Mochileando por el Mundo: Del 29-02 al 07-03-2012: Malaybalay. Kaamulan Festival.

Durante nuestra estancia en Malaybalay disfrutamos de todas las actividades del festival que son muchas y variadas, y por ser los únicos turistas occidentales en el pueblo nos tratan mejor que nuestras madres (que ya es decir...) y nos presentan a todas las celebridades, concediéndonos los mejores puestos para que no nos perdamos ningún detalle. Por supuesto, consigo la acreditación de fotógrafo, la cual me permite estar en cualquier sitio, todo un lujazo. En el día principal aparece otra pareja de “turistas” y por estas casualidades del mundo no podían ser de otro país que el nuestro, concretamente el Embajador de España en Filipinas y su mujer.
El primer día asistimos a un concurso culinario, en el cual preparan los platos tradicionales de la región, y la verdad que después de degustarlos (el jurado y nosotros, por ser turistas) podemos afirmar que esta todo buenísimo. Los días siguientes hacen unas olimpiadas tribales entre las 7 tribus de la provincia, consistentes en carreras en zancos, tiro en arco, lanzamiento de lanzas, hacer fuego con dos piedras, cortar troncos de madera sin herramientas, moler grano de trigo con utensilios naturales...
Todas las tardes asistimos a los ensayos de los bailes que cada una de las tribus realizara el día principal.
Tras 2 días todo el pueblo nos conoce, sabe de nosotros y en cambio nosotros con toda la gente que hemos conocido, tenemos mas que dificultades de acordarnos del nombre de cada uno de ellos y de sus cargos.
Cuando por fin llega el día principal, todos los hoteles llegan al 100% de ocupación, pero nosotros como llevamos unos cuantos días de adelanto no tenemos ningún problema.
En este esperado día nos levantamos a las 4 de la mañana, para presenciar el ritual mediante el cual los ancianos de las tribus “consultan” a los dioses si es un buen día para realizar el festejo. Curiosamente, siguen el mismo patrón que en Sumba (Indonesia): matar unos pollos y verter su sangre por encima de las ofrendas y el suelo. Terminado el ritual todo parece indicar que ira bien, y se da inicio al desfile tribal. Cada tribu realiza una escenografía digna de profesionales por la calle principal del pueblo, mientras centenares de personas lo miran por tras el cordón de seguridad, excepto algunos privilegiados (como nosotros) y los medios de comunicación, incluso nos realizan una entrevista por televisión que ayuda a que los pocos que no nos conocían, ahora ya sepan quienes somos.
Las Danzas callejeras terminan en el parque habilitado para la ocasión y aquí se produce un despliegue policial y militar que asusta. Cada una de las tribus performa su baile y al finalizar un jurado puntúa cada uno de los espectáculos para determinar quien es el ganador.
Por supuesto, la tribu ganadora lo celebra por todo lo alto, yo por mi parte me hincho hacer fotos y portraits, todo un filón de oro para cualquier fotógrafo....
Los siguientes días no son mas lights, sino que el programa de actividades continua en alza. Asistimos a un Rodeo, con autentico cowboys y toros de 900kg, es impresionante ver como montan a semejantes animales o como utilizan el lazo para atrapar a las vaquillas por el cuello y por las patas traseras. También asistimos a un campeonato de motocross donde nos quedamos sin aliento al ver a los motoristas volar y hacer piruetas en el aire con sus motos.
Y como en cualquier festival, no puede faltar un concurso de belleza y conciertos todas las noches, mercados tribales y paradas de productos regionales....vamos que nos hemos convertido en unos fiesteros de cuidado y a mas a mas con acceso a todas las zonas VIPs.
El único punto flaco del festival es que cojo un resfriado de camello los dos últimos días, que me obligan a pasar unos ratos en la cama entre actividad y actividad.
Y lo mejor del festival, no ha sido ver a las tribus con sus trajes y costumbres, ni tampoco todo el despliegue que han hecho las autoridades para que todo salga perfecto, sino su gente, hospitalaria, amable y curiosa, que se ha interesado siempre para que todo fuese perfecto para nosotros.
El día 7 por la noche, y llevando 9 días en la zona, quedando ya solo actividades secundarias, decidimos que ya es hora de levantar anclas y dirigirnos a nuestro próximo destino. Al despedirnos del recepcionista nocturno de nuestro hotel, este nos regala su Biblia (¿?????) y nos pide como favor, que le enviemos la “nuestra” cuando lleguemos a España. A ver quien le explica a este buen hombre que 1) que llevando la mochila como la llevamos (a reventar) nos ha hecho una buena faena (no tenemos corazón para tirar su Biblia con dedicatoria) y 2) de donde sacaremos nosotros la “nuestra”?????????? Ya pensaremos algo......

La acreditación como fotógrafo me permite entrar en cualquier sitio y tener las mejores vistas a la hora de tomar fotos.

El ritual para empezar el festival consiste en cortar el cuello a lo bestia a una gallina....

.. y llenar de sangre todos los objetos que para ellos son importantes, para tener garantía de abundancia durante el festival.

Las carreras de zancos son muy graciosas, hay que ver las velocidades que llegan a coger y desde que altura!

Yo lo máximo que consigo es sostenerme sobre estos de ninyo durante el tiempo justo de tomarme la foto.

Durante todo el rato se oye el ruido de la música, tribal, que nunca para.

Así como los bailes, que suelen hacerse en parejas o grupos.

Los tambores son muy bonitos, adornados con motivos tribales según la tribu.

El concurso para ver quien es primero en conseguir hacer fuego con métodos manuales es muy interesante. En menos de 20 segundos consiguieron hacer una hoguera!