Hacemos
las mochilas, hoy cogemos el avión dirección a casa con escala en
Estambul, nos dejan tenerlas en la habitación hasta el mediodía,
salimos a desayunar y pasear por ultima vez, con las alertas al
máximo y después de comer por ultima vez la deliciosa ensalada de
frutas tropicales con su correspondiente zumo, volvemos al hotel, nos
duchamos, recogemos las mochilas, cogemos un bus y en menos que canta
un gallo estamos en el aeropuerto, donde pasamos todos los tramites
sin problemas. Puestos que todavía tenemos dinero local, vamos a la
oficina de cambio pero no cambian a euros ni dólares, por lo que
decidimos gastarnos todo lo que nos queda en Mirindas, ya que en
España esta bebida hace años que no existe. Nos compramos 8
Mirindas y las acomodamos en la mochila de la BM. A la hora prevista,
nos subimos al avión y a disfrutar del vuelo, pantallita con
películas, comida de la buena y todo tipo de comodidades y esto que
vamos en clase turista pero este avión es un lujo.
Por
la mañana llegamos a Estambul, no sé qué hora es. Como el avión
no nos sale hasta las 19h tenemos todo el día así que hemos pensado
aprovechar la oferta de la compañía Turkish Airlines de visitar
Estambul con guía y comida gratis. Con lo que no contábamos es que
no tenemos visado para entrar al país Habíamos visto por internet
que éste costaba 15 euros, pero al llegar a la zona aduanera, nos
dicen que el precio sólo es válido por internet y que allí cuesta
35 euros por cabeza. No nos queda otra que pagar o pasarnos todo el
día en zona franca. Estamos cansados y tampoco nos apetece darnos el
tute por lo que optamos por lo segundo: disponemos de librerías con
todo tipo de diarios y revistas, zona de wifi, asientos, y zona de
pica-pica....pinta un día largo, pero es lo que hay.
Por
fin, y sin demora nos subimos al ultimo avión. Por desgracia para
nosotros éste no es tan lujoso como el otro pero no importa, en unas
tres horas estaremos en casa.
Al
llegar al aeropuerto de Barcelona aun nos esperaba una ultima
sorpresa, la mochila de la B.M no aparece, así que esperamos y
esperamos hasta que la cinta para y mientras la B.M va a reclamar la
falta de su mochila yo voy mirando por las otras cintas, con la
suerte de encontrarla, vaya potra (creemos que estaban inspeccionando
las Mirindas) . La cojo, se lo digo a la B.M y por fin damos por
terminada esta experiencia, que nos atrevemos a decir que ha sido de
las que menos hemos disfrutado de
todos nuestros viajes.