miércoles, 16 de mayo de 2012

10 y 11-05-2012 Langmusi

10-05: Hemos dormido como reyes y a pesar de querernos levantar pronto, al final no ponemos el pie al suelo hasta las 08:30h. Tras el desayuno salimos a inspeccionar la zona, y nuestro primer destino es uno de los dos monasterios que hay en la localidad, pero se nos es vetada la entrada: el monasterio es de pago, así que optamos por hacer un trekking por los alrededores, y el mismo monje que nos ha vetado la entrada trata de vetarnos el trekking, pero sin salirse con la suya.... Caminar por las montañas es gratis, diga lo que diga el monje! Caminamos por el valle, viendo como pastan las vacas peludas (yaks) y las ovejas, el paisaje nos encanta. Tras 10 minutos y de paseo vemos una aldea, y en lo alto de la montaña un posible Skyburial (una plataforma donde se realizan los funerales tibetanos. Los tibetanos creen que el cuerpo es solo un vehículo del alma y una vez el cuerpo muere, el espíritu lo deja por lo que el cuerpo deja de ser útil. Dar el cuerpo a los buitres para que se alimenten es el ultimo acto de generosidad que una persona puede realizar, así pues, cuando una persona muere el “sacerdote” corta el cuerpo en pedazos y lo pone en la plataforma para que los buitres se lo coman). Tras cruzar la aldea y subir la ladera de la montaña, a parte de tener una magnificas vistas también vemos la famosa plataforma. Tiene que ser algo espectacular poder ver este ritual. Tras la visita al skyburial seguimos con nuestro trekking por el medio de las montañas, llegamos hasta el final del camino (o por lo que nosotros entendemos por camino) y justo en este punto, unas hermosas nubes negras hacen su aparición. Pese a la amenaza, no dejan caer ni una gota de agua, pero si una tormenta eléctrica que asusta, y como no hay nada mejor que estar motivado, deshacemos todo el camino hecho en un día en tan solo una hora y media, incluso tengo que tirar de la BM que no puede con su alma. Cuando llegamos al pueblo son las 17h, y es llegar y desaparecer las nubes negras, así que aprovechamos para ir a visitar el templo que nos ha sido vetado por la mañana. Por supuesto, solo hemos de utilizar la entrada en la que no se encuentra la taquilla, no es nada difícil. El recinto nos encanta, viendo como la gente practica sus mantras, los monjes adultos caminando por el monasterio y los mas pequeños jugando a básquet. Solo hemos de tener cuidado que el monje de la taquilla no nos vea. La única pega es que todos los templos están cerrados y solo se pueden ver por fuera. Tras la visita vamos a cenar y luego nos retiramos a nuestra pedazo habitación. Por estas altitudes no anochece hasta las 08:30h.
11-05: Del día de hoy puedo remarcar que mi karma y mi escolta de arcángeles han trabajado de lo lindo para que no me suceda nada. Nos volvemos a levantarnos tarde, pero la verdad que no nos sabe nada mal, se esta muy bien debajo de los edredones y encima de la esterilla eléctrica. Antes de visitar el monasterio que nos falta, decidimos caminar por los alrededores pero sin fortuna... A los 500m una buena mujer nos recomienda no seguir por el camino porque hay perros sueltos y nos morderán, por lo que decidimos cambiar de camino, pero en este segundo nos encontramos un par de perros atados, donde con toda su fuerza tiran de la cadena y nos enseñan toda su dentadura, motivo suficiente para dar media vuelta y colarnos en el segundo templo por la puerta de atrás. Una vez en zona segura nos dedicamos a ver los templos (la mayoría de los cuales están cerrados) y a sus feligreses practicando sus mantras. Dentro del recinto vemos un desfiladero y a un par de pastoras con su rebaño que lo cruzan, nosotros las seguimos, nos parece de lo mas interesante, por supuesto llevan un par de perros pero las pastoras ya nos han visto y los tienen controlados hasta que yo me avanzo un poco para poder hacerlas una foto de frente y lo único que oigo es un grito de la pastora y un aliento en mi pierna, la buena Sra y la BM me dicen que me ha ido de un pelo. El “perrito” me venia por atrás. Suerte he tenido que la pastora lo ha visto, sino me llevo, con suerte, un buen mordisco y sin suerte, me quedo sin un trozo de pierna. Tras cruzar el desfiladero siempre detrás de las pastoras decidimos coger otra senda, pero esta resulta peor que las otras, porque nos sale un “perrito” directo a nosotros con una hermosa dentadura, lo primero que hacemos es coger dos piedras bien grandes, y rezar que no vengan mas, pero cuando esta a 10 metros de nosotros y para nuestra sorpresa, se detiene en seco sin dejar de mirarnos y enseñarnos sus dientes. Tras una eternidad, aparece la pastora de unos 10 años y nos dice que estemos tranquilos que no hace nada (solo se ha soltado de la cadena y venia directos a nosotros para darnos la bienvenida), le damos una infinidad de gracias y volvemos por donde venimos.... Una vez en el recinto empezamos a respirar, nunca había visto a unos perros tan furiosos, hasta media-tarde estamos visitando el templo, siempre teniendo cuidado que no nos veo el monje de la taquilla. Saciados de ver el monasterio decidimos cambiar de tercio y volver a visitar el otro monasterio otra vez. A la que nos salimos del recinto del monasterio para visitar las cimas de las montañas, nos vuelven aconsejar que sigamos un camino y no otro, por la simple razón que los perros nos pueden morder, se nos están quitando todas las ganas de seguir la visita, pero hacemos caso al monje y seguimos el camino marcado hasta la cima, donde conocemos a Juan y Alexandra, nos queda conocer a Sonia la pareja de Juan pero esta en la habitación con mal de muelas. Congeniamos muy bien y estamos hablando por los codos hasta que casi oscurece, hora que nos retiramos a nuestro aposento a leer y descansar.

