Nos levantamos con calma, ya que nuestro próximo destino es Bagan y para ir hasta alli primero hemos de llegar a Mandalay y esperar el tren nocturno. De Pyin U Lwin a Mandalay solo son un par de horas en pick-up y una vez en destino, nos acercamos hasta la estación de trenes para comprar nuestro billete que como no, son de clase económica y en asiento duro. Como tenemos todo el día por delante y no queremos ir con las mochilas encima, las dejamos en la oficina del jefe de estación y ya sin esta carga empezamos nuestra “visita” por Mandalay. Hace dos años, cuando estuvimos aquí, no subimos al monasterio de la cima de la colina de la ciudad, así que decidimos hacerlo ahora. El lugar es un sitio de peregrinaje y esta lleno de puestos de todo tipo de souvenirs. Desde arriba las vistas no son tan espectaculares como esperábamos: mucha polución y un gran campo de golf. Esperamos hasta la puesta de sol para iniciar el descenso y volver a toda prisa porque como siempre se nos ha hecho tarde y el jefe de estación trabaja hasta una hora y corremos el peligro de quedarnos sin las mochilas. Finalmente, llegamos a tiempo para recogerlas. El tren sale a las 21 horas y tiene que llegar a Bagan a las 5 de la mañana. Suponemos que va a ser una noche durilla, ya que nos han dicho que hace frió y los asientos de madera no son muy cómodos, que digamos. A mas a mas, el tren va abarrotado. A la hora prevista, nos dan el pistoletazo de salida y tras acomodar nuestros trastos y abrigarnos hasta las cejas, intentamos buscar una postura cómoda para pasar la noche. Que bonito San Valentin!
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| Vistas desde la colina de Mandalay. |
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| Preparándome para la noche que me espera.... puede ser muyyyyyyyyyyyyyyyy larga.... |
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