosque lluvioso). Empezamos a andar y pasamos por donde se
supone que hay una familia de indris, pero no vemos ni uno. Seguimos
andando y cuando pasamos por el territorio de otra familia de indris,
los vemos!!! Escuchamos sus gritos por todas partes, es una familia
de 6 miembros. Los tenemos bastante cerca, pero como el bosque es muy
espeso y llueve, cuesta poder hacer fotos. Lo intentamos durante un
rato, y como vemos que no va a salir ni una buena, decidimos
disfrutar de las vistas de estos fantástico animales. Los indris son
los lemures más grandes que existen y sus gritos se pueden oír a 3
km de distancia. Tienen 3 tipos de gritos: el de agrupamiento, el de
peligro y el de cortejo. Como la BM ha insistido tanto, la guía nos
deja con los indris y sale a buscar un camaleón Parson, el más
grande de Madagascar, vuelve al cabo de un rato con buenas noticias y
sin más demora nos lleva al área donde habita, nos deja más de un
minuto para encontrarlo, pero pasado el tiempo reglamentario y el de
propina nos damos por vencidos y termina enseñándonoslo, una vez lo
vemos no entendemos como no lo hemos visto antes y empezamos la
sesión de fotos, lo fotografiamos por todos los angulos y una vez
satisfechos nos dedicamos a disfrutarlo. Cuando nos damos por
satisfechos seguimos la visita, pero la lluvia se ha intensificado y
los indris se ven de lejos y digo ver porque tengo mucha imaginación.
Como
todavía nos queda una hora seguimos con nuestro trekking y
afortunados nosotros que volvemos a ver a otro camaleón, este
tampoco se libra de la sesión fotográfica y del disfrute de la
contemplación.
Sin
más cosas interesantes que ver, o al menos nosotros apreciar
terminamos el trekking a la hora prevista.
Tantas
emociones nos a abierto el estomago de par en par, así sin dudarlo
caminamos hasta el pueblo a llenar el deposito. Tras la copiosa y
insulsa comida regresamos a nuestra guesthouse para darnos una buena
ducha, pero antes conocemos a una pareja de holandeses, hablamos un
buen rato y tras ducharnos salimos los 4 a hacer un paseo nocturno
por la carretera que bordea el parque nacional y las reservas, porque
muchos guías nos han dicho que es ahí donde se encuentran los
animales por la noche.
Y
la verdad que tenemos suerte, vemos lemures, ranas verdes con las
patas rojas y un par de camaleones que encuentran los guías
acompañantes de la gente que esta haciendo el trekking nocturno.
Hace
mucha humedad y regresamos a la habitación muertos de frío, suerte
que dentro de la cama se esta a la gloria.
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Tomando un café y desayunando, antes de visitar la reserva |
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Entrada a la reserva |
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Y aunque no podemos sacar buenas fotos, aquí tenemos a los Indris |
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Indri |
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El impresionante camaleón Parsons |
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A ver si me veis! Estoy camaleoneado!! |
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Orquídeas |
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Niños jugando en la calle
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Parque de las orquideas |
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Andando carretera arriba y carretera abajo |
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Camaleón nocturno |
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Ranita nocturna |
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Una buena sopa para cenar |
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