Los monasterios tibetanos de Langmusi son muy bonitos, asi como las vistas.

El detalle y los colores son espectaculares, la pena es que nos se pueen visitar por dentro.

Disfrutamos como enanos visitandolo y sacando fotos.

El commplejo dispone de varios templos, algunos dorados y otros con telas tibetanas que cubren el acceso a los mismos.

Alrededor de Langmusi, hay muchos "grasslands" (llanuras) llenas de yaks. Con el fondo de las montanyas nevadas, hace que disfrutemos como enanos de los treckings que hacemos.

Aunque los yaks no son mas que vacas peludas, a nosotros nos parecen muy exoticos.

Una de las plataformas donde se realizan los "sky burials". Lastima que no pillamos ninguno!

Sentarse y respirar el aire puro, es un placer.

Esta es la entrada a nuestra guest-house, en la que estamos muy a gusto.

Las mujeres de aqui se dejan fotografiar con mas facilidad.

Los tibetanos gustan de dar vueltas a los templos o lugares sagradas, mientras rezan (gritan) y tiran papelitos al aire.

Vistas auno de los complejos de templos.

Una forma de rezo en la cultura tibetana, consiste en dar vueltas alrededor de los monasterios, haciendo girar las "ruedas de las pregarias".

Se pasan horas y horas haciendo esto.

Incluso la gente mayor sube a los monasterios para hacer este ritual.

Los monasterios tibetanos se careacterizan por su colorido y por sus telas de colores.

Otro tipo de ritual consiste en tumbarse en estas tablas, estirarse totalmente y volverse a levantar, mientras se ora.

Las ruedas de las pregarias pueden ser de diferentes tamanyos.

Nos gusta mucho subir a las colinas y encontrarnos todas la telas que la gente va dejando.

Nuestra habitacion tibetana, la mar de comfortable!

Pasamos muchas horas mirando a la gente dando vueltas al templo mientras rezan.

Tambien es emocionante perderse entre los desfiladeros e ir a parar a un campamento nomada. Lastima de los perros, que hicieron que regresaramos a "zona segura" tras el segundo encuentro.

Eso si, antes pudimos pasear y sacar fotos del lugar.

Mucha gente lleva esta rueda y le va dando vueltas mientras reza. Los "rosarios" les sirven para llevar las cuentas de las vueltas que han dado.

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