lunes, 5 de septiembre de 2016

25/08/2016 Ramena

Dormimos hasta que suena el despertador, dígase las 06:30h, nos preparamos para recibir a los lemures coronados, y empieza la espera, sobre las 07:30h con los estómagos pidiendo a gritos comida y los lemures sin venir, decidimos abandonar la espera y hacer caso del gobierno de la barriga.
Una vez satisfechas nuestras barrigas, caminamos un rato por la playa hasta encontrar un rinconcito paradisíaco, aguas turquesas, arena blanca, sombrilla gratuita con un yeko incluido de color verde con manchas rojas y todo esto a 200m del hotel, vamos todo un chollazo.
Como quien no quiere la cosa nos pasamos todo el día bajo la sombrilla, sólo dejándola para ir a comer.
Por la tarde en la sombrilla de al lado se pone una pareja local con una niña de 3 meses, son muy amables y muy divertidos, pero sin saber como mientras ellos se bañan en las aguas turquesas nosotros terminamos vigilando a su hija y haciendo todo lo posible para que no rompa a llorar.

Cuando el sol empieza a caer dejamos la sombrilla y nos vamos al chiringuito a tomarnos nuestra coca cola mientras vemos la puesta de sol, pero para nuestro pesar no tienen, con lo que hemos de renunciar a esta, pero no a la puesta de sol. Una vez de noche nos vamos a otro bar a tomarnos la coca cola, pero también se les ha terminado por lo que terminamos pidiéndonos un Sprite. De camino al hotel cenamos unas brochetas y con el frío en el cuerpo nos recogemos para cumplir con todas nuestras obligaciones diarias.

La playa de Ramena
 

Bancos de arena que se forman al bajar la marea

Arena blanca, aguas turquesas y la BM. Qué más puedo pedir?




Nuestra sombrilla, en la playa

Y éste es Wancho, nuestro lagarto que vive en la sombrilla
Y para acabar el día, otra puesta de sol perfecta!!!

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