Madrugón
otra vez y hoy sí que nos cuesta: nos dormimos tarde y el
despertador no perdona. Son las 04:15h de la mañana. Salimos del
hotel y caminamos hasta la estación de buses que ya esta abierta. El
bus va medio vacío y como aún es pronto desayunamos porque el viaje
de hoy sera largo.
Durante
el viaje no tenemos ningún percance, y disfrutamos de los paisajes,
controles policiales, curas que recogen donativos en el arcén de la
carretera, paradas para comer o ir al baño ( dígase descampado) y
contemplar algunos vehículos sinestralizados y dar gracias que no
nos ha pasado nada.
Llegamos
a destino a las 17h, pero hemos de hacer un cambio de bus hasta la
localidad ganadora. El cambio de bus consiste en hacer una cola
kilométrica y a medida que se llenan las furgonetas va avanzando la
cola. Un espabilado intenta colarse, pero le dejamos claro dónde
está el final de la cola. Y tras mucha cola conseguimos subirnos a
la furgoneta que nos lleva en solo 30 minutos a nuestro destino.
Ya
es de noche y llueve. La BM se queda con las mochilas mientras yo
intento orientarme y buscar alojamiento.
Encuentro
un hotel muy chulo, con vistas al lago volcánico, wifi, agua
caliente, cama grande y limpia y no se cuantas cosas mas, por lo que
no dudamos en darnos un capricho y pagar por tener ducha privada con
agua caliente. Ya sólo nos queda salir a cenar y disfrutar de
nuestra pedazo habitación, vaya cama tenemos!!!. Desgraciadamente,
en la zona la que nos alojamos está en el lado de la carretera
donde se producen más cortes de electricidad y por supuesto,
sufrimos uno de ellos, que nos deja sin wifi, sin luz y sin agua
caliente. Eso sí, continuamos con las vistas preciosas y la cama
cómoda y limpia, algo es algo....
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