A
las 04:15h estamos en el bus, salimos de noche y sobre las 10h
llegamos a la capital.
Como
es pronto y no nos apetece hace noche aquí, veremos si podemos
avanzar. Vamos a la estación de bus, donde nos indican que para ir a
Harar, debemos ir hasta un lugar llamado Abama, que es como un centro
neurálgico de transporte. Primero cogemos un minibus a la Gare
(3birr), de aquí cogemos otro a Kality (10 birr), de KLlity nos
subimos a otro bus hasta Abama (30 birr) donde creemos que ya no
habrán autobuses a Harar, puesto que ya es mediodía, pero para
nuestra sorpresa, siendo ya las 12h, nos dicen que hay un bus hasta
Harar (170) birr. Digo sorpresa porque en Etiopía a partir de las
18h no dejan conducir, y lo veo muy bien porque si de día es uno de
los países con mayor siniestralidad por lo que ni me imagino lo que
puede ser de noche, pero el conductor dice que hoy llegaremos a
destino, por lo que decidimos que quizás la guía está equivocada
en cuanto al tiempo necesario para llegar y que quizás han arreglado
la carretera en los últimos tiempos. Justo antes de arrancar, suben
4 turistas que se sientan en el pasillo. A estas alturas, sé que
esto no está permitido y que en el primer control o los echan del
bus o el conductor tendrá que pagar una buena multa.
Este
ultimo trayecto resulta más complicado de lo que esperábamos, y
tengo claro que el responsable es el conductor. Ya en el primer
control que encontramos, los turistas sentados en el pasillo le
cuestan un dinero al conductor, y me temo que no sólo en este
control, porque cada vez es lo mismo: charlas y un poco de dinero,
así se solucionan las cosas, por estas latitudes. Pero lo más
interesante estaba por llegar cuando un control de policía desvía
nuestro autobús a un descampado negro y oscuro y un pasajero nos
informa que estamos todos arrestados, por las razones que he
explicado antes. Después de que el comisario y el conductor
desapareciesen buen rato, este aparece de nuevo y continuamos el
viaje...Todos los pasajeros pensamos que han llegado a un acuerdo.
Finalmente
a las 23h llegamos a destino. Es de noche, la mayoría de calles no
tienen ni una pequeña luz. Según la guía, hay una calle llena de
guesthouse, pero para nuestra suerte las guesthouse han sido
substituidas por bares musicales. En esta calle se nos acopla un
etíope que dice que es de la oficina de turismo y que nos ayudará a
encontrar alojamiento, pero le damos las gracias e intentamos
deshacernos de él. Nos sigue todo el camino y al final, puesto que
no encontramos ni un solo hotel, nos acompaña a ver algunos, que ni
tan siquiera con nuestro grado de desespero, nos sirven para pasar la
noche (uno de los hoteles que nos enseña, es una cuadra llena de
cabras que están en un patio central alrededor del cual están la
habitaciones. Finalmente nos lo sacamos de encima y acabamos
encontrando uno donde ya cansados y después de 2 días de carretera
y buses lo damos como bueno.
Sobre
las 01h nos vamos a dormir, con la esperanza de encontrar algo mejor
por la mañana.
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