miércoles, 29 de junio de 2016

21 y 22/08/2015 Addis Abeba

Con los primeros pasajeros que llegan al aeropuerto nos despertamos, nos aseamos, nos ponemos las mochilas en la espalda y empezamos el día. Cambiamos algunos euros en el aeropuerto, lo que creemos necesario para pasar un par de días. Lo primero que hacemos es localizar el “bus” que nos a de llevar a la zona de la Piazza, esto no nos resulta difícil aunque sí que requiere de un pelín de tiempo. Sólo hemos de andar fuera del aeropuerto y esperar a que pase una minifurgoneta gritando “Piazza” que es la zona donde queremos alojarnos. Y la verdad es que pese a que en la oficina de turismo del aeropuerto nos habían dicho que intentarías timarnos, el chico se porta muy bien y nos cobra el precio real. Una vez en la zona empezamos la peregrinación, esta vez yo me quedo con las mochilas mientras la B.M va a buscar alojamiento. Vuelve al cabo de un buen rato, por 150 birr tenemos habitación doble con baño compartido.... y aunque el hotel no tiene mala pinta por fuera, por dentro da un poco de miedo....
Con los deberes hechos ya solo nos queda callejear por la ciudad y buscar comida.
Las primeras impresiones no son muy optimistas que digamos, calles sin asfaltar, edificios semi-derruidos o a media construcción y mucha pobreza, y contando que esto es la capital, veremos como sera el resto del pis, pero no pinta muy bien en lo referente a comodidades.
Con el trekking urbano llegamos hasta la estacion de trenes, paseamos por un mercado enorme, donde llenamos nuestros depósitos con unas samusas de lentejas. También encontramos un centro comercial con wifi gratis que nos alegra el día, pues podemos enviar los primeros mensajes de “Estamos bien” a la familia. Comemos en un restaurante local una bandeja de spaguettis con el pan típico de aquí, y antes de que oscurezca volvemos al hotel a descansar, aunque esto ultimo nos cuesta un poco. Primero porque solo sale un hilillo de agua en la ducha y encima congelada, y una vez aseados y con el pijama puesto y las luces apagadas, tenemos que deshacernos de una rata en la habitación (huelga decir que no la matamos sino que la desalojamos del cuarto).

Por la mañana nos despertamos temprano igual que los locales desayunamos un café y el objetivo de hoy es averiguar los horarios de bus hacia nuestro próximo destino. Primero caminamos hasta la estacion de buses Makenelle, donde nos dan la buena noticia “tenéis que ir a la estacion de buses Lambert”. Esto representa volver sobre nuestros pasos, que no son pocos, e ir en dirección opuesta a como empezamos el día. Por el camino paramos a tomarnos un batido de lentejas que a pesar de no ser muy gustoso, con esta calor es lo mejor que nos podemos tomar. Al final conseguimos llegar a la famosa estación, el ultimo tramo en bus, ya no podíamos con nuestras almas. Después de informarnos compramos los pasajes que nos han de llevar a Lalibela, pero nuestra ignorancia es enorme y sin limites. Ahí va este ejemplo: al comprar los billetes de bus nos dicen que sale a las 5,30 de la mañana. Este horario a nosotros no nos va nada bien, ya que esta estación está a más de 10 km del centro y a esa hora no hay transporte público. Insistimos un rato preguntando en si hay bus a otra hora. Al final, el taquillero, harto de nosotros nos vende unos billetes para las 11:30h de la mañana. Este horario nos parece perfecto, porque no hemos de madrugar más de la cuenta y nos permite llegar a la estacion sin prisas. Pero al llegar al hotel y hablarlo con la recepcionista, nos comenta que el bus sale a las 05:30h (horario europeo) porque en Etiopía el día empieza a las 06h (siendo las 6 de la mañana nuestras, las 00h suyas) y termina a las 18h siendo esta las 12h y vuelve a empezar. Así que cuando nos dijeron que el bus salía a las 5:30 de la mañana (que nosotros no quisimos) lo único que hicieron fue ofrecernos el mismo bus pero con el horario etíope: las 11:30h . Ahora sí tenemos un problema, porque a esas horas no tenemos claro que podemos encontrar un bus que nos lleve a la estación y nos negamos a coger un taxi. Todo esto no nos quita el apetito. Preguntamos en nuestro hotel y nos dicen que no nos preocupemos y que seguro que conseguiremos algún bus a esa hora, pero nosotros no lo tenemos nada claro.... Cenamos un “Arijali con carne” y sin más, nos vamos a dormir.

Edificios de la capital



Si así es la capital, cómo será el resto del país?

Un trabajo como otro cualquiera: reparto de colchones!


Delicioso batido de frutas


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