Seguimos
con la buena costumbre de levantarnos temprano, salimos a desayunar y
vamos a pasear por el mercado, pero hoy no me siento seguro, mucha
gente me mira la cámara y me da la sensación que podemos tener un
disgusto. Se lo comento a la B.M, ella también tiene el mismo
feeling, así que media vuelta y nos salimos de ahí, aunque los dos
seguimos teniendo un mal presentimiento... Nos ponemos la alerta
máxima y aumentamos las precauciones, dejamos de ir por calles poco
transitadas o estrechas, y aún así a media mañana mientras un
hombre me despista con un periódico otro me pone la mano en el
bolsillo sin darme cuenta, suerte que la B.M lo ve y los echa y
suerte también que no llevamos nada encima, así que se van con las
manos vacías y de la nada aparece un policía de paisano y después
de golpear a uno de ellos lo arresta, el otro sale por piernas, nunca
mejor dicho. Aun en el estado de alerta que estábamos el susto lo
hemos tenido el ultimo día, pero bueno esto no empaña la amabilidad
y cortesía del país Nos pasamos toda la mañana intentando buscar
un banco donde cambiar el excedente de dinero que nos ha quedado
(hemos de reconocer que al final el viaje nos ha salido muy económico
y tenemos moneda local por valor de más de 100 euros). Cuando ya
estamos a punto de tirar la toalla, encontramos el banco central,
donde después de dos horas rellenando formularios, conseguimos
deshacernos de las sobras de dinero y canjearlo por euros.
Por
la tarde vamos al cine a ver una película local. El hombre nos avisa
que no está doblada ni subtitulada, pero de todas maneras nos
quedamos. Me resulta muy interesante ver películas locales de otros
países. Tras la peli visitamos una iglesia, caminamos un poco por
zona segura, nos sentamos a ver como el mundo transcurre delante
nuestro, cenamos ensalada de frutas tropicales con zumo y antes que
caiga la noche volvemos a nuestra habitación, hoy no nos la jugamos.
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