Estos
dos días son literalmente de vacaciones,. Seguimos con la buena
costumbre de levantarnos a las 06h, nos ponemos los bañadores,
desayunamos en el local de cada día, la B.M un bocadillo relleno de
tomate y atún, acompañado de un café y yo unas pastas fritas
acompañado de un café con leche.
Con
este desayuno en nuestras barrigas nos instalamos bajo nuestra
sombrilla de madera y hojas de palma, donde no falta a la cita
nuestro lagarto de color verde con manchas rojas apodado “Wancho”.
Nos embadurnamos de arriba a abajo de crema solar y pasamos el resto
del día disfrutando de una playa kilométrica casi para nosotros
solos, excepto un buen rato el día 27 al mediodía que se nos
plantan una familia malgache justo a nuestro lado. Con lo larga que
es la playa y vacía que esta, justo se nos ponen a nuestro lado, y
no pasa ni un minuto que ponen la música a todo volumen para que no
oigamos ni las olas del mar, ni los pájaros ni nuestros
pensamientos.
Por
lo demás todo perfecto y más aun cuando nos enteramos que siendo
fin de semana, las familias malgaches que han venido a la playa
están todas a la otra punta, ni hecho a posta. En Mahunga ya
compartimos playa con todos ellos y ahora queremos disfrutar de la
solitud.
El
27 por la tarde mientras la B.M y yo tomamos nuestra coca cola viendo
la puesta de sol, conocemos a una barcelonesa que viaja por estas
tierras y se sienta con nosotros a compartir la puesta de sol e
información. Ella es la segunda vez que visita estas tierras. La
cosa se acaba alargando hasta las 21h, hora que nos separamos y cada
uno se recoge en su respectivo hotel.
El
28 `por ser domingo, nos damos un homenaje y comemos en un
chiringuito de la playa la especialidad local, muriéndonos de hambre
por la poca cantidad mientras los otros comensales de las otras mesas
resoplan de lo llenos que están. Está claro que la B.M y yo somos
de buen comer porque sino no se explica. También cambiamos nuestro
lugar de tomarnos la coca-cola, ya que por ser el cumpleaños de mi
madre, toca hablar con la familia. Este rato lo compartimos con
Cristina quien nos pasa mucha información sobre nuestro próximo
destino. Mañana tenemos que volver a ponernos en marcha o corremos
el riesgo de no salir nunca de esta playa paradisíaca que es Ramena.
Es lo que tiene estar tantos días en un lugar, que uno hace amigos nuevos. |
Cuando la marea baja..... |
Comida en el chiringuito. Calamares con patatas y calamar con arroz cantonés. |
Y una ensalada mediterránea para acompañar! |
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