Nos despertamos con la luz del día (esto quiere decir que son las 7 de la mañana). Nos hemos dormido, pero para nuestra sorpresa, no somos los únicos: todos los monjes están durmiendo, excepto el de las gafas de sol, que esta barriendo el monasterio. Parece ser que aquí nadie se levanta antes de la salida del rey sol. Sin hacer ruido para no molestar, recogemos nuestras cosas, desayunamos en silencio y nuestro monje nos acompaña para indicarnos por donde proseguir el camino. Nos despedimos de el y empezamos a andar. Seguimos caminando entre medio de plantaciones de te, subiendo y bajando montañas, saludando a los campesinos. En uno de los pueblos, pasamos por delante de la escuela y literalmente, le “desmontamos” la clase a la profesora. Nos pasamos mas de una hora allí: yo tomando fotos y retratos a los niños y jugando con ellos y la BM dibujando cosas en la pizarra. Hoy se siente importante, porque a cada dibujos los niños lo celebran con vítores y aplausos y le piden mas y mas.... Cuando no queda ni un milímetro de pizarra para dibujar, nos despedimos y proseguimos con nuestro objetivo. Justo en el pueblo anterior al que vamos, nos encontramos con la guerrilla de la zona, armados hasta los dientes: metralletas, lanzagranadas, recortadas..... Tan peligroso que nos pintaban la posibilidad de encontrarnos con la guerrilla desde la guest house de Nam Sam y hay que ver lo simpáticos que son en persona: nos hacen fotos, se las hacemos a ellos, nos piden mas fotos... vamos, que es una ocasión tan especial para ellos como para nosotros! Cuando nuestro destino del día aparece ante nosotros, hemos de dar un rodeo de mas de 2 kilómetros para llegar a este, bordeando toda la montaña: aquí no hay puentes que valgan! A punto de desesperar, llegamos al pueblo. Nos dirigimos al monasterio, no queremos perdernos ninguna fiesta nocturna “budista”, pero el monje mayor hace que uno de los monjitos nos acompañe a casa de una familia que acoge gente. Estamos contentos: vamos a combinar una noche en el monasterio en compañía de los monjes con una noche en una casa de la minoría “shan”. La alegría nos dura solo hasta después de la ducha, cuando hace su aparición la pareja que va con el guía. Parece ser que esta es la “autentica” casa del pueblo! Pero no hay mal que por bien no venga: la cena que nos preparan debe estar a la altura de lo que los turistas le han pagado al guía. Y por si fuera poco, estos no comen nada de nada (son franceses.....) Por supuesto la BM y yo aprovechamos la ocasión para limpiar todos los platos!! Acabamos la cena orondos y de tan orondos que estamos, nos vamos directamente a nuestro trocito de manta en el suelo para descansar, ya que mañana nos queda la etapa mas dura.
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| No hay nada tan revigorizante que un buen "paseo" por las montanyas. |
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| Nos cruzamos con mucha gente local que trabaja en los campos de te. |
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| Y otros que recogen lenya por el camino. |
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| Nos pasamos mas de una hora en esta escuela, donde los ninyos disfrutan con mis fotos y con los dibujos de la BM |
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| Hay que ver la dureza de algunos trabajos..... |
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| Este es uno de los miembros de la guerrilla independiente, que posa alegremente para que le saque un recuerdo para la inmortalidad. |
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| A lo lejos, uno de los monasterios que encontramos por el camino. |
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| La BM no desentona nada entre la gente nacional! Casi parece una de ellas!! |
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