Con
los primeros pasajeros que llegan al aeropuerto nos despertamos, nos
aseamos, nos ponemos las mochilas en la espalda y empezamos el día.
Cambiamos algunos euros en el aeropuerto, lo que creemos necesario
para pasar un par de días. Lo primero que hacemos es localizar el
“bus” que nos a de llevar a la zona de la Piazza, esto no nos
resulta difícil aunque sí que requiere de un pelín de tiempo. Sólo
hemos de andar fuera del aeropuerto y esperar a que pase una
minifurgoneta gritando “Piazza” que es la zona donde queremos
alojarnos. Y la verdad es que pese a que en la oficina de turismo del
aeropuerto nos habían dicho que intentarías timarnos, el chico se
porta muy bien y nos cobra el precio real. Una vez en la zona
empezamos la peregrinación, esta vez yo me quedo con las mochilas
mientras la B.M va a buscar alojamiento. Vuelve al cabo de un buen
rato, por 150 birr tenemos habitación doble con baño compartido....
y aunque el hotel no tiene mala pinta por fuera, por dentro da un
poco de miedo....
Con
los deberes hechos ya solo nos queda callejear por la ciudad y buscar
comida.
Las
primeras impresiones no son muy optimistas que digamos, calles sin
asfaltar, edificios semi-derruidos o a media construcción y mucha
pobreza, y contando que esto es la capital, veremos como sera el
resto del pis, pero no pinta muy bien en lo referente a comodidades.
Con
el trekking urbano llegamos hasta la estacion de trenes, paseamos por
un mercado enorme, donde llenamos nuestros depósitos con unas
samusas de lentejas. También encontramos un centro comercial con
wifi gratis que nos alegra el día, pues podemos enviar los primeros
mensajes de “Estamos bien” a la familia. Comemos en un
restaurante local una bandeja de spaguettis con el pan típico de
aquí, y antes de que oscurezca volvemos al hotel a descansar, aunque
esto ultimo nos cuesta un poco. Primero porque solo sale un hilillo
de agua en la ducha y encima congelada, y una vez aseados y con el
pijama puesto y las luces apagadas, tenemos que deshacernos de una
rata en la habitación (huelga decir que no la matamos sino que la
desalojamos del cuarto).
Por
la mañana nos despertamos temprano igual que los locales desayunamos
un café y el objetivo de hoy es averiguar los horarios de bus hacia
nuestro próximo destino. Primero caminamos hasta la estacion de
buses Makenelle, donde nos dan la buena noticia “tenéis que ir a
la estacion de buses Lambert”. Esto representa volver sobre
nuestros pasos, que no son pocos, e ir en dirección opuesta a como
empezamos el día. Por el camino paramos a tomarnos un batido de
lentejas que a pesar de no ser muy gustoso, con esta calor es lo
mejor que nos podemos tomar. Al final conseguimos llegar a la famosa
estación, el ultimo tramo en bus, ya no podíamos con nuestras
almas. Después de informarnos compramos los pasajes que nos han de
llevar a Lalibela, pero nuestra ignorancia es enorme y sin limites.
Ahí va este ejemplo: al comprar los billetes de bus nos dicen que
sale a las 5,30 de la mañana. Este horario a nosotros no nos va nada
bien, ya que esta estación está a más de 10 km del centro y a esa
hora no hay transporte público. Insistimos un rato preguntando en si
hay bus a otra hora. Al final, el taquillero, harto de nosotros nos
vende unos billetes para las 11:30h de la mañana. Este horario nos
parece perfecto, porque no hemos de madrugar más de la cuenta y nos
permite llegar a la estacion sin prisas. Pero al llegar al hotel y
hablarlo con la recepcionista, nos comenta que el bus sale a las
05:30h (horario europeo) porque en Etiopía el día empieza a las 06h
(siendo las 6 de la mañana nuestras, las 00h suyas) y termina a las
18h siendo esta las 12h y vuelve a empezar. Así que cuando nos
dijeron que el bus salía a las 5:30 de la mañana (que nosotros no
quisimos) lo único que hicieron fue ofrecernos el mismo bus pero
con el horario etíope: las 11:30h . Ahora sí tenemos un problema,
porque a esas horas no tenemos claro que podemos encontrar un bus que
nos lleve a la estación y nos negamos a coger un taxi. Todo esto no
nos quita el apetito. Preguntamos en nuestro hotel y nos dicen que no
nos preocupemos y que seguro que conseguiremos algún bus a esa hora,
pero nosotros no lo tenemos nada claro.... Cenamos un “Arijali con
carne” y sin más, nos vamos a dormir.
Edificios de la capital |
Si así es la capital, cómo será el resto del país? |
Un trabajo como otro cualquiera: reparto de colchones! |
Delicioso batido de frutas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario