miércoles, 30 de mayo de 2012

19-05-2012 Tongren

Como queremos aprovechar el día, nos levantamos pronto, desayunamos, volvemos hacer las mochilas y las dejamos en la habitación de la Sra. Hoy queremos acercarnos hasta un monasterio que se encuentra a 6 km, famoso por las pinturas que realizan los monjes que exportan a todo el mundo a unos precios estratosféricos. Como es habitual en nosotros , llegar al monasterio nos lleva toda la mañana, cualquier excusa es buena para salirnos del camino y explorar senderos nuevos, así nos encontramos con lugares y gente que de otra manera nunca conoceríamos o veríamos. Sobre las 14h llegamos al famoso monasterio, donde caminar por el recinto es gratis, pero si se quieren ver los templos por dentro hay que pagar, pero a nosotros caminar por el monasterio ya nos vale, hemos visto otros templos por dentro y todos nos resultan muy parecidos. Curiosamente no vemos ni a un solo monje en todo el monasterio, ni tampoco el taller donde realizan las obras de arte, pero todo el recinto, con sus casas y templos de arquitectura tibetana nos encanta… Cuando ya estamos saliendo por la puerta aparece un monje que nos invita a ir a su casa y mostrarnos sus pinturas, oferta que aceptamos encantados, sus trabajos nos gustan pero no nos parece tan buenos para que la gente pague las barbaridades que piden, pero como no entendemos de arte, nos volvemos como vinimos.
Sobre las 16h abandonamos el recinto y decidimos volver a Tongren por la otra orilla del río, pero justo cruzar el puente y en dirección opuesta a nuestro destino, vemos una aldea estilo Yemen (según nuestras mentes) y en lo alto del pueblo otro templo tibetano… Nos estamos allí hasta las 18:30h, y nos vamos porque es tarde y no queremos que nos coja la noche, porque el lugar nos resulta mágico, y las vistas desde el mirador enfrente del templo son cautivadoras. Si esto no es suficiente, a nuestro paso por el pueblo nos dedicamos a revolucionar a todos los niños que encontramos (jugando con ellos, claro esta).
Una vez de regreso a Tongren, cenamos, regresamos al hotel donde siguen todas nuestras pertenencias y tenemos la habitación, nos aseamos como podemos y a dormir que mañana vuelve a ser día de traslado.
En esta parte del viaje nos estamos moviendo muy rápido, pero no porque queramos sino porque sentimos que los días que hemos estado son suficientes.

No se si los de prevencion de riesgos laborales tendrian algo que decir aqui...

Los pueblos que encontramos por el camino a los monasterios nos tienen fascinados, ya que nos recuerdan mas a oriente medio que a China.

Donde no llega la tecnologia, llega el ingenio: muestra de cocina solar.

Las montanyas llenas de papelitos y telas de colores es algo tipico en las zonas tibetanas.

El monasterio que visitamos parece desde el exterior, mas chino que tibetano.

Con su circuito de ruedas de las pregarias alrededor....

Aunque la fachada de los templos interiores, si que parece tibetana.

La BM,. mirando las pinturas que este buen monje nos ensenya, algunas valoradas hasta 12.000 euros!!

Nosotros, sin pintura, seguimos a lo nuestro: disfrutar de los paisajes, que es gratuito (aunque no siempre!!)

La BM, junto a una Gompa tibetana.

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